A través de una cuenta de Twitter, un grupo de trabajadores de la multinacional McDonald’s en Uruguay se organizaron para denunciar “el destrato, la precarización y la explotación” que sufren a diario. “Esta movida no apunta contra personas particulares sino que quiere mostrar el abuso de poder que se da de forma piramidal donde lxs que más sufrimos somos lxs empleadxs que estamos en la base de dicha pirámide. ¡La lucha de uno, es la de todxs!”, señala la primera publicación de este movimiento de principios de mayo.

A través de la cuenta, cuyo nombre es Mc Estafa, se comentó que los trabajadores son la cara visible de la compañía y también tienen derecho a manifestar las experiencias vividas. El administrador de la cuenta de Twitter (que prefiere mantenerse en el anonimato) habló con Sala de Redacción sobre los hechos que denuncian estos trabajadores organizados como el bajo salario, los maltratos y la multifunción.

Denuncian “principalmente que McDonald’s no permita que sus trabajadores se organicen, que el hecho de que no haya una organización para el reclamo sea la base para permitirse todo tipo de atropellos”, señaló. Relató que muchas veces trabajan en condiciones de riesgo, como cuando deben retirar el aceite caliente y no cuentan con una máscara y guantes especiales. “También cuando hay que levantar mucho peso, para lo que es necesaria una faja especial, y eso tampoco aparece”, acotó.

Al ser consultado sobre si sus reclamos eran escuchados por la empresa, quien administra la cuenta de Mc Estafa comentó que ahí hay otra cuestión en lo que tiene que ver con la calidad del empleo. “McDonald’s no es una empresa receptiva a quejas, podés hablar con un encargado que capaz se mueve para intentar arreglarte el problema puntual, pero no está bien visto. Por ejemplo, una encargada debido a la pandemia pidió el seguro de paro y la despidieron”, afirmó.

Según la persona consultada, McDonald’s no envió a nadie al seguro de paro y a los empleados les pagaban 4.000 pesos al mes; no hubo ningún acuerdo con los trabajadores, todo se arregló por fuera, como si se siguiera trabajando normalmente.

Fernanda Aguirre, actual secretaria de derechos humanos del PIT-CNT y ex secretaria general del Sindicato Único Gastronómico y Hotelero del Uruguay, al ser consultada sobre las políticas laborales de McDonald’s comentó a Sala de Redacción que la empresa tiene “una política individualista y mantiene una situación de acoso moral importante en muchos de sus establecimientos”. Según Aguirre, en McDonald’s siempre hay un hostigamiento al de al lado, no un principio colaborativo. “Las prácticas de McDonald’s son muy reprobables, y en la medida que uno intenta organizarse, sufre luego de manera permanente una represión directa y subliminal. Muchas veces los gurises con poca experiencia laboral van en un menoscabo cotidiano y permanente de su autoestima que cuando se quieren acordar tienen, como vimos hace poco, crisis de pánico y una inestabilidad emocional que los lleva a no poder asistir más al trabajo, con un desajuste emocional importante”, subrayó.

La secretaria consideró que el sistema contractual de McDonald’s es precario y que la empresa tiene mucho oficio en ocultar las formas de hostigamiento. “Que en una primera práctica laboral lo que incorporen los jóvenes sea la inhibición a ejercer sus derechos a organizarse, a expresarse, a juntarse con sus pares y en definitiva a pararse ante las injusticias que identifican, no creemos que sea una buena primera experiencia laboral,” concluyó Aguirre.

Por otro lado, Hugo Barreto, abogado grado 5 de la Universidad de la República y experto en derecho laboral, comentó a Sala de Redacción que no está permitido que ninguna empresa obstaculice la organización de sus trabajadores. “La organización es un derecho humano fundamental, está reconocido en tratados internacionales, está protegido por leyes nacionales”, detalló. Barreto comentó que las empresas no pueden comportarse de esa manera, y mencionó la ley 17.940, que establece que “es absolutamente nula cualquier discriminación tendiente a menoscabar la libertad sindical de los trabajadores en relación con su empleo o con el acceso al mismo”.

Sala de Redacción intentó contactarse con Paula Espasandín, encargada de comunicaciones de McDonald’s, pero no tuvo respuesta.

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