A Agustina Fernández le gustó el ciclismo toda la vida. Siempre vio la Vuelta Ciclista y Rutas de Américas y cuando le regalaron una bicicleta de montaña, su vecino la invitó a correr los fines de semana. Esas primeras competencias le ayudaron a construir su carrera como ciclista profesional.

Antes de los 14 años, cuando se inició en el ciclismo, practicaba atletismo: por ese deporte integró la selección uruguaya y compitió en torneos sudamericanos. Más tarde se dedicó al ciclismo de montaña, compitió en diferentes campeonatos, viajó al exterior. Hace 8 años comenzó a pedalear en ruta cuando empezaron a haber equipos femeninos. “Para mí el ciclismo es un estilo de vida”, cuenta.

Ganó el Campeonato Nacional de Ruta Femenino 2021 que se realizó el 14 de febrero. “Sabíamos que teníamos que dar pelea, por suerte se dio y pudimos quedarnos con el primer y tercer lugar del podio”, dice, y agrega que tanto para su equipo como a nivel individual fue un logro muy importante. La victoria les ayudó a continuar con el entrenamiento y las competencias que seguían. A ser una mejor ciclista, plantea, se logra con un esfuerzo cotidiano: “se aprende y se es mejor arriba de la bici”.

Fabiana Granizal, una de las referentes en el ciclismo femenino uruguayo, fue diagnosticada con hiperactividad a los 6 años y sus padres -para que no necesitara medicación- decidieron inscribirla en clases de ciclismo, deporte en el que encontró su pasión. Inició la práctica en Bella Unión. A los 8 años se mudó a Maldonado y continuó el entrenamiento en el Campus Municipal, donde siempre tuvo mucha contención deportiva.

Tuvo un pasaje por el equipo Belori Women’s Team en 2019 y compitió junto a equipos internacionales en España. En esta competencia logró un segundo puesto en Sevilla. “Competí con profesionales, creo que ahí me sentí ciclista”, comenta.

Ambas cuentan con patrocinadores para mantener los gastos que conlleva el ciclismo, pero además tienen otros trabajos lejos de la bicicleta. Fernández es docente de educación física y como tal está enfocada en el deporte y la educación. Granizal tiene dos trabajos: es profesora efectiva en educación física en una escuela de tiempo completo y vende artículos de Specialized, marca de bicicletas que la patrocina.

En auge

Granizal afirma que el ciclismo femenino tiene un “desarrollo espectacular” a nivel mundial: casi todas las carreras clásicas en el mundo tienen participación femenina y masculina. Por otro lado, Fernández sostiene que “vino para quedarse y va a continuar”, y explica que en Uruguay ha tenido un gran auge y que actualmente es un deporte femenino “de élite”, que tiene un equipo fuerte de ciclistas que sabe “darle pelea” a uno extranjero. Además, destaca a su compañera de equipo y selección, Fabiana Granizal, y expresa: “es sin dudas una gran referente en Uruguay, ha hecho mucho a lo que es este deporte”.

En cuanto a la Selección Uruguaya de Ciclismo Femenino, Granizal dice que para la conformación del equipo se tuvieron en cuenta los logros alcanzados en 2020 y los de este año. Y remarca el esfuerzo de muchas de sus compañeras para llegar a conformar la preselección: “creo que va a ser una linda selección para trabajar”.

Todo deportista debe alcanzar un buen nivel para competir y eso lleva mucho trabajo, tiempo y dinero: invertir en la tecnología de la bicicleta, la preparación física y todo lo que se necesita para estar a un nivel óptimo de competencia. Por eso, Granizal espera que las nuevas generaciones de ciclistas tengan un apoyo real, que puedan disfrutar de este deporte y desarrollarse a nivel competitivo. Es importante el proceso de formación y lograr un rendimiento a largo plazo, porque “en Uruguay tenemos un ciclismo bastante envejecido”, agrega.

La pandemia de la covid-19 ha afectado a muchos sectores y el ciclismo no se quedó atrás. Granizal explica: “se hace muy difícil sin carreras en Uruguay”, por esto esperan asistir a carreras fuera del país, y cuenta que actualmente se están preparando para el Campeonato Panamericano de Ruta, que será realizado entre el 15 y el 20 de junio en República Dominicana.

