Admiración, polémica, cuestionamiento. Todas esas sensaciones es capaz de evocar de forma simultánea Marcelo Alberto Bielsa Caldera cuando sostiene un micrófono. Miles de aficionados -y no tanto- al deporte rey se preguntan quién es este hombre con indiscutible capacidad dialéctica, que trabaja en el fútbol pero hace conferencias para no hablar de fútbol, y se parece más a un filósofo que a un director técnico.

“Para ustedes, lo importante no es lo que se diga, sino la cantidad de gente que los escucha”, declaró en su presentación al mando de la selección uruguaya, resumiendo la relación disfuncional que tiene con el periodismo deportivo y demostrando, una vez más, la poco convencional manera que utiliza para dirigirse hacia los medios y al público.

Nacido como entrenador en la década de los ’80 en el seno de la rivalidad bilardismo vs. menottismo -ganar como sea vs. buen juego por encima del resultado-, Marcelo Bielsa ha logrado imponer su propio estilo. La obsesión por el videoanálisis, por el aprendizaje de los sistemas y sus interminables conferencias sobre las complejidades del juego han sido su marca registrada, lo que lo llevó a trabajar en diferentes partes del mundo y estar a cargo de la celeste.

El pequeño Marcelo

Es probable que la mayoría lo haya descubierto como entrenador, pero la realidad es que Bielsa jugó al fútbol profesional. Nació el 21 de julio de 1955 en Rosario, hijo del abogado Rafael Pedro Bielsa y de la docente Lidia Caldera, hermano de Rafael, ex ministro de Relaciones Exteriores en Argentina y de María Eugenia, ex vicegobernadora de la provincia de Santa Fe. Marcelo no sería la excepción a la idiosincrasia Bielsa e, igual de estudioso y profesional que el resto de sus familiares, se desempeñó destacadamente en un rubro como el fútbol.

Comenzó jugando para las inferiores del club que lo tiene como uno de sus máximos ídolos, Newell’s Old Boys de Rosario. Actuaba, según los que lo conocen, como un defensor muy aguerrido y temperamental. En 1974 fue incluido en la lista de la selección argentina sub 20 para el campeonato sudamericano y el 29 de febrero de 1976 debutó en primera división en un partido frente a River Plate.

Una lesión lo mantuvo fuera de los terrenos de juego por un largo tiempo lo que provocó su salida de Newell’s hacía instituto de Córdoba, con el que rescindió su contrato habiendo disputado solo 16 encuentros. En 1979 firmó con Argentino de Rosario, club en el que jugó durante un año antes de abandonar el fútbol para dedicarse a estudiar profesorado en educación física.

Cuando terminó la carrera, comenzó como entrenador amateur de la selección de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En esos momentos ya se podía observar su pasión por analizar videos sobre diferentes ligas del mundo.

¿Qué es el bielsismo?

Bielsa es un obsesionado por el trabajo: cuenta con un software estadístico con el que analiza jugador a jugador, además de una colección de cientos de videos que él mismo editó. De hecho el periodista inglés Jhon Carlin, declaró en un informe que la biblioteca de Bielsa era la más “erudita” en el mundo del fútbol.

Esa filosofía, esa forma de vivir, es la que ha generado que muchos directores técnicos se vean influenciados por su estilo: Gerardo Martino, Jorge Sampaoli y Eduardo Berizzo son algunos de sus discípulos más fieles.

Sin embargo, pensar el bielsismo como una doctrina estrictamente deportiva sería un grave error. El actual seleccionador de Uruguay ha tenido quizás más repercusión por decisiones de índole ético-moral, desde llegar a devolver un gol al equipo rival debido a un error arbitral, hasta enviar una carta escrita a la casa de un jugador para reprochar por un error cometido durante un partido.

