En esta parte del mundo, el fútbol es el deporte rey, despierta pasión y son millones quienes lo practican, lo miran o incluso se divierten con él a través de videojuegos. “Echarse un FIFA o un PES [Pro Evolution Soccer]” es la opción que la mayoría elige año tras año cuando quieren controlar a sus jugadores y equipos favoritos, ya sea en solitario, en línea o con amigos. Regates mágicos, goles acrobáticos, penales en los últimos minutos. Cualquier cosa es posible dentro del rectángulo de juego virtual.
La pandemia obligó a desarrollar las competencias deportivas a puertas cerradas y llevó a una revalorización del papel del hincha en el espectáculo deportivo. De la misma manera, el entrenador, sin correr 10 kilómetros ni realizar 15 recuperaciones o 150 pases por partido, es una pieza fundamental del juego; es la mente maestra detrás del funcionamiento de los jugadores en el césped. Para aquel nicho de jugadores que desean convertirse en el Maestro Óscar Washington Tábarez antes que en Edinson Cavani, desde hace 16 años existe Football Manager: un videojuego orientado a la simulación de la gestión de un club de fútbol desde la posición del director técnico o mánager.
Federico Aranda es el jefe de investigadores del videojuego para Uruguay, año tras año recopila y actualiza una inmensa base de datos para que llevar a Atenas de San Carlos o Racing de Sayago a la gloria sea posible. Además, este 9 de noviembre se estrena la nueva serie del juego en todo el mundo.
-¿Cómo arrancaste con los videojuegos de gestión deportiva?
A principios de los años 90 conocí el PC Fútbol, que fue mi punto de ingreso a los juegos de gestión deportiva. Unos años después, cuando PC Fútbol había desaparecido un poco del mapa, un amigo me trajo otro juego, el Championship Manager y cuando lo vi me enamoré. En esa época, si había Internet era muy caro y lo podía usar muy poca gente, por lo cual yo veía que había errores en el juego relativos a Uruguay y no había forma de corregirlos. Unos años después, ya cuando Internet estuvo un poco más accesible, me registré en los foros que tenía la empresa desarrolladora, que era Eidos Interactive y reporté algunos errores y rápidamente me reclutaron como asistente de la persona que se encargaba de cubrir en ese momento casi toda Latinoamérica, salvo Brasil. Luego de unos años, esa persona dejó el puesto y me dejaron quedarme en el lugar de head researcher de Uruguay, allá por 2005. Para ese entonces, el juego pasó a llamarse Football Manager y su desarrollo estaba a cargo de Sports Interactive.
-¿Qué te da a vos Football Manager que no te da el PES o el FIFA?
Son juegos totalmente diferentes. Tampoco los probé demasiado, solo el Pro Evolution Soccer hace un par de años, pero el nivel de inmersión en cuanto a la gestión no tiene nada que ver. Si vos querés jugar, hacer desbordes y levantar centros, no vas a jugar al Football Manager, vas a jugar al FIFA. Si vos querés gestionar un club, con toda la complejidad que eso conlleva, vas a jugar al Football Manager y no al FIFA. Si bien tienen una misma temática, que es el fútbol, los juegos apuntan a dos nichos de jugadores completamente diferentes. En el FIFA y PES podés sentarte 10 o 15 minutos, jugar un partido e irte. El Football Manager no permite eso porque es tan complejo e inmersivo que necesitás una inversión de tiempo mucho mayor.
-¿Qué funciones hacés desde tu posición de researcher?
La función de un head researcher de cada país es encargarse de sus respectivas ligas, algunos tienen muchos asistentes a los que delegan tareas como pulir uno o más clubes. En mi caso tengo un asistente, Carlos García, que se encarga de la C y de OFI [Organización de Fútbol del Interior], mientras yo me encargo de la primera y la segunda división. Básicamente, chequeamos todos los clubes, tratamos de que las reglas estén lo más actualizadas y correctas posibles, aunque eso es bastante difícil dado las características del fútbol uruguayo. Después viene toda la parte divertida, la de evaluar jugadores, técnicos, poner atributos, subir y bajar parámetros, etcétera.
-¿Percibís una remuneración por tu tarea o lo haces de forma voluntaria?
