Internet ya no es un fenómeno nuevo, pero sus inmensas posibilidades siguen dando de qué hablar. En este espacio es donde Agustín Ferrando encontró lugar para dar nacimiento al ya tradicional fenómeno audiovisual llamado Tiranos Temblad. La cuenta, que publica videos que hablan de Uruguay, cuenta con 144.000 suscriptores en YouTube, un promedio de 300 mil visitas por vídeo y un total de 11.257.073 visualizaciones en su canal. Entrevistado por Sala de Redacción, Ferrando contó cómo trabaja para elaborar los videos y cuál es su idea de éxito. En tiempos de hiperconexión a redes sociales, el realizador considera que, sin caer en la autorreferencialidad constante, es necesario escucharse más a uno mismo.

-¿Por qué Tiranos Temblad y este tipo de contenido?

-En la navidad del 2012 se me dio por buscar videos de Uruguay que se hubieran subido ese día. En Youtube te salen resultados de todo tipo y en general son vídeos relevantes: de política, de historia, de fútbol, y de repente no son los que a mí más me interesa encontrar. Pero si buscás en el mismo día te muestra todo lo que fue subido con esa palabra y ahí empieza a haber videos más caseros. Ese día estaba el video de una señora robando flores del ornato público en Bulevar España y un vecino que la filmaba desde su casa, narrando cómo lo hacía, después se subía a su auto y se iba. Todo esto en vísperas de navidad. En el momento en que lo vimos con Fernanda, mi novia, le comenté: “¿Cómo es que no hay nadie haciendo algo con este tipo de videos?”. Nos quedamos en silencio, mirándonos, nos dimos cuenta en ese instante que se estaba filmando una película que nadie estaba editando y que era una misión para nosotros. Yo hago videos porque me gusta, siempre fue importante mantener el placer en la tarea y que no fuera solamente un trabajo. Me frustraba sentir que lo que yo tenía para dar no tenía lugar en Uruguay, me hacía ser una persona menos feliz. Siempre me gustó mucho la televisión y trabajé muchos años en televisión nacional, pero es un medio muy limitado. De dos canales me echaron porque lo que yo tenía para decir o hacer no encajaba, y ellos querían que yo hiciera lo que hacen todos los demás. Tuve que separar trabajo y placer, porque no iba a sentir placer por nada de lo que hiciera en audiovisual, pero tenía que asegurarme el placer por otro lado haciendo lo que quería con mis reglas, y me dediqué conscientemente a eso. El nombre Tiranos Temblad lo elegimos ese mismo día de navidad; yo quería dar con un nombre que no fuera “resumen de acontecimientos de Uruguay”, y Fernanda me sugirió que fuera de alguna parte del himno. Ahí nos pusimos a repasar la letra; nos fuimos al faro de Punta Carretas y empezamos a hablar de qué nos imaginamos que se podía hacer con esto. Ese mismo día armamos el logo, la musiquita y tres días más tarde ya estaba subido el primer episodio.

-Tu tono de voz es muy característico, parece como sin ganas. ¿Es a propósito? ¿Qué buscas transmitir?

– Cuando me puse a grabar el primer episodio yo nunca había grabado mi voz para hacer videos, entonces tampoco tenía definida una forma de hablar. Empecé grabando como hablo yo, que es como estoy hablando ahora, aunque… Bueno, me van a estar leyendo. La cosa es que me escuché y no me gustó. Entonces me propuse tratar de grabarlo lo más monotónico posible, porque me di cuenta de que el protagonista de Tiranos Temblad iba a ser el material, no yo. Ahí encontré un lugar de comodidad, tratando de poner el menor tono posible, hablando tranquilo y usando mis palabras y modismos, no como la gente habla en televisión. Encontré una forma de hablar Tiranos Temblad, que es un poco diferente a la forma de hablar de Agustín.

-Estás creando contenido de Uruguay que parecería que es para Uruguay, aún así te debe mirar gente de otras partes del mundo.

