La socióloga argentina Elizabeth Jelin visitó Uruguay para recibir, el jueves 18 de mayo, el título de Doctora Honoris Causa de la Universidad de la República (Udelar) y el viernes 19 dictó la conferencia magistral que cerró el simposio Tenemos que hablar. Perspectivas feministas sobre el terrorismo de Estado, organizado por el Centro de Estudios Interdisciplinarios Feministas (CEIFem) de Udelar. El simposio se desarrolló en el marco de los 50 años del golpe de Estado en Uruguay. 

La conferencia de Jelin giró en torno a la posición de las mujeres en la transición a la democracia luego de las dictaduras sufridas en América Latina. La socióloga narró que a finales de la dictadura en Argentina se consolidó la multipartidaria de mujeres que organizó la primera marcha por el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo de 1984. “Para esa fecha teníamos una multisectorial de mujeres funcionando con reuniones bastante intensas”, afirmó, y dio cuenta de que, entre otras demandas, buscaban el cumplimiento de la ley “igual salario por igual trabajo”, la creación de la Secretaría de Estado de la Mujer, la patria potestad indistinta y la igualdad de los hijos ante la ley. 

En esta línea, Jelin explicó que desde ese entonces se lograron impulsar cambios legislativos importantes: en el plano institucional, se crearon oficinas especializadas, tanto nacionales como internacionales, múltiples políticas públicas y se llevaron a cabo movilizaciones populares. Con respecto a éstas, remarcó el trabajo realizado durante los últimos 20 años para que finalmente la fuera aprobada la ley del aborto en Argentina. Si bien sus estudios se enfocaron en los hechos ocurridos en su país, expresó que “ciertas tendencias o procesos no tienen nacionalidad” y remarcó que aún cuando se trabaja sobre una realidad concreta, “raras veces se hace énfasis en lo nacional”. 

Al final de la conferencia, presentó un cuadro con datos de América Latina tomados del último informe del Observatorio de Igualdad de Género, que dejó en evidencia el espacio que hoy en día se le da a las mujeres a nivel institucional: uno de ellos indicaba que el porcentaje de cargos ministeriales que ocupan no llega a 50%. A su vez, subrayó que sigue existiendo una marcada diferencia entre hombres y mujeres cuando se habla de ingresos propios o de tiempo de trabajo doméstico no remunerado. La doctora expresó que pese a los cambios legales que se han realizado, “aún hay mucho cambio pendiente en la transformación de las prácticas sociales”. Además, dijo que “no es un tema saldado y fácil de resolver, pero es de lucha permanente vinculada a los derechos humanos de las mujeres, a los derechos humanos de las niñas y niños”. 

El valor del reconocimiento

De acuerdo a lo solicitado por el CEIFem, el Consejo Directivo Central de la Udelar resolvió otorgar el título de Doctora Honoris Causa a Jelin. El rector de la Udelar, Rodrigo Arim, recordó que este título puede ser entregado sólo a quienes hayan prestado una contribución notable al progreso de la ciencia, la cultura o el bienestar general. “Es buena cosa” que la Udelar reconozca a una académica que es una “exponente de primera línea” en la apuesta al desarrollo riguroso de la investigación y la reflexión crítica a nivel internacional, expresó Arim, “sobre todo” en un momento en que la autonomía de la investigación como actividad creativa está en cuestión, la reflexión crítica se percibe como una amenaza y “se cuestiona su pertinencia por parte de círculos de poder”, argumentó.

Ana Laura de Giorgi, investigadora e integrante del CEIFem, fue la encargada de leer la laudatio para la entrega del título. Destacó el compromiso constante de Jelin por pensar los procesos sociales del sur, y mencionó que en 1975, en un contexto de “extrema adversidad”, la doctora participó de la fundación del Centro de Estudios de Estado y Sociedad, en Argentina, que integró un conjunto de instituciones de la resistencia académica e hizo posible continuar las tareas de formación e investigación durante la dictadura argentina. 

“Resulta imprescindible destacar además su rol de pionera en el desarrollo de nuevas temáticas, su condición de mujer en una ciencia social en sus inicios muy poco receptiva a la perspectivas de género y a incluir mujeres en los espacios de decisión”, sostuvo. 

Además, De Giorgi reconoció como fundamental el estudio de la memoria que realizó Jelin en la década de 1990 “al calor del activismo social”. A su entender, los trabajos de la socióloga mostraron que la memoria se había transformado en “un nuevo modo intervención social en lo público” y en la medida en que esa intervención adquirió relevancia política, las disputas por el pasado fueron una clave interpretativa imprescindible para comprender los procesos políticos. “Este trabajo nos permite comprender que el relato del pasado fue el instrumento central para la interpretación del presente”, afirmó De Giorgi. 

Jelin hizo hincapié en el hecho de que hace unas décadas no hubiera sido posible que llegara a la universidad una propuesta realizada por un centro de estudios feministas: “ni en la Udelar, ni en ninguna otra”, aclaró. Antes no existían estudios de este tipo, y dijo que en caso de que hubiera habido, habrían sido “marginales”.

La especialista dijo que interpreta el recibimiento del título de Doctora Honoris Causa como un “homenaje colectivo” que parte del impulso que se fue dando en las últimas décadas hasta llegar al punto en que una universidad pública reconozca los estudios interdisciplinarios feministas y que escuche lo que este tiene para decir. 

De ninguna manera
El 18 de mayo, horas antes de que comenzara al simposio “Tenemos que hablar. Perspectivas feministas sobre el terrorismo de Estado”, Ana Laura de Giorgi pasó por el programa Comunidad Udelar de Uniradio. Ante la pregunta de cuál era la situación de las organizaciones feministas en Uruguay previo al golpe de Estado, la investigadora respondió que no existían, pero que habían procesos emancipatorios que la dictadura frenó. Además, dijo que recién en la posdictadura las “estructuras partidarias retornan”, haciendo referencia al movimiento de los derechos humanos. Agregó que en aquella época surgió el movimiento feminista con el objetivo de que exista una democracia “sustantiva”, donde no exista la desigualdad, ni el autoritarismo. “No queremos dictadura de ningún tipo, ni en el país, ni en la casa, ni en la cama”, expresó la doctora, citando a las feministas de la época.
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