Lucía Bustamante, Victoria Pérez y Yerimar Noguera son las líderes de Mujeres IT, un proyecto que tal y como lo describe su página web -o directorio, como lo llaman ellas- “busca ser la comunidad que nuclee a todas las mujeres de IT a nivel nacional”.

“Nosotras consideramos ‘mujer IT’ a toda aquella que se vincule con la tecnología, no sólo con la parte más técnica y “dura” del área, como infraestructura y desarrollo”, explica a Sala de Redacción Bustamante, fundadora de la comunidad. Como colectivo, dijo, no tienen la intención única de ser referencia “estadísticamente hablando”, sino que también pretenden “brindar otras habilidades o herramientas que aporten a fortalecer el rol de la mujer en la industria de IT”.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) no están catalogadas como parte de las “ciencias clásicas”, como la biología, la química o la física. Sin embargo, la revolución digital de los años ochenta decantó en que las TICs se convirtieran en una rama imprescindible, que se desarrolla a una velocidad vertiginosa.

¿Pero de qué hablamos cuándo hablamos de las TICs? Son recursos, programas y herramientas que se utilizan para administrar, procesar y compartir información. Esta ciencia trabaja a través de dispositivos electrónicos: computadoras, teléfonos móviles, consolas y reproductores de sonido y video.

Una cuestión de género

Menos del 30% de los investigadores de todo el mundo son mujeres, según los datos de la Institución de Estadística de la Unesco. Al respecto de las TICs, y más específicamente de la presencia de mujeres programadoras, la reclutadora inglesa Pearson Frank consultó a 818 programadores de 23 países y concluyó que sólo el 7% son mujeres.

Dentro de la industria de las TICs existen diversos roles: suele conocerse al desarrollador o programador, pero de igual importancia son los diseñadores, los UX (user experience), los PM (project manager), gestores, arquitectos de IT (information technology), los data scientists y los idóneos en derecho informático, entre otros.

En los campos de STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), las mujeres publican en menor cantidad, les pagan menos por sus investigaciones y sus carreras no avanzan tan rápidamente como las de los hombres, según se puede leer en la página de Unesco en base a diversos estudios. Sin embargo, hay muy pocos datos a nivel internacional e incluso a nivel nacional que muestren el grado de estas disparidades.

Las TICs en Uruguay

Bustamante cursó la orientación científica en Secundaria, estudió en la UTU de informática, posteriormente en la Facultad de Ingeniería (Fing) y finalmente entró a trabajar en una industria de software. En conversación con SdR cuenta cómo surgió la idea de crear Mujeres IT: “Todos mis ámbitos de estudio y de trabajo tuvieron predominancia masculina. A partir de esas experiencias quise formar una comunidad que reuniera a las mujeres en tecnología. Somos muchas más de las que pensamos y sentí que necesitábamos un espacio para nosotras”.

La fundadora de Mujeres IT es diseñadora de productos digitales y trabaja en NoblyPOS, una empresa inglesa que brinda soporte tecnológico a compañías del rubro de alimentos y bebidas. A su vez, trabaja como freelance y Mujeres IT no es la única comunidad a la que está vinculada: es fundadora de Dribbble Meetup MVD y Latin Female Designers.

Para Bustamante, Mujeres IT significa comunidad, apoyo y encuentro. Según cuenta, fue “un trabajo de hormiga”: empezó sola, construyó el directorio en la página web, creó un Instagram para darle difusión e invitó a chicas a sumarse. “Hubo mucho del boca a boca, siempre me gustó la idea de formar comunidad y conectar personas, ese es mi perfil”

Para analizar en Uruguay la presencia de mujeres en las TICS se puede mirar el ingreso por género a las carreras asociadas: en 2018 se incorporaron 2.183 estudiantes a la Fing y de esa cifra sólo 510 fueron mujeres, un 23% según el Anuario Estadístico 2018 del Ministerio de Educación y Cultura (MEC).

Elaboración propia en base a datos del MEC.

Justamente, el objetivo del proyecto es concentrar la fuerza femenina en Uruguay dentro del área de IT. Pero además de Bustamante, Pérez también se sumó al momento de la fundación y juntas hicieron “fuerza para que la comunidad empezara a crecer de forma rápida”. Luego se agregó Noguera para formar la tríada al estilo “los Ángeles de Charlie”, como las llama Bustamante.

Pérez es desarrolladora y trabaja nueve horas diarias, a veces más. A su vez, es cofundadora de Mujeres IT y colidera las comunidades Nahual y Dribbble Meetup MVD. “En realidad quiero hacer más cosas, pero no estaría llegando con los tiempos”, cuenta a SdR entre risas.

Noguera es la tercera pieza del núcleo que lidera Mujeres IT; es economista de formación pero actualmente trabaja como gestora de proyectos. De nacionalidad venezolana y residente en Uruguay desde el año 2016, ha sido integrante activa de varias comunidades, entre ellas Girls in Tech, donde conoció a Bustamante. Hoy en día es cofundadora de Proyecto Kanban y colaboradora activa de Nahual.

Además de estar involucrada a estas comunidades, gestiona proyectos para una empresa -y otros por fuera- y está estudiando un curso de testing. “En realidad soy economista así que este curso me sirve sobre todo para adquirir otras habilidades y mejorar la comunicación con las partes más ‘duras’ del mundo IT”, explica.

En el último informe realizado por la Cámara Uruguaya de Tecnología de la Información (CUTI), persiste lo que une y convoca a las tres líderes. Los ingresos a la formación técnica en el área de las TICS se dividieron en 78% hombres y 22% mujeres durante 2016 (y casi la misma relación se refleja en los datos del año 2017: 80% hombres contra 20% mujeres).

