Luego del cierre obligado por la llegada del covid 19 a Uruguay, los cines volvieron a abrir sus puertas en agosto, aunque con condiciones impuestas por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y el de Salud Pública. Los protocolos sanitarios implican el control de temperatura al ingreso, el uso de mascarillas en todo momento, la desinfección con alcohol en gel y la limpieza de las salas antes y después de cada espectáculo. Por otro lado, en el literal 19 del protocolo oficial para la reapertura de salas de espectáculos se sugirió un aforo de 30% de la capacidad total para una “primera fase”. Sin embargo, esa cifra se mantuvo en el tiempo y la posibilidad de modificarlo se redujo después de que en las últimas semanas se multiplicaran los casos positivos de covid 19 en el país.
María Jose Santacreu, coordinadora de Cinemateca, el primer cine en reabrir no solo en Uruguay sino en Latinoamérica, dijo a Sala de Redacción que, en este contexto, la rentabilidad es muy baja y que están perdiendo dinero en todas las funciones. Por su parte, consideró “exagerada” la condición de funcionar con 30% de aforo y que por ello “el cine es de los sectores más afectados”. Santacreu ejemplificó que en la sala más grande de Cinemateca, que tiene aproximadamente 200 butacas, en el mejor de los casos entran 50 personas que están entre una hora y media y dos horas y media con tapabocas. “Si lo comparamos con un ómnibus, donde la distancia de dos metros no se respeta, o con un restaurante, donde la gente está en su lugar sin tapabocas, es desproporcionada la exigencia que se le está dando a los cines. Van a terminar con nosotros”, declaró.
“No es solo el aforo, la distribución de las butacas hace que no llegues a ese 30%”, destacó Santacreu, y explicó que hay que distribuir a los espectadores en diagonal, con dos butacas de por medio entre sí. Las plateas se distribuyen poniendo asientos disponibles de a dos y de a uno, sin embargo, si un cliente viene solo y ya no hay asientos individuales disponibles hay que otorgarle el espacio que estaba pensado para dos, lo que provoca la reducción del aforo ya establecido.
No dan los números
Hasta el momento, la asistencia a las funciones de Cinemateca ha oscilado entre 20 y 30% de la capacidad de las salas. La coordinadora explicó que de una función para 30 personas, la mitad de las entradas van para la película, por lo que las 15 restantes serían “la ganancia”. “Con estos números no se puede sostener los boleteros, los porteros, la limpieza, el trabajo administrativo y todo lo que implica el cine”, agregó.
Santacreu dijo que cualquier persona que evalúe la situación puede notar que “es insostenible” y que los aforos permitidos tendrían que haberse cambiado hace meses. No obstante, lamentó que con el rebrote del virus en el país, la perspectiva actualmente es que la cantidad de espectadores en los cines no aumentará. “Miramos y nos desesperamos, porque seguimos siendo postergados”, lamentó. Igualmente, destacó que desde Cinemateca hacen muchos esfuerzos y tratan de generar otras actividades en paralelo para generar ingresos extra. “Todo el tiempo estamos buscando otras ventas de servicios y cosas que podamos inventar para poder sostenernos”, declaró.
En diálogo con Sala de Redacción, Fabiana Penino, gerente de marketing de Grupo Cine, destacó que el retorno a la actividad está costando, pero se están arriesgando para reintegrar a más gente y una muestra de ello es que los cines de la empresa están abiertos todos los días. Penino aclaró que“se está respetando el aforo y, teniendo eso en cuenta, puede que un viernes, sábado o domingo se llene, aunque eso va de la mano con la película”. Hay días que tienen mayor público y son los casos en donde se presentan cumpleaños infantiles o grupos grandes, pero también hay funciones de solo dos personas. “Teniendo en cuenta que abrimos todos los días el riesgo es mayor, pero nos estamos arriesgando y lo veo muy valorable desde el punto de vista empresarial”, destacó la gerente.
Penino dijo que si bien se perdió el volumen de clientes, siente que pudieron ganar nuevos espectadores que entresemana acudían a otros cines. “Como somos nosotros los que estamos, vienen con nosotros”, valoró.
Transitar la crisis
Santacreu dijo que si bien no ven una salida pronta y es poco probable que Cinemateca recupere su normalidad en el corto plazo, están contentos de haber tomado la decisión de la reapertura. No obstante, hay funcionarios que están en el seguro de paro hace siete meses y “no ven” la posibilidad cercana de que salgan de esa situación. Por otro lado, los que se reintegraron están en el seguro de paro parcial, debido a que el horario del cine es reducido y hay menos funciones. Santacreu destacó que, “a pesar de eso, hay un ambiente de superar las dificultades, porque es una institución resiliente que se mantuvo abierta durante la dictadura y con las más feroces crisis económicas y financieras”. Según agregó, eso forma parte del ADN de Cinemateca.
Por otro lado, la coordinadora agradeció que sus socios siguieran pagando la cuota mensual a pesar de no haber podido gozar del servicio. Si bien algunos no pudieron continuar con los pagos, otros lo hicieron sin ninguna queja y ese fue el motor para la reapertura, entendió Santacreu. “Abrimos el 11 de agosto, fuimos el primer cine en abrir y la única sala abierta en toda Latinoamérica”, dijo, y agregó que la mayor alegría de volver a abrir fue generada por poder reencontrarse con la gente y darle apoyo a los socios.
Por su parte, Grupo Cine retomó las actividades el 22 de agosto en su local del shopping Punta Carretas. En marzo, con la llegada a Uruguay de la pandemia, sus 70 funcionarios fueron a seguro de paro y luego retomaron las actividades paulatinamente, pero muchos de ellos aún siguen en el seguro. Al respecto, Penino dijo que siente agradecimiento por haber vuelto a trabajar y que observa la misma gratitud en el público.
Tanto Santacreu como Penino coincidieron en que es difícil hacer una proyección para 2021, pero como todos los “estrenos buenos” se postergaron, hay esperanzas de que la situación mejore.
El impacto en el sector
Santacreu destacó que le preocupa el impacto de la pandemia en el sector, tanto para las salas de circuito comercial como para las culturales. Se cuestionó si la gente seguirá teniendo el hábito de ir al cine o si se adaptará a hacerlo en su casa por streaming. “Creemos que hay un empobrecimiento muy grande si la gente se queda en su casa mirando Netflix”, valoró, pero aclaró que es algo que todo el mundo hace. Al respecto, señaló que desde el sector pretenden mantener el hábito de ir al cine “porque creemos que es bueno”. “Mirar películas en el cine implica voluntad. La vida ya es difícil como para ir al cine a ver algo y tener que pensar, pero eso es a lo que hay que resistir”, concluyó.