De acuerdo a un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 92% de la población respira aire que contiene altos niveles de contaminación, lo que provoca siete millones de muertes prematuras cada año. “Este número podría duplicarse para 2050 si no actuamos con decisión ahora”, publicó hace unos días en su cuenta de Twitter el Secretario General de la ONU, António Guterres. 

Las fuentes de contaminación del aire son múltiples y dependen del contexto. En los hogares “es una de las principales causas de enfermedad”, expresa el informe de la OMS.

En diálogo con Sala de Redacción Pablo Franco, ingeniero químico de Evaluación de la Calidad y Control Ambiental de la Intendencia de Montevideo (IM), informó que en Uruguay “80% de las emisiones provienen del uso de leña en la estufa”. 

En Montevideo, la calidad del aire es buena pero tiene episodios “no tan lindos”, explicó Franco. Estos episodios son frecuentes en invierno, producto de que los montevideanos emiten más contaminantes debido a las calefacciones, principalmente por las estufas a leñas tradicionales.

El uso simultáneo de muchas personas a la vez “genera una cantidad de emisiones muy importantes”, aclaró. 

Inversión térmica

Quemar leña en la estufa tradicional genera altos niveles de contaminación, fundamentalmente porque el producto de la combustión no se dispersa. Franco explicó que por lo general, las emisiones suben y luego el viento o la lluvia las arrastran hacia otro lado; eso permite que lo que sale de algunos conductos como chimeneas y caños de escape, no sea aspirado por las personas porque se logra dispersar.

Pero en las noches frías de cielo despejado y viento calmo se produce un fenómeno llamado inversión térmica. Según Franco, este fenómeno se explica porque a mayor distancia de la tierra, la temperatura de la atmósfera suele ser más fría, pero en noches frías, de cielo despejado y sin viento, “las temperaturas de las capas que están un poco más arriba de lo que las personas respiramos, están más calientes que contra la tierra”. Puntualizó que eso “produce un perfil de temperatura inverso al habitual y tiene como consecuencia que lo que se emite de las chimeneas no suba a las capas altas de la atmósfera y se quede como una ‘tapa’ arriba. Se emite mucho, no se dispersa y la concentración de humo alcanza niveles elevados, justificó el ingeniero. 

Impacto en la salud

Según la OMS, la exposición a altos niveles de contaminación del aire puede causar resultados adversos para la salud: aumenta el riesgo de infecciones respiratorias, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y cáncer de pulmón.

Al respecto, Pablo Franco dijo a Sala de Redacción que hay más riesgo de infección en interiores; hogares o edificios con poca ventilación “donde el aire está viciado”, explicó. 

Puede mejorar 

“Mejor leña al fuego” es una campaña impulsada por las intendencia de Montevideo y Canelones en conjunto con los ministerios de Ambiente, de Industria, Energía y Minería, y de Ganadería, Agricultura y Pesca. Busca fomentar el buen uso de la leña para que su utilización no sea tan agresiva con el ambiente.

“La medida fundamental es no quemar leña húmeda”, explicó Franco. La solución es abastecerse en los meses previos al invierno. La leña recién cortada puede contener hasta 50% de humedad. Para que se considere seca su contenido de humedad debe ser inferior al 25%, esto ocurre a los ocho meses de ser cortada.

Otra solución que brindó Franco es utilizar estufas de alto rendimiento, suelen consumir la cuarta parte de leña que una tradicional para obtener el mismo calor. “No agrede el ambiente y se ahorra dinero”, reflexionó.

También existe la contaminación transfronteriza, que afecta a Uruguay generalmente entre julio y agosto. Las quemas de pasto en Delta del Paraná, en zonas cultivables de Paraguay y del sur de Bolivia, llega hasta Uruguay y “tiene un efecto muy impactante”, indicó el especialista y expresó que “lamentablemente no se puede evitar”.

Otro contaminante importante es el dióxido de nitrógeno (NO₂) que sale de los caños de escape de los vehículos. Franco contó que desde 2020 la IM puso una limitante tecnológica a los ómnibus que importan las compañías de transporte. “Se prohibió a las empresas incorporar vehículos que no cumplan con la exigencia en cuanto al impacto ambiental”.

De ese momento en adelante, las empresas deben comprar ómnibus con determinadas características, de modo que a medida de que se vaya renovando la flota “va a haber una mejora en la calidad del aire”, concluyó. 

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