Karina Núñez ceba un mate y organiza las cuentas de su casa, pero en la siguiente escena se pinta los labios y deja que el frío de la noche la acompañe en su andar, la larga espera de un acto que le va a ayudar a pagar esas cuentas. La escena forma parte de los primeros minutos del capítulo “Placer sexual: lo hacemos pero no lo hablamos” del ciclo Ventanas. Esta serie de programas documentales fue realizada en el marco de un seminario de realización de televisión por estudiantes de la Facultad de Información y Comunicación (FIC) de la Udelar. En Televisión Nacional del Uruguay (TNU) se está emitiendo su segunda temporada.

Los rulos rubios al viento y el labial oscuro brillando por los focos de los autos: Karina desfiló con su simpleza por la ruta y por la pantalla de nuestros televisores; ahora lo hará por la pantalla grande de Cinemateca. La trabajadora sexual es la protagonista del documental que lleva su nombre y se estrena este jueves en Cinemateca en el marco del 19° Festival Internacional de Escuelas de Cine organizado por la Escuela de Cine del Uruguay (ECU).

El documental de 7 minutos representará el trabajo realizado por la productora La Maja Desnuda, conformada por Dilva Devita, Silvina Cabral, Laura Castro, Evelyn Rodríguez y Laura Giraudin, estudiantes de la FIC. Competirán, dentro de la selección oficial, junto a 53 escuelas de cine de todo el mundo en representación de su casa de estudios y, junto al equipo de la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU), de la educación pública de nuestro país.

En charla con las realizadoras, las majas contaron a Sala de Redacción los obstáculos para hacer audiovisual en Uruguay, sobre todo de estudiarlo y de aprender filmando. También relataron cómo es filmar la vida misma y la ajena, la experiencia de participar en festivales y la sorpresa de verse en la pantalla grande.

La maja vestida

Laura, Silvina, Dilva, Evelyn y la otra Laura no paran de reír y tratan de no pisarse con sus palabras cargadas de emoción, mientras el mate da vuelta la ronda de mano en mano. Es la primera vez que las entrevistan, es la primera vez que se sienten cineastas, es la primera vez que su obra se va a ver en la pantalla grande. También es la primera vez que Karina Núñez se va a ver en el cine, como una doble de acción, como la protagonista de una historia, como el rostro de muchas mujeres que en Uruguay ejercen el trabajo sexual.

Foto: Agustina Huertas

Cuando cursaban su tercer o cuarto año de la carrera de Comunicación, el trabajo final del Seminario Taller de Realización de Televisión las desafió a pensar un tema a investigar y a filmar. El cine era algo que había motivado a pocas a la hora de elegir la Licenciatura en Comunicación. Dilva no tuvo otra opción, la oferta privada de estudios cinematográficos es cara, la Licenciatura en Lenguajes y Medios Audiovisuales de Bellas Artes se inauguró cuando ella ya concurría a clases en la FIC y además era inviable para ella mudarse a Piriápolis. A Evelyn, por su parte, el sonido la impulsó a anotarse en la carrera, especializarse en el área del sonido venía en el paquete entero del audiovisual, y no se veía en otro puesto. A las demás las fue llevando la marea de materias al muelle del documental, cuando en 2017 comenzaron a trabajar juntas. Primero se reunieron cuatro bajo el nombre de India; al semestre siguiente y con Dilva integrada fundaron Lego y comenzaron a construir su próximo trabajo: un documental con formato televisivo para ser emitido en TNU.

Todas coinciden en que hay dos piedras difíciles en el camino: lo económico y lo material, y la conjunción de ambas en lo práctico. En la FIC vivieron la transición hacia el nuevo edificio, la institución se va acoplando de a poco a las nuevas tecnologías y materiales, incluso al uso de su estudio de televisión.

Dilva argumenta que si bien saben que no es una escuela de cine, hay técnicas necesarias que aprender para aplicar el día de mañana en un trabajo. “Salís después a la jungla y te piden de todo, desde uso de cámara hasta diseño gráfico”, agrega Laura Giraudin. Y, sin duda, lo que falta es ficción, agrega Laura Castro, porque pocas materias dejan jugar con la imaginación. Es por ello que, aunque no fuera su elección, el grupo terminó amarrado al documental. Y, sin embargo, al contrario de lo que pensaron por viejas experiencias, “como esos documentales que te muestran en la escuela que son un embole”, ejemplifica Silvina, le tomaron cariño. El documental les mostró que hay otras formas de ver, de mostrar relatos e historias, de comunicar y de explorar.

La vida misma

Con Lego formado se dividieron tareas y pensaron tema. Evelyn, que hace años tenía claro que el sonido era su atmósfera, se encargó de ello; Dilva, cineasta de raíz y la licenciada del grupo, se encargó de la cámara y la dirección de fotografía. Por su lado, Silvina optó por la producción de campo, y Laura Castro, por la ejecutiva, mientras se hacía cargo de la dirección también; el desarrollo de posproducción y edición quedó en manos de Laura Giraudin. En la isla N °10 se cocinó el capítulo que TNU emitió en junio con foco en la sexualidad. Llegaron al tema por consenso y debían buscar tres especialistas y tres protagonistas, además de una mirada diferente. Querían evitar los estereotipos, exponer un lado B de la sexualidad, como por ejemplo el trabajo sexual de varones, pero ninguno accedió a ser filmado. Les resultaba difícil entrar en el campo sin exhibirlo explícitamente, y acorde al horario en que iba a ser emitido el programa.