Por otro lado, Fernández expresa que “por suerte” en el mes de abril les llegó una citación para viajar a Panamá y competir en la carrera “Clásica RPC”: “con Fabiana pudimos ir y completarla”. Actualmente sólo pueden seguir entrenando y esperando a que se concrete una fecha, “vamos día a día”, señala.

En cuanto a la competitividad, plantea que hay más compañerismo en nuestro país: “quienes hemos tenido la oportunidad de competir afuera nos damos cuenta de que tenemos un ciclismo muy diferente al que hay en cualquier otro lado”, considera.

Sustento fundamental

El apoyo de la familia es muy importante por el esfuerzo que hace en diferentes aspectos: la dedicación en tiempo, la alimentación, el entrenamiento y la indumentaria, señala Granizal. “Si no está acompañado por ese pilar familiar, el ciclismo femenino es insostenible”, piensa, y asegura que ve sus logros personales como familiares porque sin ese respaldo “no se puede continuar”.

Su familia se compone por su pareja, con la que tiene una relación desde hace 14 años, y su hija de 7. A ambos les gusta el ciclismo desde pequeños y todas las actividades que hacen juntos las planifican en base a este deporte. Su pareja, consultada por SdR, comenta que viven día a día el sacrificio, las ganas y la voluntad que ella pone en su carrera: “intentamos que utilice todas las horas necesarias para descansar, porque trabaja y luego entrena”.

Cuando tiene que viajar para competir, él la acompaña y se hace cargo de su bicicleta -carga, descarga y armado- para que esté enfocada en la competencia. Como ejemplo, recuerda cuando fueron en familia por tres meses a España para acompañarla y que pudiera “cumplir su sueño de competir en Europa al mejor nivel”. Además, aclara que “el dinero y esfuerzo que se gasta en el ciclismo, se invierte con gusto”.

Sobre esto, Fernández sostuvo que la presencia de la familia “es la base” que las impulsa a continuar. Además, señala el apoyo de los patrocinadores: “si me citan a competir en el exterior el apoyo está y también es fundamental”.

La brecha

Según Granizal, al ciclismo femenino aún le falta mucho por crecer. “Espero que [las organizaciones encargadas de impulsar el ciclismo] sigan apoyando y no lo dejen caer”, expresó. Por otra parte, Granizal explicó que varios dirigentes han tomado el ciclismo femenino como una puerta de eventos: se cobra inscripción y hay premios, pero no son los mismos que se podrían ganar en una carrera de hombres, afirmó.

Igualmente, aclaró que muchos equipos pusieron mayor énfasis en la participación femenina, y lo entiende como un movimiento a nivel mundial con desarrollo hacia políticas de género. Además, recuerda que cuando era niña “corrían dos o tres mujeres en cada categoría”, pero que el pasado noviembre un pelotón de más de 90 mujeres corrió la competencia “Rutas de América”.

La bicicleta cambió el estilo de vida de las mujeres del siglo XIX y se convirtió en un símbolo de lucha por la igualdad, la libertad y el cambio. “La bicicleta ha hecho más para emancipar a las mujeres que cualquier otra cosa en el mundo”, sostuvo Susan Anthony, feminista sufragista y escritora estadounidense, en una entrevista con Nellie Bly en 1896. Que las mujeres usaran este vehículo generaba rechazo en la sociedad de la época, pero fue ganando terreno y se popularizó. Este medio de transporte estuvo asociado a movimientos sufragistas, introdujo una nueva forma de vestir adecuada para su uso e implicó un avance en los derechos de las mujeres.

La primera mujer en dar la vuelta al mundo en bicicleta fue Annie “Londonderry” Cohen Kopchovsky, periodista estadounidense de 25 años, que inició la travesía en 1894; su biógrafo y bisnieto Peter Zheutlin afirmó que Cohen Kopchovsky viajó más con la bicicleta en barcos y trenes que sobre ella, pero durante 15 meses pedaleó para simbolizar la resistencia femenina y representar las habilidades de las mujeres para valerse por sí mismas. “Soy una periodista y una nueva mujer”, escribió Cohen Kopchovsky para el New York World.

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