La red social de origen chino TikTok se caracteriza por ser consumida en su mayoría por jóvenes que buscan entretenerse con contenidos divertidos y fáciles de digerir. Los precandidatos a la presidencia están atentos a esta necesidad y apelan a establecer una relación de cercanía con los usuarios de la aplicación. De cara a las internas de junio, son varios los que dicen presente en la red.

Por ejemplo, los tres presidenciables del Frente Amplio tienen allí sus perfiles. Yamandú Orsi cuenta con 8.431 seguidores a pesar de haber sido el último en incorporarse. Carolina Cosse, en cambio, tiene 7.076. Los contenidos que publican presentan ciertas características propias. Cosse, si bien comparte algunos fragmentos de sus intervenciones públicas, se caracteriza por subir videos descontracturados en los que conversa con militantes o en los que se la ve en eventos tales como los 300 años de Montevideo o La Bajada. Orsi, por su parte, irrumpió en la red con un video donde se lo ve atendiendo una llamada en su último día como intendente de Canelones. Los otros videos que se encuentran en su perfil siguen la misma línea de cercanía: dos de ellos lo muestran comiendo panchos en Punta de Rieles y recorriendo la feria de Tristán Narvaja. En cambio, Andrés Lima, el tercer precandidato frenteamplista, se distingue en esta plataforma por presentar un perfil más confrontativo. Sus videos realizando críticas al actual gobierno son los que más visitas cosechan.

En cuanto a los precandidatos del Partido Nacional, los que más destacan por su contenido en TilTok son Álvaro Delgado y Laura Raffo. Acumulan 18.400 y 7.741 seguidores respectivamente y sus publicaciones siguen la misma línea, orientada a la cercanía y la complicidad con sus públicos. Ambos se muestran realizando tareas cotidianas y siguiendo las tendencias propuestas por esta red. Por su parte, Juan Sartori, aunque no es precandidato, fue uno de los primeros políticos uruguayos en elaborar estrategias comunicacionales en TikTok. Se encuentra activo desde 2021, cuenta con 41.600 seguidores y más de 340.000 likes. El contenido de su perfil oscila entre su actividad parlamentaria y su vida cotidiana. En uno de los videos que causó más interacción por parte de los usuarios se puede ver a la vicepresidenta, Beatriz Argimón, acomodándole la corbata al senador durante una sesión parlamentaria.

Desde otras tiendas políticas, una incorporación a TikTok que causó impacto durante la actual campaña fue la de Guido Manini Ríos, único precandidato de Cabildo Abierto. Sus videos se caracterizan por tener un tono humorístico y por ser grabados por otra persona, quien además le hace preguntas. En diálogo con Sala de Redacción, Gerardo Albistur, doctor en Ciencias Sociales y docente de la Universidad de la República, dijo que la llegada de Manini a TikTok puede tener como objetivo quitarle “rigidez” a la imagen del senador y ex comandante en jefe del Ejército. En tanto, sobre Sartori, Albistur indicó que la hipótesis que se puede trazar es que su uso de las redes sociales ha “contribuido” a que se siga hablando de él, generando atención a pesar de que finalmente haya decidido no lanzar una candidatura propia.

Pero, independientemente de las estrategias particulares, las tendencias dominantes en TikTok -distintas a los de los medios tradicionales e incluso a las de redes sociales insertas desde hace tiempo en la política- ponen a los presidenciables ante desafíos comunicacionales.

Tensiones

Yohan Ávila, project manager de la agencia de marketing digital Imán, explica a Sala de Redacción que la estrategia en TikTok por parte de los precandidatos consiste en “intentar buscar un equilibrio” que, dentro de ese “discurso jovial y juvenil”, no deje de lado que también “hay electores de mayor edad disfrutando los contenidos” de la aplicación. A su vez, Ana Slimovich, doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en Argentina, señala que la plataforma es usada de un modo que tiende a la “humanización” de la política y de los políticos: “Los vemos ahí donde son padres, donde son hijos, donde se equivocan, con todas esas actitudes mundanas, con sus mascotas y en sus vidas más cotidianas”.

El año pasado, en la campaña electoral argentina, esta red social fue una de las grandes novedades. Slimovich dice que una de las cuestiones más llamativas fue que en torno a la gran mayoría de los candidatos había un montón de “influencers políticos” que “producían discursos” y “difundían ideas” alineadas con las de los líderes. Así sucedió con Javier Milei, el vencedor en la elección: a pesar de que su participación directa en TikTok fue escasa, una segunda cuenta emitió durante la campaña contenidos y recortes televisivos que dialogaban favorablemente con sus discursos. De todas formas, Slimovich sostiene que el uso que Milei le dio a TikTok y las repercusiones que tuvo esa segunda cuenta “no fueron importantes” a nivel de peso electoral.

Otro factor a atender en materia de redes sociales es el algoritmo. Definido como aquel conjunto de reglas matemáticas que analiza el comportamiento de la audiencia y sugiere el mejor momento para mostrar un anuncio o contenido a un determinado grupo de personas, el algoritmo es “crucial” para lograr una “mayor masificación del mensaje y de usuarios alcanzados”, explica Ávila. En TikTok, más allá de la calidad visual que puedan tener los contenidos, la importancia está en “la forma en la que se redacta la historia detrás de lo que se ve”, dice el project manager de Imán. Además, agrega que “hoy por hoy el algoritmo está favoreciendo mucho a los videos”, que son el núcleo del lenguaje de TikTok, y por eso el material producido para esa red puede ser reutilizado también en Instagram.

Pero toda exposición trae riesgos, que parecen ser asumidos por los precandidatos de cara a la elección. Slimovich cree que el principal es que “el contenido político sea recepcionado de un modo banal”. La tensión pasa, entonces, por incorporar los géneros propios de la vida digital y al mismo tiempo generar una consonancia con las dimensiones más político-partidarias de esos acontecimientos.

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