El pastor Jorge Márquez mira directo a la cámara y dice que la ley integral para personas trans debe ser derogada porque es una “barbaridad” que el Estado tenga que “subvencionar deseos personales y sentimientos”, y que el sexo existe, no se asigna. Junto con el hashtag #DerogaLaLeyTrans fue divulgado tanto por sus redes sociales personales como por las de la iglesia Misión Vida para las Naciones, la cual dirige, y alcanzó las 15. 773 reproducciones.

“Este próximo 27 de octubre elegimos Parlamento (…) Desde aquí y como responsable, mi solicitud es que oremos, que Dios haga su voluntad en estas próximas elecciones. Seamos responsables por el próximo Parlamento, viene una nueva etapa de prosperidad integral en nuestra nación”, clamó el diputado y pastor Álvaro Dastugue en su iglesia el domingo 13 de octubre, en una misa que se transmitió en vivo por Facebook. Saludó a quienes estaban mirando desde el exterior y desde diferentes departamentos, y dijo, agitando su celular, “qué buena es la tecnología que nos permite conectarnos”.

La iglesia ya no es el único lugar para hacer llegar una prédica: las misas se transmiten por streaming, por Facebook, por Youtube, tiene programas de radio y televisión, se hacen twitteazos, se comparten videos e imágenes, se construye un discurso. Familia, Dios, “ideología de género” son los conceptos que más repiten a la hora de convocar a las urnas los políticos que sustentan sus discursos en creencias religiosas.

La consultora Opción estudió la relación entre religión y política en febrero de este año. En una escala político-ideológica del 1 al 10, en la que 1 representa a la extrema izquierda y 10 a la extrema derecha, los uruguayos autodefinidos como católicos se colocan en el 6.43 y los adeptos a otras religiones en el 6.80. A través del mismo estudio, la consultora constató que para estos grupos la intención de voto se inclina mayoritariamente al Partido Nacional, en un 32 y un 33 por ciento respectivamente. Y eso pese a que Uruguay es uno de los países más secularizados y el segundo más agnóstico de la región, donde sólo un 36 por ciento de los ciudadanos, según el último informe sobre democracia y situación económica de la Corporación Latinobarómetro, confía en la Iglesia como institución.

Esto se reflejó en las elecciones internas de este año, cuando la lista 880 de Juan Sartori fue la tercera más votada dentro del Partido Nacional, liderado por la senadora Verónica Alonso y Dastugue. Ambos adhirieron al sector luego de que Alonso abandonara la carrera por la Presidencia. La lista obtuvo 23.667 votos en Montevideo y más de 65 mil sufragios si se suman sus listas en el Interior. Estos dos políticos son conocidos tanto por su inclinación religiosa, como por su lazo con la iglesia Misión Vida, y ya trabajaron en conjunto durante la votación electoral pasada, con la lista 2014 del sector de Jorge Larrañaga, que obtuvo más de 73 mil votos sólo en la capital.

Otro frente conservador dentro del partido es Adelante, liderado por el católico carismático Carlos Iafigliola, que se presentó como candidato a la Presidencia en las internas y obtuvo únicamente 1.675 sufragios. Pero algo por lo que peleó durante la campaña lo puso en el ojo público nuevamente: su guerra contra la “ideología de género” y la ley integral para personas trans promulgada en octubre del año pasado. Desde ese entonces, Iafigliola y Dastugue comenzaron una campaña de recolección de firmas que llevó el pasado 4 de agosto a un prerreferéndum para derogar la ley. La consulta popular obtuvo 272.980 votos y no llegó a superar el 10 por ciento del electorado, cuando necesitaba 25 por ciento para pasar a la siguiente instancia de consulta popular. Sin embargo, su pelea continúa, ahora por una banca para el Parlamento.

Vivir la fe en el siglo XXI

A los evangélicos les ha costado, a diferencia de la iglesia católica, secularizarse, es decir, separar las esferas sociales y las doctrinas de fe de las éticas o políticas, explicó a Sala de Redacción el filósofo y estudioso de la religión Miguel Pastorino, algo que reafirmó en su artículo “Evangélicos y política: la punta de un iceberg”. Les cuesta más el diálogo con el mundo no creyente, “y encuentran en estas listas un lugar donde depositar su voto, donde pueden obtener beneficios acordes a su agenda moral, no por afinidad ideológica”, afirmó Pastorino.