Elaboración propia en base a datos de la CUTI.

En cuanto a los ingresos a formación universitaria en TICs, en 2016 las mujeres fueron el 20% y en 2017, el 19%. Y por último, en el caso de ingresos a posgrados se amplió la brecha de desigualdad por género. Entre 2016 y 2017 la incorporación de estudiantes de género femenino disminuyó nueve puntos porcentuales: 64% hombres, 36% mujeres en 2016 y 73% hombres, 27% mujeres en el 2017.

Elaboración propia en base a datos de la CUTI.

En conclusión, de los datos sistematizados por la CUTI se desprende que los ingresos de mujeres en la oferta académica de las TICs (en la educación pública, que es la de mayor asistencia) durante 2016 y 2017 ronda entre 20% y 25%, con la excepción de las entradas a los estudios de posgrado, que en 2016 se incrementaron a un 36%.

Mujeres IT en las redes

El instagram de la comunidad (@mujeresituy) funciona como un “microblog”: postean regularmente información sobre las mujeres en la industria de IT tanto en Uruguay como a nivel global. La cuenta posee más de 1.400 seguidoras (sólo el 15% de los “followers” son hombres), y el rango de edad mayoritario es entre 25 y 35 años.

Además, a través de la cuenta difunden la invitación a eventos, a sus meetups y a sus “afters”: encuentros descontracturados a los que puede ir cualquier mujer “de a pie” -es decir, toda mujer que quiera ir- y en los que el objetivo es conocerse, compartir, intercambiar ideas y experiencias. “En cada encuentro aportamos uno de energía y se nos devuelve el triple. Salimos súper recargadas y eso nos ayuda a seguir, la respuesta es increíble energéticamente”, cuenta Pérez, quien considera que Mujeres IT significa comunidad, sororidad y acompañamiento.

En la página web de la comunidad (mujeresit.uy) se encuentran todos los perfiles profesionales de las mujeres que la conforman. De esta manera, pueden ser vistos por empresas y generarles oportunidades de trabajo.

Crear comunidad

El espíritu de las reuniones que organizan a través de la plataforma Meetup y las presenciales es que las mujeres de esta industria se conozcan entre ellas y generen lazos de apoyo mutuo. “Si en Uruguay nos conocemos todos, ¿por qué no nos conocemos las mujeres IT?”, plantea Pérez y agrega: “No invitamos a los hombres, pero si llegan obviamente son bienvenidos y ellos siempre se divierten”. Sin embargo, hay excepciones, como en el día de la mujer -el 8 de marzo- que realizaron un encuentro mixto.

Para Noguera Mujeres IT quiere decir plataforma, mujeres y compañía. “Algo que me marcó fue que en un evento organizado por el día de las niñas en las TICs, una chiquilina de 19 años mencionó que además de todas las cosas interesantes del mundo IT también hay cercanías, sororidad y comunidades, y entre ellas mencionó a Mujeres IT. Para mí eso fue grandioso”, recuerda.

Además de lo narrado, Mujeres IT busca entrelazar a otras comunidades que se relacionan con la Industria de la Tecnología como Girls in Tech Uruguay, ReconvertITe (mujeres en testing) y Pyladies Uruguay. “En nuestros encuentros siempre tratamos de dar espacio para que las otras comunidades hablen, para que alguna chica se le prenda la lamparita y diga: ‘¡Ah! A mí me interesa esto también’. Para nosotras es importante ser un canal: queremos dar a conocer que hay otras comunidades de mujeres en IT”, cuenta Pérez.

Al infinito y más allá

Con ojos puestos en el después, planean mejorar la página web, generar datos estadísticos más “duros” a través de encuestas y lograr ser un monitor de mujeres: que la información de las Mujeres IT se vea en tiempo real y esté en constante actualización. Como gran ambición, quisieran llegar a ser una empresa social o emprendimiento que genere autosustentabilidad.

“Por ahora los gastos que suponen hacer un after o lo que sea corren por cuenta nuestra”, explica Bustamante y agrega que la idea “es abrir programas o mentorías para que la cosa se autosustente”. Por otra parte, Noguera afirmó que también han recibido ayudas de otras instituciones: “Tenemos suerte de que las personas se sientan parte, de que cuando se necesita algo hay gente que se acerca y aporta, como cuando las empresas se suman y apoyan para los eventos”.

Líderes de Mujeres IT. Foto: gentileza de Mujeres IT.

Las tres líderes de Mujeres IT -y sus siete colaboradoras- trabajan sin descanso para que la comunidad crezca y todas coinciden en que la principal dificultad para ello es la falta de tiempo. Subrayan a SdR que todas las personas que trabajan en comunidades lo hacen porque quieren, porque aman lo que hacen, porque disfrutan el tiempo que invierten y los frutos que eso da.

Sin embargo, a veces puede llegar a ser desgastante: “Si esto no muta a algún emprendimiento que de alguna manera sea autosustentable no vamos a poder seguirle dedicando todo el tiempo que nos gustaría. Queremos encontrarle la vuelta. Nuestro foco con las mentorías no es traer más mujeres sino empujar a las que ya están metidas en la industria de IT a que vayan a buscar más chicas que estén interesadas”, afirma Pérez.

“Cuando se nos acercan mujeres y niñas que nos eligen entre otras comunidades y nos dicen ‘ésta es para nosotras’, sentimos que logramos el objetivo: representar a esa mina de a pie que para nosotros nadie la representa, nadie la reconoce, nadie la mima y es muy necesario”, culmina Pérez.

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