Los adultos mayores fueron uno de los grupos más afectados por la pandemia de la covid-19, mayoritariamente por el aislamiento que han sufrido y por la exclusión social que se acentuó durante este período. Las medidas de prevención se centraron en el cuidado de la salud biológica, pero se descuidaron otros aspectos importantes para la persona mayor. A partir de esta realidad, investigadores que integran el Centro Interdisciplinario de Envejecimiento de la Universidad de la República (Udelar), en conjunto con el Movimiento de Familiares y Residentes de Elepem [establecimientos de larga estadía para personas mayores], presentaron en el Paraninfo de la Udelar el proyecto El cuidado de los Elepem. En particular, se estudiaron las principales consecuencias del aislamiento para esta población durante la emergencia sanitaria desde la perspectiva de derechos humanos. 

El proyecto estuvo dividido en tres momentos de trabajo: partió de la investigación bibliográfica y la síntesis del conocimiento científico sobre el tema; luego un proceso de intervención, que consistió en talleres de reflexión sobre el cuidado de los Elepem en situación de pandemia; y, por último, una campaña de difusión. Se financió a través del fondo universitario para la comprensión pública de interés general de la Comisión Sectorial de la Investigación Científica. 

Lo que la pandemia nos dejó

La docente investigadora y coordinadora del proyecto, Carolina Guidotti, estuvo a cargo de explicar los resultados de la investigación y refirió que, con el comienzo de la pandemia, los Elepem emplearon una serie de medidas de contención, como la restricción de la salida de los residentes, control de visitas o limitaciones para estar dentro de estos establecimientos. Estas medidas se implementaron a partir del reconocimiento de ciertos factores de riesgo como el contacto estrecho, los espacios cerrados, las comorbilidades de los residentes y la concurrencia de muchas personas a estos centros. 

“Las restricciones llegaron en un momento en el que los Elepem no tienen las condiciones de funcionamiento para la implementación de las medidas que permitan una ejecución de las nuevas prácticas”, definió la coordinadora del proyecto. Incluso en las propias condiciones edilicias de los establecimientos, que no contaban con normativas municipales ni de higiene actualizadas, y en muchos casos no contaban con espacios verdes ni contacto con el exterior. Profundizó que, de los 1.200 establecimientos que había en ese momento, 109 presentaban irregularidades graves a nivel estructural o sanitario, 537 tenían algunas irregularidades y 230 estaban en condiciones de lograr la habilitación del Ministerio de Desarrollo Social (Mides). 

Las medidas implementadas durante la emergencia sanitaria frenaron los contagios, pero tuvieron efectos negativos para las personas residentes de estas instituciones, que constaron de un incremento de la tristeza, ansiedad y depresión. También pérdida de masa y fuerza muscular, fragilidad y desarrollo de discapacidades. “Algunos estudios específicos muestran rápido deterioro físico, cognitivo y mental, especialmente en aquellos pacientes que ya tuvieran algún tipo de deterioro cognitivo; las medidas de restricción dentro de los Elepem, acentuaron ese deterioro”, explicó Giuodotti. 

Para la Convención Interamericana de Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, las medidas tomadas durante la pandemia por covid-19 no respetaron algunos de los derechos de los residentes ni de sus familiares, como la dignidad en la vejez, la igualdad de condiciones con otros sectores de la población con acceso no discriminatorio a cuidados integrales, evitar el aislamiento y tener derecho a la independencia, autonomía y a la toma de decisiones. 

Actualmente, luego de que finalizó la emergencia sanitaria en Uruguay con una tasa alta de vacunación en residentes y trabajadores de los establecimientos de larga estadía, Giudotti afirmó que no aparece un plan de liberación de las medidas de restricción de salidas y visitas ante el caso positivo de un residente. Agregó que tampoco queda claro qué aprendizajes han dejado estas medidas para utilizar en las epidemias estacionales.

“Se hace necesario un cambio en el modelo de cuidados y una reflexión y acción específica sobre los espacios de vida de las personas mayores que viven en Elepem”, concluyó.

Intereses en común

En la oratoria del evento realizado el 18 de octubre, Solange Santos, integrante de la Mesa Coordinadora del Movimiento de familiares y residentes de Elepem, informó que el inicio del movimiento se da conjuntamente con la pandemia y por personas que estaban interesadas en lo que pasaba dentro de los establecimientos de larga estadía en ese momento. 

“Nuestro propósito fundamental es promover un modelo de cuidados basado en los derechos de las personas que allí residen”, expresó Santos, y detalló que el movimiento tiene una mirada sistemática en la que no solo es importante el residente sino también de todos los actores que conforman un Elepem.

Respecto al proyecto de investigación, Santos opinó que le permitió tener conocimiento de la situación actual de estos establecimientos y qué cosas pasan dentro de ellos, tanto a nivel internacional como nacional. 

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