Por medio de la educadora sexual entrevistada llegaron a Karina Núñez. Oriunda de Young, la trabajadora sexual es conocida por su militancia a favor de los derechos de estas trabajadoras. Karina les abrió la puerta de su modesta casa, de sus horarios, de su intimidad, y como ojo de Gran Hermano, las cinco estudiantes se movieron tras la cabellera rubia por la ciudad. La acompañaron en su rutina, a la presentación de su libro y a la cotidiana rotonda de cada noche. Y fue en el campo de acción que sufrieron inconvenientes, los cambios de planes y humor las desafiaron.

Allí notaron la diferencia de hacer ficción y documental. Con el primero se tiene un plan. En lo documental, si se tienen pocos recursos, una no sabe con qué se va a encontrar al momento de retratar una vida. “Se genera cierta tensión de hasta dónde le podés decir qué hacer, cómo seguir y hasta dónde tenés derecho a exigir”, explica Laura Castro. También se suceden las decisiones rápidas de producción y los riesgos que se corren al “estar filmando la vida misma, porque no se puede parar”, añade Evelyn.

Luego de Ventanas, el material de días enteros en la ciudad de Río Negro quedó estancado. Con el fin de presentarlo en otra materia, lo revisaron y lo acondicionaron para ser un documental independiente. Se cuestionaron si estaban mostrando una mirada positiva del trabajo sexual, cuando ellas no estaban enteramente de acuerdo con ello, aunque tampoco de pararse desde la orilla del abolicionismo. Comprendieron entonces la lucha de Karina a lo largo de estos años de militancia. Hay mujeres que perdieron sus años laborales productivos, que al apartarlas del trabajo sexual no tendrían experiencia laboral, menos jubilación, sobre las que recae un estigma que sigue siendo alto, más aún en el interior del país.

En lo técnico revisaron que la estructura fuera sólida, con principio, desarrollo y desenlace; en cuanto al contenido, la ética del mensaje. Al dejar fuera los prejuicios, rompieron con los discursos típicos: “que por qué no limpia pisos, que debe de ser drogadicta. Pero no, hay muchas realidades, hay exclusión de la educación, de las familias. El estigma solo las hace caer en el mismo círculo”, arremete Dilva.

Como ya existía otra productora con el mismo nombre, buscaron opciones C. Entre pinceladas de Goya nació La Maja Desnuda, para desvestir con la cámara aquello que en el mundo les inquieta.

Toma diecinueve… ¡Acción!

En 2017 las Lauras fueron por primera vez al festival que organiza ECU, les picó el bichito del cine y les dieron ganas de alguna vez participar. Siendo espectadoras o voluntarias de festivales sentían que las cosas que veían en pantalla también las podrían lograr. Afirman que desde la Udelar se debería incentivar más a participar en festivales. Que conforman espacios necesarios para dar visibilidad al trabajo producido por alumnos como forma de mostrarse como realizadores, tanto en el futuro ámbito de trabajo como entre compañeros. Además son un gran incentivo, comenta Laura Giraudin, para esforzarse más a la hora de filmar.

Dilva recuerda como ejemplo las viejas Noches de Cortos que se hacían antes en la FIC, un espacio de reunión en el que se compartían las obras entre compañeros, que podrían volver a planearse con la nueva sala de actos del edificio actual. Ahora, cuentan, ya no se sabe qué hacen los compañeros de carrera, ni de clase, nada más que alguna imagen por el camino al asomar la cabeza en las cabinas de edición. Una iniciativa que podría generar vínculos también con el Cine Universitario que, con grilla repleta de cine de los noventa, poco exhibe de lo que se cocina en las aulas de la Udelar.

Eso las motivó a organizar un cine foro con el Cine Universitario, por lo que el 18 de setiembre a las 20 horas se podrá disfrutar “Karina” nuevamente y de algún otro corto más. Para las cinco el mayor premio es exponerlo en la pantalla grande de Cinemateca, sin reparar demasiado en que que además de representar a su casa de estudios, están representando a toda la Universidad. “Por ahora vamos como espectadoras, capaz que una semana después podemos saber qué se siente representar todo eso”, concluye la sonidista.  

El festival organizado por ECU llega a su edición N° 19, del que se podrá disfrutar del 14 al 17 de agosto con entrada libre y gratuita. Compiten en la instancia 70 cortometrajes: 38 ficciones, 19 documentales y 13 animaciones, realizados por estudiantes de 53 escuelas de cine de 29 países. Entre estos, 12 uruguayos: seis de la casa de estudios organizadora, dos de la Escuela de Cine Dodecá, uno de la Universidad de Montevideo, uno de la ORT, uno de la Tecnicatura en Audiovisuales de UTU y el producto de las entrevistadas. La selección, que pretende evidenciar el trabajo de las nuevas generaciones de cineastas aún en formación, este año se caracteriza por ser paritaria: el 50 por ciento de las realizaciones fueron dirigidas por mujeres.

Además, durante los cuatro días se podrá disfrutar de clases magistrales con productores invitados como el uruguayo Sandino Saravia Vinay, Gema Juárez Allen y los también directores argentinos Mariano Llinás y Laura Citarella. Se estrenarán las producciones nacionales “El último youtuber” y “Al-Nujum – Las estrellas”, y el sábado se exhibirán los cortos realizados por niños y adolescentes, de entre 6 y 17 años, en el Taller de Arte Audiovisual. “Karina” se podrá disfrutar en una de las salas de Cinemateca el jueves 15 a las 20 horas.

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