Médicos por la verdad es una organización que cuenta con filiales en España, Argentina, Paraguay, Bolivia y otros países de Latinoamérica, y el 1 de setiembre realizaron su lanzamiento en Uruguay. Se trata de un colectivo que sostiene que existe una manipulación de la información sobre el coronavirus y denuncia que por detrás de ello existe la imposición de una “dictadura global”.

La presentación fue emitida en directo por el canal de Youtube del colectivo y hasta el momento cuenta con más de 137.000 reproducciones. La periodista Claudia Bengoa fue la encargada de presentar el panel, liderado por el fundador de Médicos por la verdad Uruguay, Roberto Lamaison, comunicador y empresario de los medios de Maldonado. En la apertura también hablaron la pediatra Laura Domínguez; el médico Mario Cabrera, quien en la pasada campaña electoral asesoró al nacionalista Juan Sartori en las internas y a Cabildo Abierto previo a las elecciones nacionales; y la abogada y escribana Adriana Candussi, quien ha actuado en casos relevantes como la desaparción de una mujer sanducera, Amparo Fernández, en el que defiende al principal acusado.

Durante el coloquio, Domínguez leyó un “manifiesto de presentación” de Médicos por la verdad Uruguay, en el que se describe a sus integrantes como “un grupo de profesionales de la salud y atención médica que no representa ninguna ideología política ni religiosa”. Además, señaló que el objetivo de esta organización es “informar con veracidad a la población”.

Domínguez hizo referencia a la situación nacional en la pandemia y señaló que los brotes de covid 19 “no constituyen un problema real de salud pública en Uruguay”, porque “100% de los fallecidos y 73% de los internados presentaba enfermedades cardiovasculares preexistentes”, según consideró. Además, agregó que las recomendaciones sobre el manejo de cadáveres que instaban a no realizar autopsias que permitieran determinar si las personas fallecieron con o por covid 19 “invalidan las estadísticas y las medidas tomadas”.

La pediatra también se refirió al uso del barbijo y no recomendó su uso generalizado, dado que, según explicó, “el coronavirus tiene un tamaño de 50 a 200 nanómetros y las mascarillas quirúrgicas tienen orificios miles de veces más grandes que el tamaño de un virus”. En suma, sostuvo que sólo “son útiles para disminuir el riesgo de que una persona enferma tosa o estornude y expulse gotículas de saliva sobre otra a menos de un metro”. Por su parte, Domínguez afirmó que las mascarillas causan efectos adversos por “hipoxia e hipercapnia”, que, según la médica, pueden producir o agravar enfermedades crónicas o mareos que terminan en accidentes, aunque nunca nombró ninguna fuente científica que respalde su afirmación. 

Sala de Redacción consultó al respecto al Profesor Adjunto de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, el infectólogo Henry Albornoz. Según dijo, “no es verdad que las mascarillas generen hipercapnia, salvo las N95% -que son de uso exclusivo médico- cuando se usan en forma muy prolongada, o la eventualidad de alguna mascarilla artesanal mal elaborada y sin respirabilidad, que son aquellas con capas impermeables, por ejemplo, de nylon”.

Los “responsables”

Cuando Candussi tomó la palabra en el lanzmiento del colectivo expresó que hay “un grupo de seres humanos que se creen dueños del planeta” y que “creen que son más que los demás y que, por lo tanto, tienen derecho a decirle a toda la humanidad cómo tiene que actuar, llegando al límite, como considerar que los habitantes de la tierra son muchos y viven demasiado”. Además, sostuvo que las personas que “están detrás” de la pandemia se han convertido en “verdaderos enemigos” y “arquitectos de un nuevo orden mundial, basado en el totalitarismo globalista, esclavista y transhumanista”.

