La Organización de las Naciones Unidas declaró a 2021 como año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil. Consultado al respecto, el presidente del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), Pablo Abdala, dijo a Sala de Redacción que el lema del día es “actuar ahora” e incentiva a que en 2025 se logre un escenario “sin situaciones de trabajo infantil”.  

El último censo, realizado en 2011 por el Instituto Nacional de Estadística, arrojó que en Uruguay hay más de 60.000 niños y adolescentes que trabajan. Hoy en día, “no hay datos actualizados sobre la incidencia del trabajo infantil en el país”, expresó el ministro de trabajo Pablo Mieres a Sala de Redacción. Aún así, contó que el plan es tener información estadística actualizada a través de la Encuesta Continua de Hogares, pero por un tema de programación “el relevamiento está acordado para el próximo año”. A pesar de ello, el ministro sostuvo que hay una tarea permanente de control y respuesta, porque “son situaciones que hay que combatir y resolver rápidamente”. 

Mieres expresó que “es importante la no deserción educativa, para que el menor no termine en una situación de trabajo incorrecta”. Además, afirmó que el contexto de pandemia y la suspensión de clases presenciales pueden ser factores desfavorables para la reducción de trabajo infantil, debido a que los niños están más tiempo en su casa y puede darse trabajo doméstico no remunerado. Por su lado, Abdala aseguró que “hay una naturalización del tema, del que se necesita más información y sensibilización”, porque generalmente los adultos creen estar ayudando al menor de edad cuando en realidad son vulnerados.

En conmemoración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, este viernes el INAU realizó una conferencia virtual, en la que Dora Graziano, integrante del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, manifestó que “el niño necesita tiempo para jugar y estudiar y ningún adulto puede privarle de ese derecho”. Sostuvo que el juego es un papel importante en la vida de los niños y permite contribuir a la curiosidad, logrando que sea “la principal motivación del aprendizaje”. En suma, manifestó que el único trabajo que debe de tener un niño es “estudiar y recibir una educación que le permita asegurar su futuro”.

Abdala afirmó a Sala de Redacción que la informalidad conlleva un riesgo para la continuidad educativa, pero además para la salud física y mental”. El presidente del INAU explicó que se considera trabajo infantil a las tareas laborales -remuneradas o no- que desarrollan los menores de 15 años. “El incremento o la disminución del trabajo infantil se vincula con oscilaciones del proceso económico y social, la realidad del mercado de trabajo, la pérdida de empleo de los referentes adultos y la falta de ingresos al hogar”, explicó Abdala.

Lo que se hace y lo que falta

“Lo que nos estaría faltando es poder contar con más recursos para dar un despliegue mayor a nivel de territorio, y agregar un control selectivo en varios ámbitos del mercado laboral”, consideró Abdala, y planteó que existen varias limitaciones en las inspecciones y, por lo tanto, es difícil lograr lo que se necesita. “En conjunto con el Comité Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil estamos coordinando acciones para mejorar la respuesta y prevenir a los niños y adolescentes de cualquier forma de vulneración”, afirmó Abdala. 

Entre los anuncios que realizó Abdala en conferencia de prensa anteriormente, expresó que la inspección de trabajo infantil va a contar con un presupuesto proveniente del INAU para tener más recursos humanos. A su vez, destacó el compromiso y esfuerzo que realizan los siete inspectores que hay en el país, pero agregó que se están redactando las bases para un llamado a un concurso que permitan contratar a cinco más. A su vez, desde el instituto exhortan a que los centros que atienden adolescentes promuevan y difundan actividades socioeducativas y formativas en relación a este asunto.

En cuanto a las denuncias, Abdala aseguró que generalmente son anónimas y llegan por la Línea Azul de INAU, que es el mecanismo para denunciar irregularidades mediante el número telefónico 0800 5050 o por formulario web. Además, el presidente del instituto explicó que se hace un seguimiento de los “permisos especiales”, que solicitan los adolescentes para tener el “carné de trabajo”. Este se les otorga “por línea de excepción, porque son tareas que están en el listado de actividades peligrosas, pero hay otras actividades sin riesgo enlazadas a ellas”, afirmó Abdala. Asimismo, el presidente de la institución expresó que el trabajo adolescente puede ser una buena herramienta para el desarrollo y crecimiento personal, pero solo cuando se realiza en condiciones dignas y decentes.

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