En el centenario del nacimiento de Zelmar Michelini y a raíz de una profunda investigación del periodista Salvador Neves, se llevó a cabo el conversatorio “Militancia política e independencia periodística: la trayectoria de Zelmar Michelini a 100 años de su nacimiento” en el Aula Magna de la Facultad de Información y Comunicación. De la actividad participaron Neves, los docentes e investigadores Virginia Martínez y Gerardo Albistur, así como Margarita Michelini, periodista e integrante del Consejo de la Fundación Zelmar Michelini.

Una lucha por la verdad

Zelmar Michelini (1924-1976) fue un figuras destacada en la política y el periodismo uruguayo de la segunda mitad del siglo XX. Militante por los derechos humanos, ocupó diversos cargos públicos y fue diputado y senador del Partido Colorado, hasta su posterior incorporación al Frente Amplio. Se destacó en su trabajo como legislador y fue un firme defensor de la libertad de prensa durante la dictadura cívico-militar, que se instauró en Uruguay en 1973. Durante su exilio en Argentina, Michelini fue asesinado en el marco del Plan Cóndor, y a cien años de su nacimiento, es recordado no sólo por su lucha a favor de la democracia y los derechos humanos, sino también por su compromiso con la práctica periodística.

Como lo señala Neves, “Zelmar tenía un genuino interés por el periodismo y se dedicó a él con una profesionalidad notable. A diferencia de la práctica común en su época, cuando los políticos solían tener sus propios medios o escribir editoriales, Michelini adoptó el periodismo con una profunda convicción por la verdad y la libertad”. Incursionó en el periodismo por primera vez a los 15 años, como director de la revista de su liceo, Ariel. Más tarde, trabajó en medios como el diario Acción y los semanarios Hecho y Marcha, entre otros. Su compromiso periodístico fue destacable durante los momentos más oscuros de la historia uruguaya. Ante la censura impuesta a la prensa, sus denuncias sobre violaciones a los derechos humanos encontraron en Michelini una voz.

Refiriéndose a este período, Albistur indicó que “no es que la censura sea algo ausente en la historia de Uruguay hasta fines de los años sesenta, pero es el momento en el que se empieza a aplicar sistemáticamente, ya no en casos puntuales, ya no como medidas extraordinarias que se aplican cada tanto. La censura a la prensa fue sistemática, duró 18 años, desde el `67 al `85, sin flexibilizarse en ningún momento”.

Según Neves, “las denuncias que hacía Zelmar eran republicadas como discursos realizados en el Parlamento y de esa manera podían divulgarse entre la gente porque los medios no podían hacerlo”. Además, agregó en conversación con SdR que ante la pregunta “¿No sabés dónde está tu hijo?”, era corriente buscar a Zelmar, porque él iba a hacer todo lo posible para denunciar la desaparición. “Era como un referente obligado para todo eso, una herramienta de auxilio cuando ya habían caído todas las garantías. Era una persona con recorrido y eso estaba en los medios de izquierda, en los medios de la gente que estaba sufriendo más fuertemente la represión”.

Virginia Martínez también destacó el coraje de Michelini en sus intervenciones parlamentarias: “Ya en los setenta, leer las actas provoca una emoción cívica muy singular porque es de un coraje, una inteligencia, una sensibilidad única. Michelini planteaba que la gran prensa era cómplice del clima de impunidad en el país, y criticaba la concentración de poder informativo en los canales de televisión”. La profesora subrayó que la intención política detrás de su periodismo “era la de señalar la responsabilidad del Poder Ejecutivo y evitar que alegara ignorancia. No sólo buscaba ganar la información, sino también romper el clima social de violencia y tortura”.

El periodismo se deshidrata

Consultado sobre la tensión que sugiere ser activista político y periodista, Neves valoró que una de las cosas que lo motivó a realizar esta investigación es que en la actualidad ve que “se siente como una cuestión demasiado complicada. Y en la trayectoria de Zelmar queda muy claro que no hay manera de hacer periodismo o el periodismo se deshidrata si no tenés convicciones, si no tenés las convicciones políticas en el sentido más amplio”. Las convicciones que menciona no las partidarias, sino la de los derechos humanos, la dignidad. “Eso es una convicción política. Si yo creo eso, el periodismo que voy a hacer va a estar motivado por eso, convertido en una tarea muy digna”. 

Neves recogió que “el hecho de que un político pueda a su vez ser periodista es una cosa que en el oficio es cada vez más inconcebible, es casi pecaminoso sugerir que puede haber convicciones entre un ámbito y otro”. Reflexionó que la profesionalización del periodismo tiene muchos beneficios y está latente la preocupación por lograr tener independencia periodística, “por no obedecer a ninguna camarilla partidaria”. Sin embargo, “no se debe perder el profundo sentido político que puede tener el trabajo periodístico. Y en este sentido, la trayectoria de Michelini se presenta como un ejemplo muy valioso”.

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