¿Cómo fueron tus inicios en el carnaval?

-Yo hacía teatro en el grupo Café Teatro de la Asociación Cristiana de Jóvenes y Carlos Viana -quien estaba vinculado al grupo- me invitó a participar en el carnaval, ya él saliendo en parodistas Klaper’s. Hasta ese momento yo era espectador de carnaval, nunca se me había pasado por la cabeza salir, pero acepté la invitación, entré a mitad de año de 1981 y debuté finalmente en 1982.

-Entonces de chico no te imaginabas dedicándote a esto…

-No, para nada. Siempre me gustó el humor, yo era el gracioso de la clase en la escuela y en el liceo, pero nunca se me ocurrió estar arriba de un escenario. Es más, el año anterior a mi debut en carnaval yo iba al tablado a mirar y jamás pensé en estar ahí arriba.

-¿Podríamos decir que lo que te impulsó fue el humor?

-Sí, la invitación a un espectáculo artístico que manejaba el humor me gustó, pero fui sin ninguna expectativa previa.

-¿Cómo es tu trabajo en Momosapiens?

-Momosapiens es el grupo que dirijo yo, que saqué en el año 1992. El trabajo empieza cada vez que termina un carnaval. En ese momento ya se empieza con las ideas, las que comentás con los técnicos del grupo, con el arreglador, con el coreógrafo, con el cuentista. Empezás a resolver qué parodias podés hacer. Cuando sugerís los temas empezás a buscar información, si tiene que ver con un libro lo conseguís, si tiene que ver con una película la ves, y así vas empezando a armar todo ese rompecabezas enorme, que termina el último día de ensayo para cada presentación en el carnaval.

-Como letrista, ¿cuántos premios te has llevado?

-Montones, montones. Tengo la suerte de haber ganado muchas veces la mejor parodia. Entre los grupos que salí ya gané 13 veces el premio a mejor parodia de carnaval. También otras tantas como mejor libretista de carnaval. Por suerte he obtenido muchos premios en mi trayectoria artística y no es falsa modestia que no me acuerde exactamente cuántos, pero más o menos anda por esa cifra.

-¿Hay límites en el humor o todo vale?

-Para mí sí hay límites en el humor, y los tiene que imponer el mismo escritor. Yo siempre digo que el humor, el buen humor, tiene que ser celebrado hasta por el propio objeto del humor. Es decir, si yo hago un chiste en el que voy a satirizar a una persona, esa persona tiene que poner una sonrisa y decir “está bien, me la hicieron bien”. Ahora, si el humor está hecho de manera que el objeto del humor se siente ofendido o lo siente como un agravio, ahí no está bien hecho. Yo soy partidario de hacer humor que no ofenda a nadie.

-Recordando el año en modo pandemia, ¿se acotaron los tiempos de ensayo?

-Es una situación totalmente atípica que nadie se esperaba y en la que todavía estamos haciendo ensayo y error, porque las condiciones cambiaron totalmente. El distanciamiento, el usar tapabocas, el alcohol en gel… Son situaciones que nadie imaginaba, y sí: nos ha cambiado mucho las reglas del juego. No se puede estar muchas horas de corrido ensayando en un lugar cerrado, hay protocolos para realizar los ensayos, entonces nos redujo el tiempo total para preparar el próximo carnaval.

-Teniendo en cuenta el distanciamiento social y que, además, estamos hablando de una de las expresiones culturales que más gente convoca, ¿cuáles son las ideas que se barajan para este carnaval?

-De lo que estoy al tanto, porque este año no integro la directiva de DAECPU (Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay), es que se está manejando un aforo menor para los escenarios, los que están pidiendo no menos del 50% del público. En el teatro, por ejemplo, se pide un mínimo de 30% del aforo, pero es diferente porque es a puertas cerradas. En este caso hablamos de un evento al aire libre, así que pensamos que se va a aprobar el 50% requerido. Yo supongo que va a tener que haber un protocolo de funcionamiento de los grupos en los escenarios, quienes no deberían tener contacto con el público, además tendríamos que llegar al escenario de tapabocas y solo descartarlo al estar arriba.

-Estuvo arriba de la mesa la idea de hacerlo en el Estadio Centenario, ¿no?

-Sí, pero fue solamente una idea que trascendió, y no era más que eso. El estadio plantea otros problemas, por ejemplo la FIFA, que va a tener por lo menos dos partidos de eliminatorias mientras esté transcurriendo carnaval, y no permite que los estadios no habiliten alguna de las tribunas. En el caso de hacer el carnaval allí, el escenario tendría que quedar armado, entonces una tribuna no se podía utilizar y es imposible estar armando y desarmando escenarios. Hay más razones de infraestructura; cómo establecer la plaza de comidas, trasladar las escenografías o dónde se puede estacionar. Hay un montón de inconvenientes que hacen que el Estadio Centenario no sea adecuado para esto.

-La intendenta electa Carolina Cosse dijo que “van a trabajar con ganas de que salga, pero sin hacer locuras, porque lo más importante es la salud de la gente”, ¿cuál es tu opinión al respecto?

-Yo creo que es acertado, lamentablemente para nosotros. Es acertado que cuando se decida, finalmente, realizar el carnaval se haga con todas las garantías necesarias. Hace pocos días uno de los integrantes del Grupo Asesor Científico Honorario dijo que la realización o no del carnaval va a depender de en qué situación sanitaria estemos en enero, pero los grupos ya están ensayando, pensando en que vamos a tener carnaval. Estamos corriendo un riesgo al prepararnos para algo que no tenemos el 100% de seguridad de que se va a hacer, pero hoy es así.

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