Es un trabajo, una tarea paga. Nosotros tenemos que cumplir con determinados requisitos y la empresa tiene determinadas exigencias. No te puedo comentar mucho ni explayarme demasiado en el tema de los pagos, primero por un tema de privacidad y después porque tengo una cláusula de confidencialidad que me impide hablar públicamente de un montón de cosas, entre ellas de los arreglos económicos. Lo que sí te puedo decir es que hay una noción en el ambiente que rodea a Football Manager de que nosotros ganamos mucho dinero y la verdad que no es así. En lo que a mí me toca, gano más o menos un sueldo mínimo de Uruguay, mi trabajo de Football Manager lo hago porque me gusta mucho, porque es pago, si no lo fuera no lo haría, pero sobre todo por vocación. Además, lo tengo que complementar con otro trabajo que es lo que nos pasa a todos los researchers del juego. Lo hacemos porque lo disfrutamos mucho, pero tenemos otro trabajo.
-¿Cuál es tu otro trabajo?
Soy corresponsal y editor de Soccerway.com, que es una web que hace estadísticas de fútbol que pertenece al grupo Statperform, una gran compañía que cubre un montón de cosas que tienen que ver con el mundo deportivo. Yo trabajo en el área de estadísticas deportivas, donde básicamente cubro la primera y segunda división de Uruguay. Es un trabajo que esta complementado con el Football Manager.
-¿Cómo es tu fin de semana cubriendo a los equipos?
Me encantaría poder ir a los partidos, pero se me hace imposible ir a uno detrás del otro todo el día, sé que hay periodistas que lo hacen, pero en mi caso sería más contraproducente. Espero ver cómo van a resolver ese tema la temporada que viene, que no va a estar la pandemia. Por lo pronto, que hayan televisado esta temporada todos los partidos de la A y de la B fue muy beneficioso, porque me permitió ver un montón de partidos que antes no podía ver. Antes se transmitían tres partidos de primera división y en la B solo uno. Pasé de ver cuatro partidos por fin de semana a 14 por fecha entre la A y la B.
-La nueva entrega de la serie se estrena este 9 de noviembre, ¿cuándo tuviste que entregar los datos sobre el fútbol uruguayo?
Tenemos una base de datos en la que trabajamos todos al mismo tiempo y que está compartimentada. Yo trabajo en el área de Uruguay y tenemos fechas, que no son de entregas porque es una base de datos en línea, pero sí fechas a las que hay que llegar con determinadas cuestiones terminadas. Hace tres meses hubo una fecha primaria en la que tenían que estar prontos los historiales de los jugadores, un mes después tenían que estar prontos todas las transferencias y hace unas semanas fue la fecha final, sobre la que se extraen los datos que salen en la versión final del juego.
-¿Armar y actualizar la base de datos te lleva todo el año o tenés un momento de pausa?
Siempre y cuando lleguemos a las fechas con los datos requeridos, la empresa no nos hace demasiados problemas. Yo prefiero trabajar un poquito todos los días, así el trabajo nunca se vuelve ni obsoleto ni demasiado pesado, hay otros que prefieren trabajar de otra forma.
-¿Qué métodos utilizas para recabar la información? ¿A qué tipo de fuentes recurrís?
Tengo amigos que han terminado en el mundo del fútbol y por ahí se ha ido tejiendo una red de contactos. Gente que se contacta, que le gusta el juego, pero que también son preparadores, fisioterapeutas, jugadores de un club, se va formando otra red de contactos. También tengo a mi asistente, Carlos García, que trabaja de delegado de distintos clubes, también estamos atentos a lo que pasa en los diferentes medios de comunicación. Hoy es mucho más fácil, cada club tiene una cuenta de Twitter en la que pasa su información de forma mucho más fácil. Obviamente, también está la cobertura de los partidos en vivo, en cancha, de los partidos televisados, la información que surge de ahí, de periodistas que cubren esa transmisión y tienen información que no tenemos. Somos radares que estamos todo el tiempo pendientes de toda fuente de información que pueda haber, pero siempre tratando de mantener un perfil bajo. En definitiva, no hacemos periodismo, trabajamos para un juego.