El Loco Bielsa

¿Por qué a Bielsa le dicen El Loco? Tempranamente en su carrera como entrenador destacó por sus atípicas y radicales formas de trabajar con sus equipos. “Mire, yo tenía un compañero, Carlos Picerni, y cuando empecé a trabajar en las divisiones menores, todos teníamos diferente cantidad de divisiones”, contó en una entrevista con un periodista de DAZN España. “En ese momento, Picerni tenía tres; cuarta, quinta y sexta, y yo tenía sólo una, como mis entrenamientos duraban más que los tres de él, siempre me decía que yo estaba loco”.

Hablemos de táctica

“Soy un obsesivo del ataque, yo miro videos para atacar, no para defender… tener el balón es tener autoridad”, comentó en una ocasión. Bielsa se considera discípulo del entrenador Louis van Gaal y un admirador del “fútbol total” típico de la escuela neerlandesa, ideado por Rinus Michels y popularizado por la leyenda Johan Cruyff, un fútbol de ofensiva que da por entendido que “la mejor defensa está en un buen ataque” ya que el rival no puede dañar si no tiene la posesión de la pelota. Fútbol de presión alta, plagado de volantes de buen pie, además de jugadores con capacidad aeróbica y convicción para recuperar el balón lo más rápido posible.

Bielsa argumenta que para él, existen por lo menos 29 esquemas de juego, pero su sistema por excelencia, es el 3-3-1-3, a partir de constantes transiciones de jugadores capaces de realizar tareas tanto ofensivas como defensivas. Es clave la utilización de un líbero y dos stoppers en defensa, línea de tres mediocampistas con el central desempeñándose en la contención y los que juegan por fuera como laterales-volantes; un enlace y tres delanteros capaces de rotar entre sí.

No obstante, el esquema que elegiría para dirigir a la selección uruguaya fue el 4-3-3, un sistema de “fútbol total” un tanto más moderno, con línea de cuatro defensores, un volante “tapón” capacitado para ayudar en a la defensa si lo demanda el partido, un volante “mixto”, un volante ofensivo con libertad de movimiento, dos extremos bien abiertos y un centrodelantero de movilidad y presión constante.

Primeras armas

Bielsa comenzó su carrera de entrenador en las inferiores de Newell’s en 1982, con una revolucionaria manera de captar jugadores: dividió a Argentina en 70 partes y realizó una prueba para más de 1.000 chicos que se presentaron como aspirantes, dentro de ellos, Mauricio Pochettino y Gabriel Batistuta. En tres meses el Loco recorrió más de 20.000 kilómetros.

Foto: Twitter @Newells

En 1988 consiguió el campeonato de reserva y finalmente, en 1990, asumió como entrenador de la primera división del Club Atlético Newell’s Old Boys, la Lepra, de Rosario. A las pocas semanas el equipo obtuvo el Torneo Apertura de 1990 por adelantado, luego de que River Plate cayera 2-1 ante Vélez Sarsfield. Durante la última jornada del campeonato, en el empate 1-1 contra San Lorenzo, Bielsa protagonizó una de sus escenas más recordadas, al subir a los hombros de un hincha y besar la camiseta al grito de “¡Newell’s carajo!”. La obtención de ese torneo le permitió al equipo rosarino disputar la final del campeonato argentino 1990/91 frente a Boca Juniors, que también obtuvo luego de la tanda de penales.

Bielsa también dirigió a la Lepra en la Copa Libertadores 1992, y alcanzó la final del torneo pero no pudo superar al famoso São Paulo de Telê Santana. Posterior a una derrota en el primer partido de aquel certamen, en la que el equipo de Rosario fue goleado 6-0, un grupo de barras fueron hasta la casa de Bielsa para amenazarlo, el Loco los esperó con una granada en el puño, al grito de “se van o la tiro”.

Días después, Newell’s se coronó campeón del clausura 1992 y consiguió, así, su cuarta estrella de campeón nacional.