-Me parece que Uruguay tiene un atractivo, es un país medio personaje y al mismo tiempo bastante desconocido, a no ser por nuestros vecinos más cercanos. Se sabe poco, quedamos medio eclipsados por Argentina a nivel cultural, hay una curiosidad por ver qué hace esta gente, cómo son los uruguayos. Me hace pensar en la serie Portlandia, que sucede en Portland, utiliza a la ciudad como personaje y le exageran ciertos costados. Tiranos también tiene como personaje un país que tiene sus particularidades. Por otro lado, a mí siempre me gustó hacer videos como para el mundo, nunca me cerré al mercado local. Desde muy chico veo cosas internacionales, [cintas] VHS de televisión de otros países que me mandaba mi tío, siempre estuve muy nutrido y con Internet mucho más. Mis influencias son del mundo, no tengo muchas influencias nacionales. Como mi objetivo nunca fue ese, Tiranos también terminó siendo un producto más universal. Los extranjeros terminaron viendo mis videos por una combinación de esas dos cosas.

-¿Cómo es la gestación de un video? 

– Probablemente, no muchas personas se imaginen el trabajo que lleva hacer un episodio de Tiranos. A veces la gente que sabe de audiovisual me lo menciona, se da cuenta del trabajo que hay detrás. Y por trabajo no me refiero a lo complicado de la tarea, sino a la cantidad de horas que lleva. El proceso de un video comienza con la búsqueda o “la pesca”, como le llamamos nosotros, todos los días en Youtube con palabras clave como “Uruguay”, “Montevideo” o algunas otras que nos han dado resultado. Ese material se va juntando y después viene el proceso de visionar, que es el más largo, porque hay que mirar los videos con mucha atención. A veces lo interesante no está en lo que están hablando sino en lo que pasa por detrás, en el detalle, entonces paso semanas -ahora que lo hago anual casi meses- viendo vídeos de todo tipo con mucha atención durante más de 10 horas. De ese visionado empiezo a sacar piezas de puzzle de los diferentes videos, las voy juntando en una línea de tiempo por categorías y cuando termino de mirar todo el material me detengo en esas piezas que junté y empiezo a reordenarlas, a agruparlas. Después viene el proceso de armado, que esas piezas pasen a ser una figura completa. Ahí escribo una cosa a la que llamo “mapa”, es como un esquema del episodio, y después escribo el guión. Cuando lo tengo pronto le grabo la locución y edito el episodio: el audio, subtítulos, le pongo nombre a los videos y se sube. Es un trabajo medio constante día a día, algo que hacemos con Fernanda desde el primer episodio. Si bien tiene muchas partes individuales, ella me ayuda en cada etapa del proceso y por alguna razón siendo dos personas hemos logrado hacer un programa al que a veces comparan con otros hechos por grupos gigantescos de gente. 

Tiranos Temblad pasó de una frecuencia semanal a una anual, ¿por qué?

– Pasó de semanal a bisemanal, a especial, a anual; porque fue lo que me ha ido dando ganas de hacer. En mí Tiranos nace como una necesidad de hacer lo que me gusta, en ningún momento quise que se me transforme en una obligación. Que haya crecido es una eventualidad que si no hubiera existido yo lo hubiera hecho igual, probablemente no tantos años, pero igual. Lo hago por lo feliz que me hacen el proceso y el resultado. La frecuencia responde a mi voluntad y mis ganas, mis inquietudes. Hace un par de años tuve la revelación de que Tiranos Temblad está dejando una especie de testimonio para el futuro de lo que estaba pasando en Uruguay entre 2013 y 2020, y mantener la frecuencia anual permite hacer más válido ese testimonio. Creo que para futuras generaciones va a tener un interés extra.

– ¿Cómo es ser un creador de contenido en Latinoamérica y concretamente en Uruguay?

-Tiene sus beneficios y sus contras. A favor tiene que sos más libre, porque no hay una industria tan grande, no estás tan atado. Hay países con barrios o ciudades donde viven los del audiovisual, acá estás rodeado de todo tipo de personas y profesiones, no llegás a tener una deformación profesional del rubro porque este sea muy grande. Por otro lado, en Uruguay estamos acostumbrados a hacer las cosas como podemos antes que como queremos. Podés tener tu idea de una escena para grabar, pero precisás cierta cámara y lente, necesitás explotar un auto, y creo que de ahí salen las cosas buenas de Latinoamérica: lograr estar al mismo nivel de competencia que el resto que sí hace las cosas como quiere y no como puede. Eso nos da tremenda fortaleza, se sorprenden de que una misma persona sepa filmar, editar, iluminar sin luces profesionales, eso es algo que en otras sociedades no se entiende, cómo nosotros sin nada hacemos lucir que tenemos todo. Pero en Internet ves algo y no preguntás con cuánta plata lo hicieron para saber si te gusta; te gusta o no te gusta. La contra también es esa misma, hay una cantidad de gente talentosa que hace videos acá y no se ha podido comprar una cámara, usan la del celular o una prestada porque realmente no han podido ahorrar para hacerlo. 

