La identificación de la variante brasileña P1 del SARS-CoV-2 en Uruguay en las últimas semanas generó alerta, porque tiene una mayor transmisión que la cepa original. Preocupa, también, la efectividad que puedan tener las vacunas para combatirla, aunque el virólogo Álvaro Fajardo, integrante del Laboratorio de Virología Molecular del Centro de Investigaciones Nucleares de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Udelar) explicó a Sala de Redacción que las vacunas disponibles dan protección, de todos modos, contra la enfermedad grave, que es lo fundamental.

Cuantas más probabilidades de esparcirse tenga un virus, más probabilidades tendrá de mutar genéticamente. De esa manera, el virus se asegura su continuidad y reproducción. Y es, dentro de estas variaciones, que pueden surgir algunas más dominantes que otras; tal es el caso de la P1.

El Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) publicó el 5 de abril datos sobre las ventajas que presentan las tres variantes de preocupación mundial -la de Brasil (P1), la de Reino Unido (B.1.1.7) y la de Sudáfrica (B.1.351)- con respecto a la cepa original del virus y el posible impacto que podrían causar en la salud pública uruguaya.

Según la Organización Mundial de la Salud, la P1 es una de las tres variantes que presenta cambios en la espícula viral, la proteína Spike, conocida como “proteína S”, que permite entrar en las células humanas e infectarlas. En comparación con la cepa original, las mutaciones de la variante P1 ocurrieron en el dominio de unión al receptor (RBD), que es parte del virus que se encuentra en la proteína S y que le permite adherirse a las células humanas. 

El informe del GACH explica que en comparación con la cepa original, las mutaciones de la espícula viral de la variante P1 presentan “una afinidad por el receptor humano ACE2 hasta dos veces mayor”. ¿Qué implica este cambio?

El virus tiene como una estructura de corona. Si vos lo ves en una micrografía tiene como espículas que salen hacia afuera, es una esfera con espículas. Esa es la proteína S, la espícula. Sobre la punta tiene el sitio de unión al receptor, un RBD, que básicamente lo que hace es: cuando encuentra a una célula determinada, que es la que infecta, reconoce al receptor ACE2 e interactúa con él. En ese momento empieza la infección. El virus no va a poder infectar a ninguna célula que no tenga este receptor. Para que se inicie la infección tiene que haber un reconocimiento entre la espícula —la proteína S a partir de su RBD— con el receptor celular. 

¿Qué es lo que pasa? Cuando el virus va mutando, si ocurre una mutación justo en esa proteína, puede hacer que la interacción sea más eficiente. Es como limar una llave, estoy usando una analogía que me pareció muy gráfica, al limar la llave, la cerradura abre más fácilmente. Es una mutación que prevé una mayor infectividad del virus. Si infecta más eficientemente puede generar mayor carga viral.

¿Cuáles son los riesgos de que tenga una mayor carga viral?

Cuantas más células se infectan, o cuanto más virus se reproduzca en un organismo, es más probable la aparición de síntomas graves y la transmisión entre personas, porque un paciente que tiene más carga viral transmite más que uno que tiene menos. Básicamente es lo que ocurre con la variante P1: genera cargas virales más altas, incluso en personas jóvenes de 20, 30 o 40 años que inicialmente no eran el blanco predilecto del virus.

¿Cómo se explica la ventaja de resistencia a los anticuerpos que se presenta en la variante P1, según reportan varios estudios?

La P1 tiene una mutación en la proteína S que lo que hace es que el virus pueda llegar a ser más escurridizo frente a la respuesta que tenemos contra él. Por ejemplo, cada vez que nos infectamos con algo extraño vamos a generar anticuerpos contra ese antígeno. El anticuerpo lo que busca es justamente el RBD porque es lo que sobresale del virus. Nuestro cuerpo va a generar una respuesta inmune específica contra la proteína, anticuerpos que de alguna manera van a ir pegándose y reconociendo esas espículas. De esta forma, se va a generar un anticuerpo que encastre perfectamente con esa estructura neutralizando el virus.

Entonces, si hay alguna modificación en esa espícula, puede ser que los anticuerpos que generaste en una infección previa o los anticuerpos que generaste por medio de una vacuna que encastraban perfectamente contra las espículas, ahora, como tiene una leve variación, no encastren tan bien y de alguna manera el virus los eluda.

¿Las vacunas disponibles podrán evitar casos graves de todas maneras?