-¿Cómo se organizan para abarcar tantos equipos? ¿Cómo hacen con el interior?
No es una tarea sencilla. Hay que entender también que en el Football Manager las prioridades son la primera y la segunda división, que son las dos ligas jugables. Por lo tanto, la C y OFI son pequeños añadidos que hacemos para agregarle más fondo, más realismo, pero el nivel de cobertura que hacemos, si bien es muy bueno, no alcanza a ser de la misma calidad que el de la A y la B. García, que se encarga de hacer la C y OFI, simplemente va a los partidos que puede. Él se acercó hace unos años, cuando me envió mensaje por privado a la cuenta que yo tengo del juego en Facebook, que se llama Football Manager Uruguay, porque quería colaborar. Yo vi que él tenía muchas ganas, le di un par de tareas y cumplió. Hace cinco años que está.
-¿Cuáles son los atributos más difíciles de averiguar?
Los mentales. El profesionalismo es un ejemplo de atributo mental, después hay otros, como la adaptabilidad, la ambición, la controversia, la determinación, la presión, la deportividad, el temperamento o la calma. Precisás una cita cual psicólogo con el jugador para determinar todos esos atributos con exacta precisión.
-Cuando hablamos de tantos equipos, jugadores, staff, ¿realmente es posible actualizar al 100% sus estadísticas año a año?
Es totalmente imposible cubrir nada al 100%, ni siquiera la A. Nunca podés tener una visión acabada de un jugador, cada jugador tiene alrededor de cien variables. Estos parámetros van de algo tan “obvio” como la técnica individual a algo tan subjetivo como el profesionalismo de ese jugador. Para conocer su profesionalismo lo tenés que conocer personalmente o que alguien que lo conoce personalmente te pase la información. Esos datos los dejamos libres, que el juego en cada partida le asigne un valor aleatorio y así sucede con un montón de atributos que son imposibles de saber. Querer cubrir todo es lisa y llanamente imposible. De hecho, hay dos corrientes en la cobertura del juego, hay gente -al igual que yo- que cree imposible saberlo todo acerca de todos. Está bien reconocer que no sabemos algo y dejar atributos sin llenar. Hay otros que creen que lo mejor es llenar la mayor cantidad de atributos, incluso al riesgo de estar adivinando. Son dos corrientes, yo me suscribo a la corriente de que si no lo sé, no lo agrego. Está bien porque no podés saber todo de todos.
–¿Nunca te pasó que un jugador te haya manifestado su desacuerdo respecto a sus atributos en el juego?
Sí, me ha pasado, pero siempre en términos de chiste o broma. A veces termino conociendo jugadores de forma personal que me dicen: “Me pusiste tal valor acá, hay que arreglarlo”. A veces se arregla y a veces no se arregla, porque son simplemente opiniones diferentes. Más allá de eso, estoy abierto a la crítica porque es imposible saberlo todo de todo, y cualquier aporte de información siempre es muy valorable. Obviamente, muchos jugadores me dicen, por ejemplo, que son ambidiestros y le pegan de igual forma con la zuda y con la derecha, lo que es casi imposible. Entonces, a veces hay que aplicar un poquito de filtro, escuchar lo que dicen, pero después ir a verlos y contrastar lo que ellos te dicen con lo que pasa adentro de la cancha.
–¿Cómo es el ida y vuelta con la gente de Sports Interactive en Inglaterra?
Trabajo con ellos desde 2005, por lo que tenemos una relación estrecha. De hecho, cada tres o cuatro años nos vemos en persona, ellos organizan conferencias en Londres y nosotros viajamos, porque al ser nuestro trabajo remoto no tenemos la chance de conocernos realmente. Allí vamos todos los researchers de cada país y esa es la instancia en la que nos vemos cara a cara y hacemos que la relación sea un poco más personal. El último meeting fue en 2018. Si bien la excusa es el trabajo, estas conferencias se hacen en un ambiente muy relajado, estamos todos charlando con una cerveza en la mano.
-A lo largo de este tiempo, ¿has tomado algún tipo de curso para mejorar tus habilidades?