Bielsa tuvo su primera experiencia en el extranjero cuando dirigió al Atlas de Guadalajara y al América en México; lo más destacado de su pasaje fue un enfrentamiento con los jugadores del equipo de Correcaminos, donde Marcelo, en tanto director técnico de Atlas, desató toda su furia y los mexicanos comprendieron el sentido de su sobrenombre.

En 1997 volvió a dirigir en Argentina, esta vez a Vélez Sarsfield, club en el que se mantuvo durante dos años y en el segundo obtuvo de manera holgada el Torneo Clausura 1998.

En julio de ese año, Bielsa asumió la dirección técnica del Espanyol de Barcelona, cargo al que renunció luego de seis partidos para dirigir a la Selección Argentina de Fútbol.

La prueba de fuego

Definitivamente la espina más grande de la carrera de Marcelo Bielsa, y quizás la que le ha costado más caro, es el haber fracasado como entrenador de la selección nacional de su país.

El Loco asumió como seleccionador en octubre de 1998, cuando sucedió a Daniel Passarella. En la primera parte de mando, la selección argentina consiguió registros históricos de goles a favor, de partidos ganados y conquista de puntos en una eliminatoria (43), quedando en primera posición de la tabla rumbo al mundial de Corea del Sur-Japón 2002. Estos logros le valieron a Bielsa ser elegido mejor seleccionador nacional del planeta en 2001.

Cuando llegó la copa del mundo, la ilusión y expectativa del pueblo argentino eran enormes, el plantel contaba con jugadores como Roberto Ayala, Walter Samuel, Juan Pablo Sorin, Javier Zanetti, Ariel Ortega, Juan Sebastián Verón, Diego Simeone, Pablo Aimar, Marcelo Gallardo, Hernán Crespo, Cristian González y Gabriel Batistuta.

El gran y único problema suponía ser la ausencia de Juan Román Riquelme, futbolista que el entrenador decidió no convocar por decisión técnica. El enganche de Boca Juniors, a pesar de haber sido bicampeón de la Copa Libertadores en 2000 y 2001, el mejor jugador de la final de la Copa Intercontinental del año 2000 frente al Real Madrid, y la figura más excluyente y determinante del fútbol argentino, no era del paladar de Bielsa, quien buscaba contar con otras características en su equipo.

La selección argentina quedó eliminada en primera ronda del mundial 2002, luego de vencer a Nigeria por 1-0, empatar 1-1 con Suecia y caer derrotada por 1-0 con Inglaterra. Las críticas a Marcelo Bielsa cayeron por todas partes y su credibilidad quedó por el suelo.

Marcelo Bielsa durante el partido entre Suecia y Argentina en la Copa del Mundo de 2002. Foto: Daniel García / AFP.

Legado

La carrera de Bielsa no acabó allí. Pese al fracaso de 2002, siguió contando con el apoyo de los hinchas del club de su vida, el Newell’s Old Boys de Rosario, que además renombró su cancha con el nombre de “Estadio Marcelo Bielsa”.

Luego renunciar al cargo de entrenador de la selección argentina por motivos personales, el Loco encontraría un nuevo desafío en la selección chilena. El 10 de agosto de 2007, fue anunciado para estar al mando de la roja. De inmediato, Bielsa ordenó la remodelación del Complejo Deportivo Juan Pinto Durán, rejuveneció el plantel y eligió como titulares solo a jugadores con ritmo europeo. Chile clasificó en segundo lugar -solo por detrás de Brasil- en las eliminatorias rumbo al Mundial de Sudáfrica 2010, y además volvió a ganar un partido mundialista tras doce ediciones de la copa.

Sin embargo, el Loco se vio obligado a renunciar en 2011, producto de desencuentros con los directivos de la Asociación Nacional del Fútbol Profesional chileno; el cargo fue asumido por Claudio Borghi y posteriormente, Jorge Sampaoli, ambos de la misma ideología futbolística de Bielsa, lo que permitió que su legado continuara durante algunos años más en la selección trasandina y dio sus frutos cuando Chile, con Sampaoli a la cabeza, hizo un excelente papel durante la Copa del Mundo de Brasil 2014 y se coronó campeón de la Copa América como local en 2015.

