“Para los clubes el impacto es enorme y cuando se retome la actividad naturalmente vamos a tener que conversar sobre las condiciones económicas en las que vamos a volver, porque no van a ser las mismas que teníamos previstas”, dijo a Sala de Redacción Ignacio Alonso, presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) con respecto a la paralización de los campeonatos uruguayos de fútbol por la llegada del coronavirus.

La cancelación de actividades y eventos públicos ha sido una de las principales medidas adoptadas por los países con el objetivo de evitar aglomeraciones y preservar la salud. Deportes de todo tipo fueron detenidos y el fútbol no fue la excepción: se pausaron campeonatos y ligas de gran importancia para los clubes y aficionados de todos los países y todavía no hay fecha aún de retorno a las actividades rutinarias. Tampoco se sabe cuándo se volverá a las canchas en Uruguay; muchos clubes locales están sobrepasados y su situación económica se ve afectada categóricamente.

Esta crisis “ha sido dura por el lado de los ingresos”, afirmó Alonso. Antes de la pandemia, la AUF preveía obtener ingresos importantes por eliminatorias que comenzarían a fines de marzo, además del porcentaje por venta de entradas del Campeonato Uruguayo y por las transferencias de jugadores al exterior. La falta de estos recursos hizo que la institución envío a seguro de paro a todos sus funcionarios a partir del primero de abril como herramienta precautoria para preservar la salud y para que cuando cese la emergencia “podamos volver sin ningún tipo de problema y retomar la actividad”, dijo Alonso.

Por otra parte, las autoridades de la AUF enviaron esta semana al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) una propuesta de ayuda para que los trabajadores dependientes que no tienen la posibilidad de acogerse al seguro de paro, puedan hacerlo al menos por un monto no estipulado por la ley. Todavía no hay respuestas, pero esperan que el MTSS avale la propuesta.

Según el presidente de la AUF, algunos clubes proyectan pérdidas de ingresos de 70% y otros de 40%. Con el tiempo, se mitigarán las pérdidas, pero en los primeros 12 meses se habla de ese rango de caída, “así que todo va a requerir un esfuerzo colectivo de todas las partes para poner arriba de la mesa lo que cada una pierde y distribuir todas esas pérdidas en un pacto social utilizando el tiempo como un factor clave”, aseguró.

Si bien todavía no se maneja una fecha exacta de cuándo va a volver a la actividad futbolística, desde la AUF advierten que, primero que nada, hay que tener claro el aspecto sanitario, no solamente durante la disputa de los partidos oficiales sino también en la vuelta a los entrenamientos. No obstante, Alonso remarcó que hay cuestiones que no dependen de la AUF y que son imposibles de cambiar porque derivan “de la naturaleza del juego”, ya que es un deporte de contacto y eso no se puede evitar cuando se reanuden las actividades. Por ese motivo, el dirigente aseguró: “tenemos mucha preocupación por todo lo que pasa”.

Los grandes en pandemia

Los clubes uruguayos siguieron las medidas del gobierno y aplicaron también otras para llevar adelante esta crisis económica y sanitaria.

Alejandro Balbi, vicepresidente del Club Nacional de Fútbol, dijo a Sala de Redacción que la suspensión de las actividades “fue un impacto terrible porque naturalmente nos vimos impedidos para seguir compitiendo y percibiendo la recaudación de los partidos que jugamos de local”. Junto con el plantel, Nacional decidió adelantar para los primeros días de abril la licencia que los jugadores se toman habitualmente a mitad de año y se pactó pagar 50% del salario de mayo.

Además, Balbi sostuvo que cuando se retomen las actividades el fútbol va a continuar afectado porque hay “un antes y un después del coronavirus” que “va a influir directamente en la economía todos”, y agregó que la FIFA, al suspender el período de pases que se hace a mitad de año provocará que los clubes pierdan provisiones que generalmente reservan para esas fechas. “Si le sumás la falta de recaudación, la suspensión de la Copa Libertadores y el tema de que los socios se están dando de baja, prácticamente tenemos el club paralizado desde el punto de vista económico-financiero”, concluyó.

Su tradicional rival, el Club Atlético Peñarol, sufre consecuencias similares. En comunicación con Sala de Redacción, Rodolfo Catino, vicepresidente del club, dijo que contempla un panorama bastante diferente al que se vivía antes respecto a tema de salarios y gasto de la sociedad en el fútbol. “Esta es una crisis que no esperábamos y algo diferente a cualquier otra que ha pasado el país porque es una crisis mundial”, manifestó Catino.

Respecto a los ingresos, el dirigente sostuvo que “han menguado enormemente por la falta de competencias” y que si no se tomaban medidas radicales, el club iba a quedar endeudado por mucho tiempo porque “todavía no se sabe lo que va a pasar de aquí en adelante con este virus”.

Un solo uniforme

La semana pasada, Nacional y Peñarol lanzaron una campaña llamada “Un solo uniforme” en la que donaron 3.000 juegos de equipamiento sanitario integral para la protección de médicos, enfermeros y personal involucrado directamente en la atención a pacientes con Covid-19.

Los dirigentes afirmaron que la gestión para llevar adelante la campaña fue muy buena y, “como estamos hablando de temas mucho más importantes que el fútbol, como es la salud de los ciudadanos de este país, tenemos que estar juntos los grandes para impulsar cualquier tipo de acción”, concluyó Balbi.

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