Es un día gris, porque está nublado y se conmemoran 50 años del Golpe de Estado ejecutado por el presidente de la República de ese entonces, Juan María Bordaberry, en conjunto con las Fuerzas Armadas, previo a la dictadura civil-militar que azotó a Uruguay durante 12 años (1973-1985). Sin embargo, en las inmediaciones del Palacio Legislativo, sobre Avenida de las Leyes y Colombia, las remeras violetas que tienen puestas las ex presas políticas con la frase “las mujeres construimos historia defendiendo la vida”, iluminan este día, al igual que el escenario, ubicado al fondo de la plaza sobre la calle Francisco de Paula Martí, con luces del mismo tono. Reflejan que la historia y la memoria continúan presentes y el color violeta simboliza la conciencia de libertad y dignidad, asignado a la histórica lucha feminista. 

Son las 13 horas y varias ex presas aprovechan para recorrer la estructura en busca de sus nombres, se toman fotos, ayudan a las demás a encontrarse y se reencuentran con conocidas del interior que también fueron víctimas de la represión durante el régimen dictatorial; se saludan alegremente y juntas se dirigen a las gradas frente al escenario. Aún el movimiento es poco, las personas que están, además de las expresas, son gremialistas universitarios, integrantes de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos militantes sociales y civiles, que esperan el comienzo de la inauguración, pactado para las 14 horas. Lo hacen con banderas y camisetas de sus organizaciones en los bancos que se encuentran alrededor del memorial. 

Es la hora de dar comienzo y mucha gente se va acercando. Como no se puede ingresar a la circunferencia del memorial, debido a que está rodeada por la cinta con los colores de la bandera uruguaya, se ubican a su alrededor, mientras otros observan desde la vereda de enfrente, donde está el Anexo del Palacio Legislativo. Ex presas del interior del país bajan de los ómnibus llenos que las traen, con carteles, algunos grandes y otros más pequeños, en los que se puede leer: “Canelones presente”, “Salto presente” y “Melo”. Pidiendo “permiso”, se introducen entre la gente para llegar a donde está el escenario.

El memorial de homenaje fue una iniciativa llevada a cabo por la Intendencia de Montevideo (IM), junto con el Colectivo de ex presas políticas de Uruguay y la Asociación de Ex presos Políticos de Uruguay (Crysol). Según dijo Ana Faedo, ex presa política de la Cárcel de Paso de los Toros, Tacuarembó, a Sala de Redacción, “el memorial es un debe, porque a través de todos estos años se invisibilizó completamente la lucha de las mujeres y la resistencia”. Sin embargo, mencionó que “la batalla de los hombres ha tomado un papel predominante en la sociedad y en la historia uruguaya”. 

Al concurso de la IM se presentaron 26 proyectos, que fueron evaluados por el jurado compuesto por Ivonne Klingler y Carmen Aroztegui (integrantes del colectivo de expresas políticas), Laura Cesio (arquitecta de la IM), Lucía Echevarría (docente de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo), Alma Varela (directiva de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay) y Jimena Abraham Viera (electa por los concursantes).

El proyecto que resultó ganador en agosto de 2022 es liderado por la Arquitecta María Victoria Steglich Crosa y también forman parte cuatro arquitectos, y consiste en una estructura conmemorativa con una gran circunferencia en posición horizontal, que es sostenida por varias columnas en las que figuran los nombres de aproximadamente 1800 ex presas que fueron encarceladas, asesinadas y desaparecidas. La responsable del proyecto mencionó a SdR que “se buscó conservar los espacios verdes (arbolado y pasto) que contenía la plaza, ya que es algo característico del espacio”.

El terrorismo de Estado fue una época cargada de violencia por parte de las Fuerzas Armadas y Policiales que con la implementación del Plan Cóndor -operación respaldada por Estados Unidos para eliminar al marxismo en Latinoamérica-, buscaron reprimir y silenciar a todo aquel que no siguiera los ideales conservadores que se pretendían imponer. Militantes sociales y jóvenes fueron reprimidos, secuestrados, detenidos en cárceles, cuarteles y centros clandestinos, exiliados, desaparecidos, torturados y asesinados.