-No vivís de esto. ¿Podrías vivir de Tiranos Temblad si quisieras?

-Desde el principio no quería que ingresara dinero por Tiranos, por lo menos de las maneras que se me empezaron a presentar, para que no se me transformara en un trabajo ni en una exigencia y no perdiera la gracia. No sé si podría vivir de Tiranos si quisiera, mi costado empresarial no es muy bueno y si tuviera millones y millones de reproducciones, de repente te diría que podría monetizar el canal, que es algo que ni siquiera hice, y me da para vivir. Pero si lo hiciera no ganaría mucha plata, tendría que encontrarle otra vuelta, tanto sea por financiamiento de la gente -que es algo que no me gusta- o sponsors y que “El crack de la semana” lo presente “bebidas pepito” o una cerveza, y la verdad que no me gusta cuando veo esas cosas. Se pierde un poco de magia cuando entran las marcas. Cuando salió Tiranos fue un fenómeno bastante único, no había mucha referencia de cómo se podían hacer las cosas y fui víctima de gente con la mentalidad del mundo de antes de Internet, que me venía a hacer propuestas que no tenían nada que ver con lo que yo estaba haciendo. De a poquito en otros países aprendieron cómo usar la plata en Internet, en Youtube. No te piden que hagas un comercial choto para la televisión diciendo que tal yerba está buena, ellos te dan la plata para que vos hagas lo que te parezca que está bien hacer, que sea genuino y tu público lo entienda. Acá en Uruguay estamos muy lejos de que eso pase.

– ¿Te importa el anonimato?

-Sí, muchísimo. En mis años en televisión aparecí un poco y tuve una probadita de lo que es que te reconozcan en la calle. A mí me gusta ser invisible, no llamar la atención, no me gusta que me paren ni nada. Ahora esto me agarró un poco más maduro y lo vengo manteniendo bastante bien.

-¿Qué hay que ofrecer de uno para ser creador de contenido? ¿Cuáles son las exigencias de serlo en cualquiera de las plataformas digitales?

-Está buena la pregunta, me hizo pensar en la diferencia entre ser un creador de contenido y un “replicador de contenido”, que es lo más frecuente actualmente. El creador de contenido crea una forma de mostrar algo, o crea un meme, o se le ocurre una idea. Después tenes un montón de gente haciendo videos siguiendo tendencias de TikTok o basados en formatos de Youtube preexistentes. Estos últimos no creo que tengan mucha más exigencia que tiempo y, obviamente, ciertos conocimientos técnicos, pero ni siquiera, porque hay gente que lo hace sin saber prender una cámara. Los creadores de contenido deben tener la capacidad de pensar ideas y bajarlas a tierra lo mejor posible, es una cuestión natural que no se me ocurriría cómo entrenar. También tenés que tener una buena capacidad de concentración, porque son procesos que llevan muchas horas. Para llevar una idea de la cabeza al papel no importa qué tanto suena el teléfono, que juegue tu equipo, que te toquen el timbre. Y hoy en día que vivimos en un mundo plagado de interrupciones, la capacidad de concentrarse me parece súper necesaria. También deberías tener baja ansiedad, pasan muchas cosas todo el tiempo y ese miedo de quedarse fuera te termina llevando a replicar contenido antes que a generar lo tuyo. Es una suma de características de personalidades que en el mundo actual te permiten tener la tranquilidad y la valentía de plantear tu forma de ver el mundo, tirarla ahí y tratar de que no te linchen.

-¿Cuándo llega el éxito?

