“Realmente veía venir esta situación porque, del otro lado de la frontera en Santana do Livramento, hay casos positivos hace más de un mes y era muy fácil cruzar la frontera y traer el virus para acá”, dijo Natalia Mora, ciudadana y maestra riverense, a Sala de Redacción.

La llegada del coronavirus a la capital de Rivera se dio a principios de mayo y hasta ahora se han registrado 48 casos positivos y dos fallecimientos; es el segundo departamento más infectado, después de Montevideo.

La frontera con Brasil ha sido uno de los temas más hablados en los últimos días. El lunes 25 el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, se reunió en Rivera con integrantes del Centro Coordinador Departamental de Emergencias (Cecoed). Allí resolvió intensificar los controles de la Policía y el Ejército en distintos puntos de la ciudad riverense, entre otras medidas para intentar frenar la propagación del virus.

Luego de la reunión, Lacalle Pou remarcó en conferencia de prensa que el país no está frente a una cuestión que solo afecta a Rivera, sino ante un problema a nivel nacional con un foco en ese departamento. Indicó que la situación amerita a tomar una serie de precauciones desde el punto de vista de las fronteras y para eso estuvo en comunicación con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, con quien acordaron poner en práctica un tratado binacional para la atención de salud de ciudadanos de ambos países. 

Con respecto a los comercios, el mandatario anunció que continuarían trabajando y que la Intendencia Departamental de Rivera haría inspecciones en los distintos negocios para corroborar la aplicación del protocolo nacional definido por ministerios, la Cámara de Comercio y la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios. En referencia a la educación, el presidente comunicó que se suspendió en la ciudad el inicio de clases que estaba previsto para el 1° y el 15 de junio.

En lo que conforma a la salud, informó que se sumará una ambulancia más a las cuatro con las que se contaba y que por el momento había “capacidad ociosa” de camas en instituciones públicas y privadas. Otra de las medidas que se tomaron fue la implementación de 1.000 test aleatorios a habitantes riverenses (coordinados por la Administración de los Servicios de Salud del Estado y por el Instituto Nacional de Estadística), que se hicieron del martes al viernes y dieron todos negativo.

El jueves, Lacalle Pou viajó a Rivera por segunda vez en la semana con el objetivo de hacer “de cerca” una inspección de las medidas anunciadas, especialmente los piquetes, la realización de test y la vida de los ciudadanos en la “nueva normalidad”. El presidente indicó que es fundamental la conducta de los ciudadanos de aquí en adelante. “Entendiendo la vida binacional y tratando de evitar los contagios dentro y fuera de la ciudad, el uso de la libertad responsable nos va a ayudar a que estas sean las medidas para tratar de aplanar la famosa curva y a no tener que aumentarlas”, sostuvo y aseguró con firmeza que los ciudadanos riverenses estarán a la altura de las circunstancias con su forma de vida y con la manera de entender la frontera. “Rivera tiene un desafío, los ojos del Uruguay hoy están puestos en el departamento”, concluyó.

De primera mano

Al explorar sobre cómo vive la ciudadanía riverense esta situación de preocupación, Natalia Mora contó a Sala de Redacción que la gente se cuida más desde que aparecieron los primeros casos. La impresión que tengo es que ahora se están protegiendo más porque, al principio, veían que esto era algo lejano, que no iba a llegar a acá” dijo, y sostuvo que teme que empeore porque aún hay personas que no acatan las medidas ni siguen los protocolos de cuidados.

Al referirse a lo que ocurría antes de que se confirmaran los primeros casos en la ciudad, Mora afirmó que muy pocas personas usaban tapabocas y respetaban el distanciamiento social en las filas de los comercios. Mencionó, además, que una parte de la población tomó consciencia recién ahora de la gravedad de la enfermedad y de la propagación del virus: “empiezan a cuidarse ahora cuando ya deberían haberse cuidado desde un principio”, resaltó.

Si bien la realidad que atraviesan hoy es incierta, la maestra aseguró que se veía venir esta situación desde hacía tiempo debido al poco control que había en la frontera con Brasil. Añadió que todos los fines de semana llegaban muchos turistas extranjeros y no se les hacía ningún control teniendo en cuenta que Brasil es el epicentro de la pandemia en el sur del continente. “Cada vez que tenía que ir al supermercado llegaban muchos realizando compras como si estuvieran paseando como si nada pasara”, lamentó.

Valoró como correctas las medidas implementadas el lunes en la ciudad de Rivera, porque entiende que era necesario el aumento de los protocolos y la suspensión del inicio de las clases. Principalmente, remarcó el control que se lleva adelante actualmente en la frontera, en donde se aumentaron de dos a cuatro los puestos de control.

Al ser consultada sobre lo que visualiza para las próximas semanas, remarco que espera que la grnte “tenga un poco de responsabilidad social, que sigan los protocolos y nos cuidemos más porque esa es la única forma de parar el contagio. Si todos ponemos nuestro ‘granito de arena’ es más fácil que esto pare o por lo menos que no tenga un impacto tan grande”, concluyó.

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