El Loco seguiría su carrera en España, particularmente en Athletic Bilbao, en donde en poco tiempo cambió rotundamente el estilo de juego tradicional del club. En el transcurso de un año, el Athletic se clasificó para las finales de la Copa del Rey 2011/12 y de la UEFA Europa League 2011/12, instancia que el club vasco no alcanzaba desde 1977. Al año siguiente, y luego de una seguidilla de malos resultados, la directiva del equipo decidió no renovar contrato con Bielsa.

Su siguiente equipo fue el Olympique Marsella de Francia, en el que su estadía transcurrió sin pena ni gloria cuando acabó cuarto en la temporada 2015/16 del campeonato francés.

En junio de 2016 fue anunciado como nuevo entrenador del Lazio de Italia, donde no alcanzó a dirigir ningún partido, ya que dimitió antes de su primer encuentro debido a una serie de promesas incumplidas por los directivos del club, al no fichar los jugadores que había solicitado el entrenador.

El 19 de febrero de 2017 comenzaría el pasaje del Loco por el Lille de Francia, equipo del que terminaría saliendo cesado, luego de nueve meses, cuando el argentino viajó a Chile sin autorización del club. Si bien Bielsa argumentó que se trataba de una visita para reencontrarse con uno de sus ex colaboradores enfermo de cáncer, se vio obligado a pagar 300.000 dólares luego de una contrademanda del club francés.

El 15 de junio de 2018 firmó un contrato de dos años con Leeds United de la segunda división inglesa, que el 18 de julio de 2020 ascendió a la Premier League tras 16 temporadas y se coronaron campeones de la EFL Championship 2019/20. En honor a dichos logros el club decidió colocar el nombre de Marcelo Bielsa en una de las calles de la ciudad.

El día que devolvió el gol

Probablemente uno de los días en que el nombre de Marcelo Bielsa sonó con más fuerza a nivel mundial fue el 28 de abril de 2019, cuando el argentino se encontraba al mando del Leeds United. Mientras se jugaba el encuentro por la jornada 45 de la Championship (segunda división inglesa) contra el Aston Villa, su equipo marcó un gol luego de que un jugador rival quedara lesionado y el árbitro, equivocadamente, decidiera no detener el encuentro. Se generó una gresca que Bielsa logró detener al advertir al director técnico rival, Jhon Terry, que el equipo de Leeds permitiría deliberadamente al Aston Villa empatar el partido. El encuentro acabó 1-1 y Marcelo Bielsa fue duramente cuestionado por la prensa inglesa, además de los ultras del Leeds United, quienes soñaban con ver a su equipo en primera división.

Uruguay

Bielsa es un hombre trabajador, al que le gusta el fútbol de ataque y está dispuesto a dar una conferencia para hablar más de modales que de la convocatoria a los jugadores históricos. La presentación del Loco quedaría por fuera de los parámetros establecidos para una conferencia corriente del nuevo director técnico de la selección uruguaya, quien demostró con su mirada al suelo, la nula importancia por la aprobación de la prensa.

Lo que sí está claro desde un principio es que Marcelo Bielsa llegó al mando del seleccionado nacional sin ninguna intención por limitar al rival, lo que bastaría para ganarse el corazón de aquellos que entienden que Uruguay puede y debe jugar a otra cosa, esa porción de la población que aún conserva un gusto amargo por lo que fue la segunda rueda de las eliminatorias pasadas y el Mundial Catar 2022.

“Trabajo con gente 20 o 30 años menos que yo, porque la edad no ayuda a la flexibilidad necesaria para incorporar métodos e ideas nuevas” declaró el Loco antes de presentar a quienes trabajan en su cuerpo técnico. El mismo quedaría compuesto por el argentino Pablo Quiroga, como segundo entrenador, el chileno Diego Reyes y el argentino Lucas Ouviña como ayudantes técnicos, el argentino Diego Bermúdez como analista, el uruguayo Carlos Nicola como entrenador de arqueros y la española Sara Bouzas junto con la argentina Magalí Conde, como encargadas de logística.