-Primero hay que definir qué es para vos el éxito. Crecemos con la definición cultural por la que éxito equivale a tener hijos, casarte, tener un buen trabajo y vestirte prolijo. Esa era mi percepción de éxito, no lo que me enseñaron mis padres (¡por favor!), sino lo que vi de la vida, sentía que a eso le llamaban éxito. Pero no me interesaban ninguna de esas cosas, entonces definí lo que para mí era el éxito: hacer algo que te guste, estar feliz, que todos los días estén buenos, no trabajar de lunes a viernes quemado y ser feliz solo los fines de semana. Despertarme sin alarma, no sufrir para pagar las cuentas todos los meses. Dentro de esas cosas estaba trabajar de algo que me haga feliz, y desde que puse en práctica ese ítem me empecé a sentir exitoso, a partir de lo de Tiranos. Irónicamente, fue el peor momento económico de mi vida adulta, y doblemente irónico, no me causaba el malestar que siempre me generaba no llegar a fin de mes. “Ah, bueno, no tengo plata, me cortaran la luz. Me cortaran la luz, qué voy a hacer”, pero estaba feliz. El peso de estar haciendo algo que me hacía feliz y encima le gustaba a los demás me inclinó tanto la balanza que otras cosas que me preocupaban antes me dejaron de preocupar. A la larga todo se empezó a encaminar para cumplir esos ítems del éxito, algo humildes, pero que me acercaban cada día a la felicidad.

-¿El número de visitas o las presiones por redes sociales influyeron alguna vez para dejar o seguir haciendo contenido?

-Sí y no. Mucho más no que sí, pero te mentiría si te dijera solo que no. Hay muchas cosas de la mirada ajena de las cuales me nutro. Por ejemplo, he hecho cosas que para mí estaban buenísimas y nadie lo comentaba, comentan de otras cosas. Y eso lo recontra he tomado en cuenta, porque hay que tener un equilibrio entre hacer lo que querés y esto. Pero es la gracia que tiene Internet, vos hacés las cosas como querés. Tiranos no habla de fútbol, no habla de política, no habla de cosas feas y nunca lograron que eso pase, por más presión que haya. Yo sé que eso podría traer un público más general, pero la competencia es conmigo. También es cierto que los comentarios y las reacciones de la gente nutren muchísimo. Ser muy autorreferencial es un error, yo estoy acostumbrado a mí, vivo conmigo toda la vida, me escucho y me veo todos los días. Hay cosas que solamente se pueden entender con otros. Hay que hacerle caso a todo lo que te ayude en tu proceso personal, lo que no se puede es hacerle caso a las cosas que contaminen tu proceso personal. Muchas veces la gente no sabe lo que quiere y escuchándolos no estás siendo lo responsable que podrías ser. Imaginate una abuela o una madre que pregunta todos los días a sus hijos y nietos “¿qué quieres comer?”. Hamburguesas con papas fritas, te van a decir todos los días. Es mejor dejarlo en manos del chef, que con responsabilidad te va a proponer cosas diferentes a las que vos pensás, pero que sean igualmente gratificantes. 

-¿Qué se siente saber que un país entero se vuelve loco cuando se empieza a comentar que Tiranos Temblad subió un nuevo vídeo?

-Es algo muy difícil de poner en palabras, porque también soy consciente de que Tiranos me excedió en un momento, y es algo que hasta yo puedo ver desde afuera. Es un sentimiento hermoso que me llena de energía y, por un lado, me confirma que alguna de las decisiones que tomé en mi camino de realizador audiovisual fueron acertadas; durante muchos años parecía un loco, pero el tiempo me dio la razón en algunas cosas. Por otro lado, tengo una reacción emocional frente al cariño que se siente, que es real, te impacta y te cambia. No creo que como hacedor de videos pudiera querer algo mejor que eso, jamás imaginé que podía llegar a algo así. Lo disfruto con conciencia y lo valoro muchísimo. Con el último episodio le comenté a algunas personas que cuando saco un video, ahora que es anual, es como si fuera mi cumpleaños.

-¿Qué le dirías a aquellas personas que se encuentran hoy interesadas en volverse creadores de contenido? 

-Les diría que traten de no imitar a nadie, de seguir su propia voz, su propio camino. Que cada uno de nosotros es un ser único, con experiencias únicas vemos la vida desde un punto de vista único, y eso es lo que está bueno presentar a los demás. Que entiendan que la vida es mucho mejor tomarla como una maratón, ir trotando sin que la ansiedad te gane para tratar de tomar atajos, cuando se puede llegar un poco más tarde pero mejor. Tratar de escuchar más para adentro que para afuera, adentro nuestro está todo. Que traten de mantener sus convicciones. Hoy en día se valora mucho el éxito inmediato y si la foto que subiste a Instagram en la primera media hora no superó los 100 likes ya pensás que es un fracaso. Yo vengo de una lógica en la que uno plantaba una semilla y ya sabía que para que llegue a ser árbol tenían que pasar muchos años. 

FacebookTwitter