Según cuenta Marcia Etcheverry, integrante del grupo organizador de la séptima feria vegana “Ponele Verde”, el proyecto surgió a través de la necesidad de crear un espacio social, cultural y gastronómico en Montevideo para el movimiento vegano. “Somos un grupo de amigos que vimos un hueco a nivel social para cubrir, y es totalmente autogestionado”, dijo a Sala de Redacción durante la feria, que se realizó el 11 de mayo. A su vez, señaló que existe un incremento de público en cada edición:  “Hemos tenido que conseguir lugares más grandes, justamente porque la gente se dio cuenta de que la feria no es solo venir y comprar, sino también venir y compartir. Se comparten diferentes áreas donde el fin entre todos es la liberación animal”. Además de remarcar la defensa hacia los derechos de los animales, afirmó que utilizan muy poco plástico y apuntan a que la gente lleve su propia vianda, vaso y bolsa y a brindar productos reutilizables.

Los stands de indumentaria y accesorios rodeaban el hall del local del barrio La Aguada. También había puestos de venta de velas, cremas y otros productos cosméticos hechos sin grasa de animal, así como remeras con logos que representan al movimiento. Ligiane viene desde Brasil con el emprendimiento independiente “Mis Lunas”, en el rubro de la salud menstrual. “Echamos mucha basura en cada menstruación que tenemos. Cada chica utiliza entre 25 a 30 toallas íntimas en cada ciclo menstrual, y estas toallas de tela son reutilizables porque duran tres años y pueden lavarse en cada ciclo. La idea de todo esto es no acumular basura”, contó. Además, mencionó que a, diferencia de en su país, en Uruguay las personas se interesan y están más abiertas al cambio y consumen más productos reutilizables.

El corredor de la feria, que se definió como pet friendly, tenía stands de comida: empanadas, pizzas veganas, hamburguesas de soja y lentejas, entre otras, pero también postres y cerveza vegana artesanal. Nancy, dueña de “Margarita Vegana”, llegó desde Venezuela hace tres años y se define como amante de los postres saludables. Afirmó que cuidar las energías de lo que uno consume es importante: “Son energías de animales que fueron sacrificados y maltratados, uno al consumir ese tipo de cosas está consumiendo esa energía. Hay alimentos que hacen bien y otros que ya traen violencia y no es bueno para el propio cuerpo”. Asimismo, indicó que el veganismo trata sobre el respeto hacia todos los seres. En cuanto al acercamiento del público local al movimiento, dijo que está en crecimiento: “Trabajo en un restaurante vegano y veo que llega más gente que incluso no es vegana pero quiere abrirse a probar esta comida. Ser vegano no es comer lechuga y tomate. Muchos lo son por respeto hacia los animales y a uno mismo”.

Feria “Ponele Verde”. Foto: Catherine Carrey, Sala de Redacción.

El movimiento mundial “The Save Movement” marcó presencia en el evento, representado por dos activistas uruguayas. Florencia comentó que el objetivo del colectivo es mostrar las condiciones de los animales antes del matadero y lograr que la gente tome consciencia, además de darles cariño antes de morir. “Los animales no están y no llegan en buen estado. El objetivo es que la gente deje de consumir productos derivados de animales. Las vacas de descarte lácteo son las que llegan en las peores condiciones y son explotadas durante años”, detalló. Según la activista, el objetivo del stand era crear un registro de estos actos en Uruguay para compartir y concientizar al público: “Mucha gente piensa que en Uruguay las vacas se matan diferente, pero se matan de la misma manera. Son animales nacidos y criados con el único objetivo de que las maten en el momento adecuado. La idea es acercar a la gente hacia estos animales con los que, al no ser domésticos, quizás no tenemos tanta cercanía”. Según entendió, hace falta más gente que pelee con ellos.

La feria también tuvo su faceta artística y presentó una oferta musical variada; abrió con una muestra de clásicos y últimos lanzamientos del reggae femenino internacional por la DJ vegana Lutxi Luh, integrante de la banda brasilera Melódica Vibezz. Luego, los hermanos Leyera ofrecieron un toque de blues y más tarde cerró con una fusión de candombe y jazz. El evento también ofreció talleres que consistieron en charlas sobre los derechos de animales y de nutrición por invitados internacionales, y contó con juegos y shows para los más chicos.

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