La búsqueda de SARS CoV-2 en los ómnibus de Montevideo, un cómic para niños con información sobre la pandemia y el estudio sobre la eficacia de la saliva para diagnosticar la presencia de coronavirus, fueron algunas de las iniciativas desarrolladas por el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE) desde el comienzo de la emergencia sanitaria. El 27 mayo, en una actividad virtual, investigadores del instituto expusieron las acciones implementadas en el marco de estos tres proyectos. 

El Instituto, que lleva el nombre de su fundador, pertenece al Ministerio de Educación y Cultura y se dedica a la creación de conocimiento científico original en diferentes campos de las ciencias biológicas. Uno de los departamentos que funcionan en la institución es el de Microbiología, al que pertenece Paola Scavone, doctora en Ciencias Biológicas, quien expuso una presentación titulada “¿Sirve la saliva para el diagnóstico de covid?”. 

Scavone expresó que una de las principales razones por las que se usa la saliva para la realización de test es la “transmisión del virus por gotículas”, motivo por el que se insiste en el uso de la mascarilla facial. La investigadora explicó que “la saliva permite determinar la carga viral y dar un pronóstico evolutivo de los pacientes”. Habló sobre la posibilidad que tienen los test de saliva de detectar “buenos y malos contagiadores”, ya que “se ha visto que determinadas personas con carga viral baja rápidamente eliminan el virus de la saliva y pasan a ser malos contagiadores, porque si bien son positivos por distintos diagnósticos, no serían capaces de transmitir la enfermedad”. Aunque esto todavía se estudia y está en debate, “podría llegar a reducir las cuarentenas” por lo que mitigaría las consecuencias de estas.

La doctora manifestó su sorpresa al haber encontrado que en lo que va de 2021 se han publicado 342 artículos que contienen las palabras “saliva” y “covid” un número muy alto si se considera que en todo 2020 se hicieron 384 publicaciones con esos términos. Esto demuestra una creciente evidencia científica sobre el tema, valoró. 

Además, enumeró tres ventajas en la utilización de los test de diagnóstico a través de la saliva. Por un lado, “no requiere personal capacitado” porque el paciente se “autotoma la muestra”, de forma no invasiva, lo que evita la exposición de los trabajadores de la salud. Por otra parte, “evita cuellos de botella” ya que, por ejemplo, estas pruebas no necesitan hisopos, por lo que no se corre el riesgo de que falten esos insumos y se enlentezca la toma de muestras. Por último, resaltó que se “hacen directamente sobre la saliva, por lo que no es necesario el paso de extracción de ARN”, lo que reduce el tiempo y los costos del test. 

En el IIBCE “hemos desarrollado un test de diagnóstico basado en la técnica RT-LAMP [amplificación isotérmica mediada por bucle de transcripción inversa]” que consiste en “hacer copias del material genético presente en la muestra de saliva”, expresó. Dicho proceso puede hacerse a través de la visualización de cambios colorimétricos o por la detección de una molécula que cuando se expone a la luz ultravioleta, florece. La institución optó por trabajar con la segunda técnica, expuso Scavone. 

A pesar de las ventajas, la utilización de este tipo de pruebas “es controversial”, señaló la doctora, porque se ha observado variabilidad, tanto en la sensibilidad (proporción de individuos enfermos que poseen una prueba positiva) que va del 69% al 100%, como en la especificidad (proporción de individuos sin la enfermedad que obtienen una prueba negativa) que va del 90% al 100%. 

Ante una pregunta del público espectador, Scavone respondió que la aplicabilidad de este test de diagnóstico está siendo analizada por el Ministerio de Salud Pública. 

Monitoreo ambiental

El virólogo brasileño, Eduardo Volotão, miembro del Consejo Directivo del IIBCE presentó el proyecto: “Buscando SARS CoV-2 en los ómnibus de la capital”. El instituto consideró relevante su estudio porque la medida de restricción del uso del transporte público es una de las directrices más frecuentes en el mundo para el control de casos de coronavirus. Así, se realizó un proyecto para detectar la relación entre la movilidad y la presencia del virus en la superficie de los buses metropolitanos. 

Para eso, se formó un “un grupo grande y multidisciplinario dentro del IIBCE que utilizó todas sus capacidades para analizar los datos de la tarjeta STM -Sistema de Transporte Metropolitano-”, contó Volotão y agregó que la Intendencia de Montevideo los “invitó a trabajar en conjunto” y firmaron un convenio. A partir de allí, armaron un plan piloto, desarrollaron el muestreo y los protocolos, y establecieron “un número de ómnibus específico que podría mostrar una fotografía de lo que estaba pasando dentro del transporte”, dijo. 

El sistema utilizado permitió analizar una frecuencia de más de 5.000 personas por día. Según los datos presentados por el virólogo, en octubre de 2020, el virus no se había detectado en ninguno de los ómnibus analizados, pero en diciembre, se confirmó la presencia de SARS CoV-2 en 10 de los 69 buses examinados. En enero de 2021, de 68 líneas analizadas, tres resultaron tener rastros del virus. 

Otro aspecto del convenio, que permitió “un doble resultado” del sistema utilizado según Volotão, recayó en la evaluación de los protocolos de limpieza de las diferentes empresas de transporte. Respecto a esto, el orador dijo que “el sistema demostró que la limpieza funcionó muy bien”.

Para el futuro, el grupo multidisciplinario piensa aplicar una nueva estrategia de monitoreo. Ya no se hará el muestreo en las terminales de ómnibus luego de todo el recorrido, sino que se irá “directamente a las paradas” de las zonas más transitadas. “Vamos a hacer una rutina hasta octubre que incluye más de 70 ómnibus”, informó Volotão. 

Comicbacterias 

“Microbiología para todos: divulgación científica a través de historietas” se denominó la última presentación de la jornada, realizada por la doctora en Ciencias Biológicas Vanesa Amarelle, del Departamento de Bioquímica y Genómica Microbianas (BIOGEM) del IIBCE. La oradora asistió en representación del grupo “Comicbacterias” integrado por científicos de distintas áreas de la microbiología, dibujantes, guionistas e ilustradores. Esta iniciativa surgió en 2017 con el objetivo de “divulgar la microbiología y buscar herramientas para hacerlo de una manera más atractiva”, contó Amarelle. 

En 2018, el proyecto se consolidó a través de la publicación del primer cómic: “Bacterias: la historia más pequeña jamás contada”, en el marco de “Proyectos de Popularización de la Ciencia y la Tecnología” financiado por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII). De este cómic salieron los que serían los protagonistas de la última historia del proyecto: Coco y Fran, dos bacterias. 

“Coco y Fran contra el Coronavirus” es una historieta realizada en 2020 con el objetivo de “acercar información certera y rigurosa sobre el SARS CoV-2 y la pandemia COVID-19” “de forma amena y divertida”, aseguró Amarelle. El público objetivo del proyecto son los niños, porque, según la doctora, la información a la que estos acceden sobre la pandemia en la televisión, radio o redes sociales, “no está adaptada a sus gustos y necesidades”.

El proyecto también generó juegos de cartas, de mesa y clásicos, como los crucigramas y las sopas de letras, e ilustraciones para colorear. Además, los cómics están disponibles en la plataforma ceibal para el uso de los docentes. 

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