Al término de su presentación al mando de la selección, Bielsa manifestó que para los primeros amistosos no convocaría a aquellos jugadores de los que posee más conocimiento, dado su repercusión en el fútbol de élite o por su larga trayectoria en la celeste, entre ellos, los históricos y jugadores como el caso de Federico Valverde, Darwin Núñez o Ronald Araújo.

Finalmente, el 14 de junio llegaría su debut amistoso, cuando la selección uruguaya venció a Nicaragua por 4-1 en el estadio Centenario y días más tarde a Cuba por 2-0. Recambio, juventud, velocidad, dinamismo, fueron las primeras conclusiones para rescatar sobre el equipo del Loco.

Posterior al debut, la gran interrogante estaba en saber si el argentino iba a convocar a los referentes de la selección para los partidos oficiales, fundamentalmente a Edinson Cavani, Fernando Muslera y Luis Suárez. Se esperó con ansias la conferencia del sábado 2 de setiembre de 2023, señalada para revelarse la primera lista oficial de Marcelo Bielsa. Sorpresivamente, para algunos, el Loco no dio a conocer los nombres de los futbolistas; en cambio, utilizó ese tiempo para despejar dudas tácticas y desmentir que hizo renunciar a un funcionario del Complejo Celeste.

Al lunes siguiente y a través de redes sociales, se haría pública la convocatoria, con la notable ausencia de los “históricos”. Días más tarde, se visualizó una pancarta frente a la entrada del Complejo Uruguay Celeste, con el mensaje de “Bielsa, el patrimonio es de la gente, Suárez no se toca”.

Fuera de prejuicios, la hora de la verdad llegó el 8 de setiembre, cuando la selección uruguaya enfrentó a Chile en el Centenario y con poca concurrencia del público, dado el elevado costo de las entradas, obtuvo una victoria con supremacía por 3-1 frente a la “Trasandina”. Días después, por la segunda etapa de las eliminatorias, la celeste viajó a Quito, donde sufrió una derrota por 2-1.

La doble fecha de noviembre comenzó para la selección uruguaya con un empate 2-2 ante Colombia en Barranquilla, cuando superó al rival en un gran tramo del partido y sobrevivió a diez minutos caóticos en los que pudo irse goleada.

Posteriormente el equipo del Loco debería enfrentar un partido clave, en su casa, con su gente y frente a un viejo conocido: Brasil. Con el Estadio Centenario colmado, el combinado nacional recibió a la canarinha, que no estaba en su mejor momento futbolístico. El encuentro acabó con un 2-0 a favor de Uruguay y la alegría recorrió todos los corazones celestes luego de volver a ganarle a Brasil después de 22 años.

“Ugarte, la c* de tu madre” pronunció Bielsa, reservando los modales para la sala de prensa y dejando a propios y extraños descolocados.

Si bien nadie puede discutir la trayectoria y la categoría de el Loco, sin embargo, sus ideas siguen generando opiniones encontradas todos los días, y aunque el argentino continúa bajo la evaluación de los futboleros de este país, parece haberse reconciliado con varios después de incluir a Luis Suárez, máximo goleador histórico de la selección uruguaya, en la lista definitiva para la doble fecha de eliminatorias del 16 y el 21 noviembre frente a Argentina y Bolivia.

Marcelo Bielsa es un hombre capaz de sobrevivir a la dicotomía de ser el Loco para un alto porcentaje de los consumidores asiduos de este deporte, a su vez tener grandes entrenadores como discípulos a nivel mundial y ser para otros, como dijera algún día Pep Guardiola, “la persona que más admiro en el mundo del fútbol”.

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