En referencia a la Organización Mundial de la Salud (OMS), Domínguez afirmó que “debió haber cumplido su rol de referente profesional independiente”, pero entendió que no lo hizo, porque “es de público conocimiento que la misma hoy es financiada en 80% por capitales privados, empresas farmacéuticas y fundaciones, lo que pone en tela de juicio sus intereses”. Sin embargo, en la página web del organismo se presentan datos del origen de los fondos que la financiaron en el período 2016-2017, que establecen que 51% de los recursos vinieron de Estados miembros de la OMS, 17% de fundaciones y solo 3% del sector privado.

Durante la presentación del colectivo también se hizo contacto a través de una videollamada con la médica forense argentina Chinda Brandolino, que integra el colectivo Médicos por la verdad de ese país, y es conocida por su postura contraria a proyectos que intentaron legislar la interrupción voluntaria del embarazo. Durante su intervención, Brandolino felicitó a los médicos uruguayos por la creación del colectivo y, en la misma línea que sus colegas, expresó que “el manejo de esta supuesta pandemia no es científico ni médico, es político”. Además, la forense argentina dijo que “los enfermos asintomáticos no existen” y “están sanos”.

Consultado al respecto, Albornoz explicó que la infección por SARS-CoV-2 pasa por etapas y tiene distintas formas clínicas. La covid 19 es la enfermedad causada por el SARS-CoV-2. La infección tiene un momento de adquisición, un período de incubación en el que no hay síntomas y luego puede seguir dos cursos: ser asintomática o sintomática. Estrictamente, la forma asintomática no es la enfermedad covid 19, ya que si no hay síntomas y no hay respuesta inmunológica ni inflamatoria en el huésped, no hay enfermedad. Sin embargo, las personas asintomáticas -sin enfermedad- tienen el virus y pueden transmitirlo; según indicó el especialista, el porcentaje de asintomáticos varía entre 20 y 40% de las personas que adquieren el virus.

En el caso de quienes cursan la enfermedad covid 19, Albornoz explicó que pueden presentar síntomas muy leves y de muy corta duración, de entre 12 y 24 horas, que suelen pasar desapercibidos. Por otro lado, detalló que todos los que cursan la enfermedad pueden transmitirla desde 48 horas antes de empezar con los síntomas, en lo que se llama la etapa presintomática. El infectólogo señaló que por eso es importante identificar a los asintomáticos – tanto a quienes cursarán la infección sin síntomas como a quienes están en el período presintomático- y que la única forma de lograrlo es seguir el rastreo de los contactos de quienes hayan sido diagnosticados, indicarles cuarentena e hisoparlos en busca del virus.

Antecedentes

El 30 de agosto por la tarde en la Plaza Independencia, Médicos por la verdad Uruguay realizó la primera manifestación de personas y colectivos que se oponen a las vacunas e incluso hay quienes niegan la existencia del covid 19. La convocatoria comenzó a circular dos semanas antes en la red social Facebook, con consignas plasmadas en diferentes placas que, por ejemplo, decían que “Uruguay dice no a la vacunación obligatoria”. A la manifestación frente a la Torre Ejecutiva concurrieron referentes del colectivo Humano 2.0 y personas autoconvocadas, que totalizaron unos 60 manifestantes. La gran mayoría estuvo sin barbijo y se leyeron carteles con vacunas tachadas, otros que culpaban de la pandemia al multimillonario y fundador de Microsoft Bill Gates, y también señalaban que la cura al covid 19 ya existe y es el dióxido de cloro.

Manifestación en Plaza Independencia el 30 de agosto. Foto: Fidel Olivera / Sala de Redacción.

Laura Cousillas, integrante del grupo Humano 2.0, tomó la palabra y, con la ayuda de un megáfono, arengó a los concurrentes y realizó un discurso en el que se opuso a la vacunación obligatoria contra el covid 19. “No somos ovejas, somos humanos, humanos libres”, reclamó, y en referencia a la obligatoriedad del uso del tapabocas sostuvo que “lo que está en juego es la libertad”. En conversación con Sala de Redacción, Cousillas se reconoció como profesora de filosofía y “decodificadora biológica” y afirmó que “no hay pruebas confiables” para afirmar la existencia del virus. Para argumentarlo, sostuvo que “lo han dicho médicos como la inmunóloga Roxana Bruno y la médica Chinda Brandolino”.

