Pablo Dabezies nació el 6 de julio de 1940 en Uruguay; fue destacado por su compromiso y formación académica como historiador y teólogo de la liberación. Ingresó en el seminario cuando era adolescente, en 1954, y continuó sus estudios de teología en la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, en donde participó en el Concilio Vaticano II. Fue ordenado sacerdote por monseñor Carlos Partel en 1968, un año de violencia institucional en el que Dabezies aumentó su participación en las luchas sociales y sindicales, en las que pastores y sacerdotes analizaban la realidad política a ojos de la Biblia.

Elena Bicera, docente magisterial, participaba de la comunidad de la parroquia universitaria en 1968 cuando Dabezies -Paul, como lo llamaban cariñosamente- llegó como sacerdote del clero circular con el cual compartió gran parte de su vida. “Estuvo en el momento más importante de varias generaciones”, contó a Sala de Redacción la docente, quien estuvo en contacto con el sacerdote hasta días antes de su fallecimiento.

“Nos demostró que Dios es amor y nos dejó leer la Biblia solos, leer la palabra solos sin que nadie nos interceptara y ver que encontrábamos ahí. Con él la celebración de la eucaristía pasó a ser de frente y en español. Él participaba de nuestras reuniones, nos enseñaba a reflexionar sobre el evangelio y analizar qué tenía que ver la vida que llevábamos con el mensaje de Jesús”, agregó. Para Bicera, Dabezies es “el testimonio de una fe inmensa”.

Sus restos fueron velados en la mañana del 28 de agosto en Montevideo. En la misa de despedida su amigo Pablo Bonavía, párroco de la parroquia en la que Dabezies vivió sus últimos dos años, realizó una homilía en la que destacó al “Paul que acompañó a estudiantes y profesionales católicos con una fidelidad impresionante durante 50 años”. 

Dabezies realizó 53 años de sacerdocio, los últimos los dedicó completamente a la actividad parroquial en Montevideo, y nunca perdió el enfoque por la libertad y la vida. Era un sacerdote que se preocupaba de los problemas sociales de la época, en donde la Iglesia Católica uruguaya y el movimiento ecuménico eran el centro de atención por la defensa de los derechos humanos. En 1968 comenzó su compromiso con el ámbito estudiantil, donde sirvió en la parroquia Universitaria, y más de 400 jóvenes se reunían allí para compartir su fe con Dabezies y el resto del equipo de sacerdotes.

Bicera relató que durante aquellos años “hubo muertos, desaparecidos, exiliados, Paul acompañaba todo lo que pudiera acompañar y fue interrogado: como todos los sacerdotes, lo llevaron preso y lo interrogaron”. 

“El tenía una presencia de perfil bajo muy respetuosa pero sabía plantear las cosas que pensaba y fue increíble que se fuera ahora, cuando estaba por construir un puente importante por medio de diálogo por la vida”, agregó. “Diálogo por la vida” fue una serie de encuentros virtuales en los cuales Dabezies realizó sus últimas apariciones como vocero de una larga lista de profesionales; este espacio tenía el objetivo de generar un espacio de reflexión sobre la crisis sanitaria que atraviesa el mundo, de modo de encontrar puntos de acuerdo para superar la situación.

Fichado

En 1969, Dabezies comenzó a ser investigado por el Servicio de Información de Defensa (SID) a raíz de su vinculación con estudiantes uruguayos. El SID registró los antecedentes del sacerdote cuando asumió el cargo de asesor del Movimiento de Cristianos Universitarios y mientras dirigía el semanario Domingo

Los archivos del SID, a los que accedió Sala de Redacción, vinculan a Dabezies, junto con más de 90 sacerdotes uruguayos, en un documento enviado en 1968 a los obispos de América Latina que integraban el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en el que se pedía –entre otras cosas- que se le permitiera al pueblo cristiano, el uso de “la más amplia libertad en la elección de los medios más aptos para obtener la liberación”. Las autoridades incluyeron, además, la aparición de Dabezies en una lista de socios de la Coordinadora (M) del Frente Amplio. 

En 1971, según los informes, Dabezies integró el CELAM; le incautaron materiales que las autoridades policiales calificaron como “de izquierda”, por lo que lo detuvieron y lo indagaron. A lo largo de ese año el SID redactó informes con los movimientos del sacerdote; en ellos consta, por ejemplo, su participación en los consejos editoriales de Ahora y El Popular y su responsabilidad con la Parroquia Universitaria, que fue allanada ese mismo año. Dabezies fue detenido por orden de la Policía Argentina, que lo investigaba por la aparición de su nombre en un libro titulado Comunismo en el Uruguay.

A fines de 1971 -según el informe redactado en 1975- la policía argentina detuvo “a dos extremistas a los que se les fue ocupado el nombre y dirección de Pablo Dabezies, a modo de verificar la relación entre los mismos, la policía realizó un allanamiento en su domicilio, encontrando material literario de izquierda”; acto seguido, fue detenido. Al ser interrogado, Dabezies informó respecto a su puesto como asesor del Movimiento de Cristianos Universitarios; le consultaron por tarjetas navideñas enviadas por “presos políticos de Brasil”, y respondió que habían sido enviadas por sus amigos de la iglesia de ese país y respecto al material referente a un “campamento” y estudio sobre las relaciones entre movimiento estudiantil y Movimiento Popular Obrero comentó que todos los años el Movimiento Popular Obrero hacía un encuentro para la planificación del trabajo del siguiente año, y aclaró que se le llama campamento porque se hacía en carpas. 

Además de las interrogantes respecto a lo encontrado en su domicilio se le consultó respecto a todas las siglas de los movimientos Resistencia Obrero Estudiantil y Movimiento de Liberación Nacional por la Tierra en algunos documentos, así como la del Movimiento de Cristianos Universitarios que encontraron en un cuaderno personal del sacerdote. Luego de esto el juez de turno ordenó su libertad.

Los documentos establecen que en 1974 se encontraba a cargo de la redacción del periódico Información. Durante 1975 realizó un viaje a Lima, Perú, y en julio del mismo año se presentó ante el Departamento 2 de la Policía que viajaría a Buenos Aires y luego nuevamente a Perú -destino que repitió a lo largo de los años-, por temas referidos al periódico.

Esos documentos muestran la versión del SID sobre la vida legal de Pablo Dabezies. Las personas cercanas a él expresan lo que el SID no pudo registrar: el compromiso con su fe y su lucha por la detención del abuso policial en la época.

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