La ex presa Ana Faedo, mencionó a SdR que los nombres que figuran en las columnas representan a algunas de las tantas encarceladas, porque “si se detallaban todas quienes fueron detenidas sin ser procesadas, era inabarcable”, aunque destacó que desde el colectivo de expresas políticas también tienen presente que “hay muchas mujeres de las que no pudimos conseguir datos”. A su vez, destacó que el objetivo del memorial es “recordar a todas las mujeres que apoyaron la lucha contra la dictadura”, por este motivo, en una de las columnas se menciona: “Reconocimiento a las presas políticas, a todas las mujeres y las adolescentes, que lucharon y resistieron durante la actuación ilegítima y el terrorismo de Estado entre 1968 y 1985 en Uruguay”.

Algunos de los nombres de las ex presas políticas están grabados en las columnas de la circunferencia, que simboliza el abrazo entre ellas y con sus familiares dentro y fuera de la cárcel. Foto: Jean Franco Fischetti. 

Durante la presentación de la iniciativa en agosto de 2022 en la Sala Idea Vilariño del Teatro Solís, la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, expresó: “siempre he sentido que las ansias de estas mujeres de tener una marca de la memoria es una ofrenda que hacen a todos para que se puedan recostar, juntar, tomar fuerzas y seguir adelante”. 

Sobre lo que se ha realizado para mantener viva la memoria de la dictadura por parte de la sociedad civil organizada, Antonia Yáñez, ex presa política, dijo a SdR que se han llevado a cabo varias iniciativas “con el objetivo de que la memoria cumpliera un papel de no olvidar y por esa razón fue que surgieron varios sitios de memoria en honor a víctimas del terrorismo de Estado”. Por ejemplo, Los Vagones de la ex Fuerza de choque en Canelones, La Tablada y 300 Carlos en Montevideo, que funcionaron como centros clandestinos de detención y tortura.

En relación al sitio en donde está ubicado el memorial no tiene que ver con los centros de detención en los que estuvieron, Yáñez comentó que al colectivo de expresas le parecía “fundamental” que el espacio donde se construyera saliera de la esfera del dolor y “el recuerdo más crudo”, para así representar un lugar de convivencia ciudadana. Por otra parte, Faedo dijo a SdR que la intención es que sea un espacio de encuentro, donde se realicen diversas actividades y espectáculos, que esté en constante movimiento y “no sea un lugar frío que después nadie recuerda”.

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Sobre las 14 horas se da inicio al acto inaugural con la entonación del himno nacional por parte de la Banda Sinfónica de Montevideo y el público presente corea al mismo tiempo. Hay quienes ponen su puño apretado en el pecho y otros simplemente cantan atentos a lo que sucede en el escenario. Luego, continúa con la presentación de la cantautora Papina De Palma, quien se muestra muy emocionada por participar en la actividad y cantar su canción La Memoria

La celebración prosigue con la subida al estrado de Diane Denoir, cantante y compositora uruguaya, quien con la voz quebrada comenta que en algún momento las ex presas le contaron que en el Penal no las dejaban cantar, pero cuando se encontraban con otra compañera “tarareaban para adentro a escondida de las milicas”. En ese momento, comienza a tararear y las expresas que están ubicadas en las tres primeras filas la acompañan, mientras el público aplaude de forma constante. Posteriormente, Denoir canta Como Un Pájaro Libre, canción escrita en conjunto con la actriz uruguaya Adela Gleijer en los años ’70 cuando se comenzó a vivir en las calles de Uruguay la represión policial y armada. 

Cada minuto tuyo lo vivo y muero

Cuando no estás mi hijo, ¡cómo te espero!

Es el miedo un gusano, me roe y come

Apenas abro un diario, busco tu nombre

                   —Como Un Pájaro Libre, canción compuesta por Diane Denoir y Adela Gleijer. 

La jornada continúa con la canción A redoblar interpretada por Mauricio Ubal y Rubén Olivera, creada en plena dictadura, y tarareada por las expresas en las cárceles. El público acompaña a los intérpretes cantando. Minutos después, el Colectivo de ex presas políticas de Uruguay toma el micrófono y agradece el proyecto y su simbolismo. Según menciona la ex presa Ivonne Klinger, quienes desarrollaron el proyecto seleccionado, “supieron interpretar nuestros sentimientos, las experiencias que nos fortalecieron, los respaldos y la solidaridad”. Lo dijo en referencia a la representación del abrazo, símbolo de la unión entre las ex presas en las épocas de encarcelamiento, mediante la circunferencia plasmada. 

Además, explicó porqué fueron objeto de represión: “los militares se ensañaron con nosotras porque habíamos dejado de lado, según ellos, nuestro roles de género: ser madres, esposas y guardianas del hogar”. Finalmente, aseguró que no fueron “heroínas”, sino que “fuimos y somos mujeres políticas y luchadoras sociales”, respecto a sus roles en la vida política.