Mauricio Gómez, otro integrante de Humano 2.0, dijo que “pese a que el test PCR se vende como específico no lo es, porque de partida el SARS-CoV-2 tiene un parecido genómico muy alto con otros coronavirus de la familia y el test detecta una parte pequeña de una parte muy grande”. Por lo tanto, argumentó que “podés estar detectando una parte en común de otro coronavirus como el de un resfriado o una gripe común”.

Consultado al respecto, Albornoz negó que eso sea cierto porque “hay varios test de PCR que usan distintas metodologías y protocolos”. “Los protocolos de los test se cumplen adecuadamente y, justamente, están diseñados para evitar falsos positivos y falsos negativos. El material genético que se identifica es de más de un gen viral y se buscan genes específicos de SARS-CoV-2, sin similitud ni cruzamiento con otros virus”, fundamentó el infectólogo.

En circulación

Este tipo de manifestaciones no son nuevas, sino que ya ocurrieron con anterioridad en países de Europa y de la región. Por ejemplo, en julio en Argentina fue convocada la primera en ese país, con carteles que denunciaban una dictadura del gobierno de Alberto Fernández. También se registraron agresiones a periodistas que realizan su cobertura y se realizaron quemas de barbijos como forma de protesta. Al igual que en Uruguay, también se argumentó que quienes están por detrás de la pandemia son los magnates George Soros y Bill Gates.

Manifestación contra las políticas de salud del gobierno argentino realizada el 9 de julio de 2020 en Buenos Aires. Foto Juan Mabromata / AFP.

Otro de los países donde se han realizado manifestaciones similares es Alemania. El mismo día que en Montevideo se realizó la primera movilización también en Berlín, donde un grupo de activistas antivacunas asociados a la extrema derecha intentaron asaltar el parlamento. La movilización fue autorizada por la justicia, pero con la utilización de barbijo y distanciamiento social, medidas que no se cumplieron. Eso llevó a que la policía realizara arrestos y dispersara las aglomeraciones, según informó la BBC

Desmentidas

Varios discursos que estos movimientos toman como ejemplo han sido desmentidos por medios periodísticos. El portal argentino Chequeado realizó un perfil de Brandolino que menciona un discurso que la médica forense publicó en 2015 durante un congreso, en el que se refierió a Hitler como “el Führer”. Además, se habla de su postura contraria al aborto y de su idea de que el SARS-CoV-2 fue creado en un laboratorio, lo que también ha sido negado por científicos de su país. La inmunóloga Roxana Bruno también ha sido desmentida por Chequeado, en particular por afirmaciones falsas sobre la fiabilidad del test PCR, en el mismo sentido que los manifestantes uruguayos.

Estos movimientos también han encendido las alarmas de medios internacionales como AFP, que ha calificado gran parte de sus publicaciones en redes sociales como noticias falsas o desinformación sobre la pandemia. Además, redes sociales como Facebook y Youtube han bajado el contenido que publican estos grupos por la misma razón y su asociación  a la difusión de falsedades y desinformación.

Otra de las afirmaciones consideradas desinformación por estos medios y por los ministerios de salud de varios países se refieren al consumo de dióxido de cloro como “cura” al covid 19. Por ejemplo, el 17 de agosto, el Ministerio de Salud Pública de Uruguay difundió un comunicado en el que expresó que “el consumo de dióxido de cloro es sumamente peligroso para la salud” y “no está indicado para el tratamiento de covid 19”. El comunicado agrega que “no existe evidencia científica de que los productos de dióxido de cloro sean seguros ni eficaces para el tratamiento de enfermedades, incluyendo covid 19”. Es más, el texto sostiene que existen reportes de efectos nocivos para la salud como consecuencia de su consumo, como insuficiencias respiratorias, arritmias cardíacas, baja presión arterial mortal causada por deshidratación, insuficiencia hepática aguda, conteo bajo de células sanguíneas, vómitos severos y diarrea severa.

FacebookTwitter