Tradicionalmente evitaban vincularse con la política porque la consideraban “algo sucio”, mundano, donde se enfrentaba la dicotomía entre lo sagrado y lo profano. Pero ante una sociedad que consideran que se está “desmoralizando”, ingresaron al terreno político. Basados en la “teología del dominio”, que sustenta una estructura jerárquica apostolar, siguen la voz del pastor elegido entre los hijos de Dios para ser su guía, incluso a la hora de elegir representación política. El autoritarismo de estos líderes, argumenta Pastorino, pone a sus seguidores al servicio del “político elegido por Dios” que gobernará la nación.

Si bien no hay datos exactos de cuántos uruguayos son pentecostales y neopentecostales, el 15 por ciento de la población uruguaya se autodefine como evangélica, según el último censo realizado en 2014 por la consultora estadounidense Pew Research. En Latinoamérica es una población que ha alcanzado en los último 45 años un 19 por ciento, lo que hizo descender desde 1970 al catolicismo de un 92 a un 69 por ciento. En el mismo informe de la consultora Opción, se destaca que estos evangélicos expresan más su religión que los católicos. El 60 por ciento de los autodefinidos como evangélicos considera que la religión es muy importante en su vida, mientras que sólo el 31 por ciento de los católicos creen lo mismo.

Pentecostales y neopentecostales ponen mayor énfasis en el Evangelio y la lectura de la Biblia, y tienen un estilo más espiritual y emocional de vivir la fe. Ya instalados en la región, sobre todo en Chile y Brasil, crecieron con mayor fervor en la década de los setenta y los ochenta. Tomaron a la tecnología y los medios de comunicación como vías desde donde expresar su pensar, caracterizándose, a diferencia de otras religiones, por su musicalidad y expresión animada. 

Un escudo discursivo

Estos religiosos fundamentalistas configuran su discurso en base a ciertas aristas: el “familismo”es al que más se recurre, una estructura tradicional que hoy, a su entender, está “en crisis”. Los valores tradicionales están siendo destruidos por la “ideología de género” y estamos hoy ante una “crisis moral”, enfatizó por ejemplo Iafigliola, en el lanzamiento de su lista el pasado sábado 5 de octubre, mediante un video compartido en el Twitter de su sector.

Sus argumentos se basan en cuestiones morales, normativas, científicas, políticas y religiosas, como la patria potestad y rol de la educación. “Todos somos iguales ante la ley” y ante la Constitución fue el tema de esta campaña. En los videos realizados por la Federación Estudiantil Contra la Opresión Ideológica (FECOPRI), que también apoyó la campaña contra la ley trans y la campaña Con Mis Hijos No Te Metas, y la comunidad masculina Varones Unidos, se nombran leyes como la 18.620, la 17.817, la 16.906 y el artículo 8 de la Constitución que, según interpretan, ya consagran beneficios suficientes a esta población. Se nombran asociaciones de pediatras, se recurre a autoridades de la medicina para dar sustento a los argumentos de que el sexo existe por naturaleza y no como construcción cultural. Creen que se ha generado una burocracia en torno a un lobby LGBTI que pretende implementar un adoctrinamiento. Entonces, se preguntan en FECOPRI: “¿si en vez de llamarla ley trans la llamamos Ley LGBTI?”.

En este tipo de discursos se reafirma el “pánico moral”, la herramienta más fuerte de esta dialéctica. El feminismo, los homosexuales, la izquierda y la llamada “ideología de género” destruyen la familia occidental cristiana, la cual es la “célula base” de la sociedad. Convierten a estos herejes en principales enemigos a atacar, un miedo generalizado que no es más que moralista. Una narrativa del miedo que configura, agrega el licenciado en Trabajo Social y estudioso de la religión, Nicolás Iglesias, una guerra espiritual entre el bien y estos males, que hay que combatir en la iglesia y, ahora también, en la política.