Antes de ser researcher hice cursos de periodismo deportivo y unos años de la Licenciatura de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de la República; no terminé la carrera, pero básicamente son mis dos áreas de conocimiento respecto al tema. De todos modos, quiero hacer hincapié en que yo no soy un especialista en Big Data, hay gente que estudia eso y tiene mucho conocimiento. Lo mío es conocer un poco de todo, un poquito de táctica, un poquito de jugadores, tener un conocimiento aproximado y global de todo, pero mi conocimiento no es exhaustivo, especifico ni técnico.
–Sports Interactive es un estudio inglés, ¿el juego tiene demasiada impronta inglesa?
Totalmente. El juego esta pensado con la mente de Inglaterra. Una apreciación mía es que les ha costado interpretar que el fútbol alrededor del mundo no es como en Inglaterra, que hay cuestiones que se aplican solamente a ese país y no a otros. Esto nos pasa mucho a todos los researchers de Latinoamérica, donde la distancia cualitativa, de infraestructura, de forma de trabajo, no tiene nada que ver con Inglaterra y es hasta frustrante hacerles ver qué tan diferente es y por qué es necesario que algunas cosas se hagan de otra forma.
-¿Qué es lo que mas te gusta de Football Manager? ¿Y lo que menos?
Como jugador lo que menos me gusta es que el juego esta demasiado pensado para el modelo inglés y resulta no tan atractivo jugar con otras ligas, porque se pierde mucho del folklore, del realismo de cada país que no sea Inglaterra. La complejidad no me gusta mucho, creo que se ha alcanzado un nivel de detalle en algunas áreas que me parece innecesario, no aporta, hace ruido más que ayudar a que la experiencia para un jugador nuevo sea más atractiva. Lo que más me gusta es el nivel de detalle que tiene el juego, podés buscar casi cualquier jugador del mundo y lo vas a encontrar, reflejado en mejor o peor medida, pero lo vas a encontrar. Al mismo tiempo, la complejidad, que para algunas cosas no está buena, para otras sí. Un juego más complejo, más realista, menos a lo FIFA o a lo PES, está bueno porque se convierte en un juego para un público particular.
-¿Sos hincha de algún equipo en Uruguay?
No, la verdad que no. Cuando era chico era fanático de Peñarol, después con los años, mucho antes de que empezar a trabajar para Football Manager, me desentendí totalmente del fútbol, generé una capa de rechazo. Después me hicieron la oferta de trabajar para Championship Manager y ahí volví a retomar, pero ya me había desprendido del hincha. Hoy todo lo contrario, más que ser hincha de Peñarol, siento un rechazo bastante fuerte con respecto a Peñarol y Nacional, que son los clubes que hegemonizan el fútbol uruguayo y le hacen bastante daño. Tengo una cuenta de Twitter personal, que si la leés te vas a dar cuenta de que estoy muy a favor de los cuadros chicos, porque hay una desigualdad tremenda. Obviamente, los hinchas de los cuadros grandes no lo ven, fui hincha y no lo notaba, pero realmente hacen que el fútbol uruguayo sea menos entretenido de lo que podría ser.
-¿Tenes algún hobby por fuera del fútbol?
Sí, claro. Es difícil, porque al tener dos trabajos relacionados al fútbol, mi vida gira en torno a eso. Por una cuestión de estabilidad mental, como yo trabajo en dos empresas cubriendo fútbol uruguayo, en mi tiempo libre no miro eso, porque no quiero pasar mi día entero viendo fútbol por la televisión. Además, al ser teletrabajo es algo que hago siempre desde el hogar, trato de salir un rato. A veces es difícil separar las horas de trabajo con las horas de entretenimiento, porque al trabajar desde tu casa cualquiera puede ser el momento de descansar, hay que tener cuidado con eso. Mis hobbies son juntarme a comer un asado con mis amigos, juntarme a jugar al fútbol, al básquetbol, tocar la guitarra, leer mucho, estar con mis perros. Básicamente, lo que hace una persona normal.
-¿Estás en el trabajo soñado?
Sí, es un trabajo que disfruto mucho. Probablemente, si no trabajara para Football Manager no trabajaría en nada relacionado al fútbol, así que imagínate cuánto lo disfruto. Me permite un montón de libertad que con otro trabajo probablemente no tendría.