Creo que para las variantes que hay actualmente, con las vacunas que tenemos, y por la información científica que existe al respecto, estarían cubiertas. Alguna vacuna quizá pueda llegar a cubrir mejor que otra pero en líneas generales se desarrollaron para limitar los casos de infecciones graves y la mortalidad; eso lo cumplen. Cualquiera sea la vacuna va a limitar mucho la carga viral en el paciente, va a restringir rápidamente que el virus se disperse y dé lugar a que el paciente presente cuadros graves. También, indirectamente, va a generar que el paciente transmita menos ese virus.

Situación nacional

En la primera quincena de marzo de 2021, el Centro de Innovación en Vigilancia Epidemiológica (integrado por el Institut Pasteur, la Udelar, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el INIA) estudió 175 muestras positivas de SARS-CoV-2  provenientes del Sanatorio Americano y del Laboratorio de Virología Molecular del Centro Universitario Regional (Cenur) Litoral Norte, Salto. El informe reveló la presencia de la variante P1 en 13% de los casos, y los detectó en siete departamentos: Artigas, Salto, Río Negro, Rocha, Montevideo, Canelones y San José. 

Esta información se comunicó en una conferencia de prensa que dio el 22 de marzo el Grupo de Trabajo Interinstitucional (GTI) de Vigilancia de SARS CoV 2, compuesto por el Ministerio de Salud Pública (MSP), el Institut Pasteur, el Laboratorio Americano, y varios servicios de la Udelar (la Facultad de Ciencias, la sede de Salto del Cenur Litoral Norte y el Centro Universitario Regional Este). 

Otro estudio, realizado por el Departamento de Laboratorio del MSP detectó la presencia de las variantes P1 en muestras provenientes de Rivera. Según un informe del 29 de marzo de la Dirección General de Salud del MSP, de 54 muestras obtenidas aleatoriamente el 11 y 12 de marzo en Rivera, 72,2% eran de la variante P1 y el 22,2% a la P2 (que ya se había detectado en Uruguay pero no genera tanta preocupación como la P1). 

Con respecto a la variante P1, Fajardo comentó que “cada vez la frecuencia con la que lo se encuentra es mayor”. Estimó que “quizás a esta altura ya es dominante y se puede relacionar con lo que está pasando ahora, que hay muchísimos más casos”. “De todas maneras, faltan más estudios”, aclaró.

Alerta en debate 

Al ser consultado sobre la variante P1 en la conferencia de prensa del 7 de abril, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, recurrió a las palabras del bioquímico Rafael Radi y aseguró que “no es cierto decir que hay una pandemia distinta con la cepa P1”.

Tras esta afirmación, el virólogo y docente de la Udelar, Gonzalo Moratorio, publicó en su cuenta personal de Twitter que gracias a la ciencia se puede discutir diferentes puntos de vista. “Como virólogo molecular con formación en principales centros de virología del mundo creo que la expresión metafórica de que ‘algunas variantes son una pandemia dentro de la pandemia’ es más que correcta de utilizar ¿Por qué? Porque algunas de estas cambian significativamente la dinámica”, expresó.

A raíz de las diversas opiniones, Fajardo respondió a Sala de Redacción que “más allá de cuestiones de semántica, es una realidad que la variante P1 se contagia más y puede generar cargas virales más altas”,  por lo tanto “en la medida en que se disperse en una región particular, va a modificar la dinámica de transmisión y no es para despreciar su relevancia en el avance de la epidemia en Uruguay”.

Desafíos para los científicos

En el informe sobre las variantes P1 y P2, el GACH recomendó fortalecer la vigilancia epidemiológica y genómica, identificar de forma anticipada los cambios en el comportamiento de la epidemia, mejorar la vigilancia de la efectividad y seguridad de las vacunas, y promover la investigación a escala nacional en torno al impacto potencial de las variaciones detectadas.

Fajardo destacó que a nivel de diagnóstico la nueva metodología de análisis con la que se trabaja actualmente para detectar la variante de Reino Unido, la sudafricana y la P1 brasileña, implica un proceso que requiere instalaciones, equipos e insumos más costosos por lo que no se puede “generar en gran medida”. 

Según Fajardo, el GTI de Vigilancia Genómica de SARS CoV 2 selecciona y procesa semanalmente 150 muestras en busca de identificar el nivel de prevalencia de las variantes. “Hay muchísimo trabajo, y lamentablemente cada vez hay más porque al mutar el virus y seguir circulando, se van a ir generando variantes. Hay que estar alerta desde el punto de vista epidemiológico, y siempre activo a nivel científico”, advirtió.

FacebookTwitter