Brasil cuenta con un gran lobby evangelista que apoyó al actual presidente y ocupa hoy más de 30 bancas en el Parlamento. Desde que Jair Bolsonaro asumió, se han retirado folletos educativos de centros de estudio, como recientemente en el estado de San Pablo, se han censurado publicaciones en la Feria del Libro en Río de Janeiro, y a inicios de setiembre el mismo presidente ordenó al Ministerio de Educación preparar un proyecto de ley para prohibir la “ideología de género” en la enseñanza primaria.

Argentina tiene sus representantes conservadores que también pelearán por la presidencia el próximo 27 de octubre. Por el frente NOS, compuesto por el Partido Conservador Popular y la Nueva Unidad Ciudadana (NUC), es candidato el retirado combatiente de las Malvinas, Juan José Gómez Centurión, y como vice la ex diputada Cynthia Hotton. Durante su campaña se unieron a movilizaciones por la familia y realizaron eventos multitudinarios, como en la “Convención 12”, organizada por Iglesias Evangélicas de Argentina y que reunió a más de 24 mil personas en un estadio en el que se cantó contra el aborto; allí, Hotton invitó a los asistentes a ser protagonistas de una transformación del país “a través de valores y gente comprometida con Dios para gobernar Argentina”.  

Volviendo a Uruguay, no sólo los nacionalistas salieron a votar el 4 de agosto. Manini Ríos, ex comandante en jefe y candidato por Cabildo Abierto, no dudó en adherirse al prerreferéndum contra la ley integral trans. En su programa de gobierno determina que revisará los textos educativos que contengan conceptos de “ideología de género”, ya que la educación de los niños es un deber de los padres. El sexo “no es una construcción social, es un hecho biológico”, enfatizó su candidato a vice en una entrevista que le realizó Sala de Redacción.

Este 4 de octubre el economista Mateo Seré presentó en el programa No Toquen Nada una gráfica que delimita las palabras más usadas por los seguidores de los actuales candidatos, y los de Manini tienen mayor interés por la “familia”, “Dios”, “Brasil”, “madre”, “padre” y “política”, en ese orden. Pretenden llevar la militancia religiosa a la militancia política, agregó el politólogo Gabriel Delacoste, porque saben que van a obtener respaldo. Políticos religiosos hubo siempre y, si bien algunos en el Parlamento lo pueden “disfrazar”, sus seguidores saben que tras el antifaz está la palabra de su dios. Este “músculo político”, según Iglesias, entrena a la comunidad religiosa y la forma de participación política.

Esto se vuelve conflictivo una vez que el discurso se torna corporativista y una herramienta de política electoral, indicó Iglesias, porque se diluyen tanto la laicidad como la democracia. Para Delacoste, en un país secularizado, la laicidad les genera obstáculos. Sin embargo, aclara que hay que poner atención en cómo el concepto mismo de laicidad se está resignificando: “ahora se le da sentido laico no sólo a la exclusión de las religiones, sino de ciertas militancias”, como sucedió con las críticas hacia manifestaciones en oposición a la reforma constitucional Vivir sin Miedo propuesta por Larrañaga.

La laicidad en nuestra sociedad ha dejado a la religión en la oscuridad de sus templos, habilitando el desconocimiento.

En busca de una banca parlamentaria

En las últimas semanas el lazo Dastugue-Alonso comenzó a debilitarse, luego de que se acusara a Alonso de plagio de listas. De cara a octubre, la lista 880 bajo el sublema “Todo por el pueblo” está liderada por Sartori para ambas cámaras, quien de alcanzar los suficientes votos será senador y su primer suplente a la Cámara de Representantes, en este caso Dastugue, diputado. Alonso quedó relegada al segundo puesto para el Senado.

En cuanto a religiosos, Iglesias confirmó a Sala de Redacción que se pueden constatar neopentecostales adeptos a la iglesia Misión Vida tanto en la lista de Montevideo como las pastoras Joanna Perco y Betiana Britos en Canelones, la encargada de hogares Beraca Carolina Batista en Maldonado y el pastor Fabián Clavijo en San José. También hay neopentecostales adeptos a otras iglesias, pentecostales y católicos carismáticos.

Iafigliola lidera como candidato a senador y diputado en la lista 252 del sublema “Todos, hacia adelante”, para defender la vida, la familia y la patria.

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