El crecimiento de los países emergentes, en especial los asiáticos, incrementó la producción industrial y el uso del transporte lo que, a su vez, genera mayor contaminación. Producto del calentamiento global, el deshielo de los polos es cada vez más rápido y hace crecer el nivel del mar. Pero no es el único problema, ya que el aumento de las emisiones producidas por el uso de combustibles fósiles afecta la calidad de vida de las personas, trae enfermedades y diezma la esperanza de vida en algunos países. Toda esta problemática, sumada a la rápida reducción de las reservas mundiales de petróleo, llevó a las grandes potencias a buscar soluciones. Las energías renovables son una opción, pero a pesar de todos sus beneficios ambientales, tiene una gran debilidad: su almacenamiento. Aquí es donde aparece el hidrógeno como gran sustituto.

Uruguay tiene los requisitos valorados internacionalmente para posicionarse como líder latinoamericano y futuro exportador de hidrógeno verde, puesto que cuenta con condiciones climáticas (sol, agua y vientos abundantes), seguridad jurídica y política.

Sin embargo, el país también tiene algunas desventajas. Marcelo Mula, presidente de la Asociación Uruguaya de Energías Renovables (AUDER), explicó a Sala de Redacción que “carecemos de infraestructuras y tecnología, lo que nos obliga a requerir mucha inversión”. Entiende que el tamaño del país afecta el precio del producto: “es difícil competir contra Brasil o Chile, cuando vos ponés 10 fábricas, ellos ponen 100”. De todas formas destacó que la institucionalidad en Uruguay permite “obtener financiaciones de los bancos para proyectos a largo plazo”, lo que se confirmó en abril, cuando Uruguay presentó su plan piloto ante 650 interesados.

Plan de gran escala

Junto con Chile, Uruguay es el país que se ha tomado más en serio estos proyectos, en los últimos años ha invertido mucho dinero en la transformación energética. Noelia Medina, asesora de Fitzgerald Cantero, director nacional de Energía del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), contó a Sala de Redacción que “en promedio en los últimos tres años, un 97% de la energía eléctrica fue generada a partir de energías renovables: 44% hidroeléctrica, 32% eólica, 18% biomasa y 3% solar. Al día de hoy estamos propulsando lo que denominamos segunda transición energética. El principal pilar para llevarla a cabo es apuntar a descarbonizar el sector transporte, ya que el mismo representa el 70% del consumo de combustibles fósiles”, detalló.

Con la matriz energética amigable con el medioambiente, el gobierno busca fomentar las iniciativas de hidrógeno verde: “hay un fuerte compromiso del gobierno en este sentido”, aseguró. Informó que el proyecto está siendo desarrollado por un equipo técnico interinstitucional conformado por representantes de MIEM, la Dirección Nacional de Energía, UTE y ANCAP que “está trabajando en delinear una estrategia país para el hidrógeno verde que implica un fuerte compromiso a nivel del Estado”, dijo Medina.

Esta es una apuesta a largo plazo ya que en un futuro se podría lograr la tan ansiada autosuficiencia energética del país. Medina subrayó que “a diferencia de los combustibles fósiles, es una fuente de energía 100% autóctona, con lo cual no solo contribuye en mejoras en términos medio ambientales, sino que también permite independizarnos de recursos importados”.

La asesora aclaró que habrá que dar bastantes pasos para lograr el objetivo, pero destacó la búsqueda de convertir a Uruguay en un país exportador de hidrógeno verde. “En el corto plazo se apunta a transitar en la curva de conocimiento y generación de capacidades locales que permita el desarrollo de proyectos a gran escala, hasta apuntar a la exportación de hidrógeno. Esto implicaría una fuerte apuesta en términos de infraestructura, con los consiguientes impactos en los índices de empleo y actividad del país”, valoró.

El hidrógeno como solución

El hidrógeno es el elemento más abundante que hay en el planeta, porque se encuentra, en especial, en el agua. Marcelo Mula explicó que “se puede obtener por medio de un proceso llamado electrólisis, que utiliza la energía eléctrica para generar un proceso químico que separa el hidrógeno del oxígeno del agua”.

“Hay tres maneras de obtener el hidrógeno, que varían según el tipo de energía que se utilice. Está el hidrógeno gris, que se obtiene por medio de energías contaminantes; el hidrógeno azul, que se consigue a través de captar las emisiones de CO2 en el ambiente y el hidrógeno verde, que se obtiene por medio del uso de energías renovables”, indicó Mula.

El hecho de que sea una energía de fácil almacenamiento es uno de los principales incentivos. Mula expresó que “se puede acumular como si fuera una garrafa, y si se quiere se hace el proceso inverso y se reobtiene la energía eléctrica”. Eso solucionaría el problema del almacenamiento que deja en desventaja a las energías renovables con respecto a las energías contaminantes tradicionales. Además, Mula destacó que el hidrógeno verde tiene una característica clave que explica una de las razones de su fomento: “no sólo es mejor para el medio ambiente, también al ser tan abundante se puede obtener en el momento, a diferencia de las materias primas como el petróleo, que requieren millones de años para crearse”.

El presidente de AUDER agregó que el hidrógeno verde “se utiliza en el transporte, camiones, trenes” y que, ofrece ventajas en comparación con la energía que usan los autos eléctricos “que requieren de baterías creadas a base de litio, que es caro y tarda determinado tiempo en cargarse”. En cambio, este otro sistema permite instalar un tanque de hidrógeno en el vehículo que se podría recargar en estaciones de servicio, sostuvo. También dijo que tiene un uso industrial, “por ejemplo en Uruguay los agroquímicos, fertilizantes y amoníaco que se usan en las flotas pesqueras, que hoy por hoy deben utilizar hidrógeno gris”.

Los grandes países se están poniendo de acuerdo y trazaron un objetivo, Mula señaló que “estamos en la fase inicial. Los países firmantes del acuerdo de París [de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático], se propusieron y aceptaron, descarbonizar la matriz energética con metas fuertes a 2050”. Añadió que con los apoyos de los bancos y las empresas petroleras, que saben que el crudo tiene fecha de caducidad, se está comenzando a invertir grandes cantidades de dinero en este tipo de proyectos. “El mercado definió que se está haciendo competitivo con el uso del petróleo y para 2030 a 2050 habría una paridad de costos; se está haciendo rentable” concluyó.

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