Antonia Yáñez en diálogo con SdR, evaluó la responsabilidad del Estado en los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura: “Es una batalla contra la impunidad”. Mientras que Ana Faedo recordó el acto que se realizó en el Parlamento el 15 de junio de 2023, en donde el Estado reconoció su participación en los asesinatos de las Muchachas de abril (Laura Raggio, Diana Maidanik y Silvia Reyes), a partir de una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Fue presidida por la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, el subsecretario de Relaciones Exteriores, Nicolás Albertoni y Karina Tassino, hija del detenido desaparecido Oscar Tassino y representante de las víctimas. 

“Al Estado le falta mucho de lo que responsabilizarse”, mencionó Faedo y celebró “la valentía con la que la Corte tipificó los delitos como de lesa humanidad”, hecho que no ha sucedido a lo largo de las sentencias judiciales dadas en estos 20 años de retorno a la democracia, ya que “habitualmente se condena a los victimarios por privación de libertad, atentado violento al pudor”, concluyó.

Chela Fontora, ex presa política, habló sobre el proceso de creación del memorial y mencionó en rueda de prensa que en la época “las mujeres fueron un botín de guerra para los soldados y oficiales policiales que perpetraron las torturas, violaciones, acoso sexual”, y destacó que “muchos de esos actos de deshumanización fueron realizados por militares mujeres, que por ser del mismo género sabían donde tenían que tocarlas para herirlas”, por ejemplo, “con amenaza de muerte a sus hijos”. 

Para finalizar el acto, subió al escenario la Intendenta de Montevideo, Carolina Cosse y dijo “Ni miedo, ni terror, ¡Nunca más!” y veló por la “Democracia, verdad y justicia”. A su vez, invitó a que ayuden al gobierno departamental a avanzar en la creación de más espacios que permitan construir “la ruta de memoria de Montevideo”. Luego, procedieron al corte de cinta; distribuida sobre la circunferencia y sujeta a cada una de las columnas con una vuelta. La cortaron la intendenta junto a las ex presas, mientras la Banda Sinfónica de Montevideo tocaba desde el escenario una música instrumental y el público aplaudía. 

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En 2011 un grupo de 28 mujeres ex presas políticas presentaron una denuncia penal ante la Suprema Corte de Justicia contra 100 soldados por violencia sexual de diversos tipos, considerándolos crímenes de lesa humanidad. A 13 años de realizada la denuncia, no ha tenido avances significativos. En 2021 se solicitó una audiencia pública a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en reclamo de que se le exija a la Justicia uruguaya un tratamiento activo de la denuncia presentada, debido a que durante la última década sólo hubo dos procesamientos.

En 2016 fue procesado Asencio Lucero (ex capitán de las Fuerzas Armadas), pero duró poco su prisión en el Hospital Militar porque falleció ese mismo año y en 2021, Jorge Pajarito Silveira (coronel retirado) y Antranig Ohannessian (militar retirado), “a los que no se les atribuyeron delitos de tortura y abuso sexual, sino privación de libertad y atentado violento al pudor”, mencionó a SdR Yáñez, una de las denunciantes.

Por otro lado, Juan Raúl Williman, abogado del Consultorio Jurídico de la Universidad de la República, quien tiene asignado el caso, mencionó a SdR que la causa continúa “sin avances” y que lo último que supo fue que el expediente está en la Suprema Corte de Justicia para “impugnar los procesamientos”. En relación a los plazos, explicó que “es imposible de calcular porque son puras chicanas”, en referencia a que es un procedimiento de “mala fe”.

Según Yáñez, la denuncia demoró dos años en poder realizarse debido a lo difícil que fue afrontar hacer público los actos deshumanizantes que se perpetraron contra ellas. Ana Faedo, quien no formó parte de la denuncia pero sí integra el colectivo de ex presas políticas, consideró que “el cuerpo nunca olvida; el resto de tu vida vas a recordar lo que viviste”. Además, agregó: “A mi me sucede cuando escucho una sirena, una puerta cerrándose o con el olor de la polenta hervida, imagínate lo que es para las compañeras”.

Por otro lado, consultada Yáñez sobre si cree que van a lograr Justicia, mencionó que no sabe, pero destacó que “fue muy importante haber podido dar el paso para denunciar estos crímenes en una época en la que no se hablaba del tema”.

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