Dentro del marco de la semana de la fertilidad, Cabildo Abierto (CA) llevó la mirada pública a dos proyectos impulsados en 2021 que promueven, en diferente medida, la natalidad. “Dispara todas las alarmas sobre la gravedad de la situación que se presenta en nuestro país”, dijo el senador cabildante, Guido Manini Ríos, en su columna en Radio Oriental del 7 de junio, sobre la curva de crecimiento demográfico en Uruguay.

Según Manini Ríos, CA considera que el descenso natalicio es el problema más grande que atraviesa el país y prevé que, al final del siglo XXI, la población uruguaya se reduzca a 2 millones. Su proyecto de minuta de comunicación “Fomento de la natalidad” -presentado en octubre de 2021- consta de seis artículos enfocados en la incitación institucionalizada del crecimiento de la natalidad. Por ejemplo, el sexto artículo plantea una extensión de la licencia paternal de hasta 45 días que podrán ser tomados dentro de los dos primeros años de vida del bebé. El proyecto también contempla modificar la legislación para permitir que los contribuyentes con hijos menores de edad puedan hacer deducciones por gastos de educación, alimentación, vivienda y salud no amparados por el Fonasa. A su vez, proyecta motivar a los empleadores a ofrecer servicios de guardería gratuitos a cambio de una deducción de aportes al Banco de Previsión Social (BPS).

La segunda vía por la cual CA impulsó su iniciativa es a través del proyecto de ley “Técnicas de reproducción humana asistida, modificación a la ley Nº 19.167” presentado por los diputados Fernanda Araújo, Silvana Pérez Bonavita y Sebastián Cal en diciembre de 2021. Allí se expresa que el Estado debe brindar técnicas de reproducción humana asistida a cualquier paciente oncológico que pierda posibilidad de concebir naturalmente como consecuencia de su tratamiento. El proyecto de ley no altera la normativa vigente; en cambio, dictamina que sean considerados los pacientes con capacidades reproductivas pero que, por tratamiento como la quimioterapia, podrían sufrir complicaciones a largo plazo como la infertilidad. El 17 de junio se presentó en el anexo al Palacio Legislativo la segunda edición del seminario “Fertilidad: ¿En qué estamos?”, encabezado por la cabildante Pérez Bonavita, donde declaró que la fertilidad es un “tema de interés para todos” y, acompañada de representantes del Fondo Nacional de Recursos, expresó que hay “muchas personas que se encuentran en espera de la aprobación de esta ley para comenzar el tratamiento”.

Ambos proyectos fueron votados unánimemente por las comisiones correspondientes, aunque el de Manini Ríos se detuvo en el Senado a pedido de más información. Según informó La Diaria, el Partido Nacional y el Frente Amplio están de acuerdo con reconocer a la natalidad como un problema en Uruguay y podrían apoyar el proyecto, pero piden un estudio más meticuloso de la situación. Según presentó Manini Ríos en su columna de Radio Oriental, el problema afecta no sólo a la seguridad social, sino también al trabajo y la economía, por lo que debería ser de máxima preocupación parlamentaria. Estableció, a su vez, que los gobiernos anteriores no sólo no han actuado para tratar esta problemática, si no que establecieron leyes, como la de despenalización del aborto, que es “una medida de reducción de la población”. 

En diálogo con Sala de Redacción, Ignacio Pardo, docente del Programa de Población en Facultad de Ciencias Sociales, afirmó que no debe asociarse el descenso de la natalidad con una situación de crisis. El proceso de descenso natalicio es muy conocido y universal: una vez que una población mejora los indicadores de mortalidad y vive en promedio más años, lo esperable es que la fecundidad descienda. “Eso hará que la población deje de crecer y en Uruguay sucederá muy a corto plazo, pero no se trata de un proceso intrínsecamente negativo”, declaró. 

El último informe del BPS correspondiente al año 2021 registró que, dentro de todos los trabajadores registrados en el país, 50 mil son extranjeros. Con este número en subida, Pardo cree que es pertinente reconocer la importancia del flujo migratorio en el sistema de seguridad social y la economía en general. Sobre la posibilidad de implementar mejores prácticas migratorias como medida para estimular el crecimiento demográfico, el docente afirmó que la inmigración es positiva por muchos factores recogidos en la evidencia internacional y es posible que pueda estimularse. Sin embargo, no es esperable que haya flujos de un tamaño tal que “compensen” la caída de la fecundidad. De cualquier modo, Pardo estableció que “hay que hacerse a la idea de que en un país envejecido, de tamaño menor a 4 millones y de baja fecundidad, es buena idea favorecer la inmigración, pero no como salvación ante estas tendencias demográficas macro, que no cambiarán lo esencial”.

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