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El juego fuera de la cancha: las apuestas online entre deportistas profesionales

Psicólogos deportivos y clubes advierten sobre los efectos de este tipo de apuestas en la salud mental y el rendimiento de los jugadores profesionales, mientras el Estado uruguayo avanza en su regulación


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En los últimos años las apuestas deportivas en línea han registrado un crecimiento sostenido en Uruguay, impulsadas por el fácil acceso a plataformas digitales y la creciente popularidad del fútbol y el básquetbol. Esto ha encendido alertas entre profesionales de la salud mental, preocupados por sus efectos psicológicos y económicos, especialmente en la vida cotidiana de los usuarios. 

Desde la legalización del juego en línea a través de plataformas controladas por la Dirección Nacional de Loterías y Quinielas, esta forma de entretenimiento se ha vuelto cada vez más común. Supermatch, el único operador autorizado por el Estado uruguayo, ha aumentado su alcance y facturación.

Según explicó a Sala de Redacción el psicólogo deportivo Martín Bergaló, el juego puede considerarse una forma de adicción comparable al consumo de sustancias o ciertos vínculos. “Si bien no todos los usuarios desarrollan una adicción, muchas veces se trata de una conducta compulsiva que el individuo no puede controlar”, señaló.

Para los deportistas federados, el panorama se complica aún más: las apuestas están expresamente prohibidas para ellos, aunque la normativa no siempre se cumple. Entre las señales de alarma más comunes en estos profesionales se destacan los problemas de sueño, fatiga mental, baja en los niveles energéticos y deterioro de los vínculos personales. “Lo primero que hay que evaluar es qué tipo de vínculo tiene el jugador con las apuestas. Desde ahí se desencadenan los efectos en su vida deportiva, familiar o emocional”, agregó el especialista a Sala de Redacción.

El rendimiento deportivo también puede verse seriamente afectado. “Puede existir una merma significativa en el rendimiento dependiendo de lo involucrado que el jugador esté”, afirmó Bergaló. En este sentido, los clubes y federaciones tienen un rol clave: “Si se identifica el problema, debe hacerse un seguimiento y ofrecer tratamiento. Ya son muchos los clubes que cuentan con profesionales de la salud que abordan estas situaciones cuando se detectan”. 

Desde la psicología deportiva la principal recomendación es clara: evitar cualquier involucramiento con el juego. “Hay que trabajar desde las formativas para mostrar que las apuestas no tienen relación con lo deportivo. No se trata solo de una necesidad económica, hay otros factores que influyen”, concluyó el psicólogo.

Regulación y control 

En Uruguay las apuestas deportivas están reguladas por la Dirección Nacional de Loterías y Quinielas (DNLQ), que establece quiénes pueden apostar y bajo qué condiciones. Según fuentes del organismo “sólo pueden participar en las apuestas quienes obtengan habilitación oficial. Para esto deben presentar cédula de identidad, certificado de antecedentes y quedar registrados ante la DNLQ, formando parte de un régimen de control y registro detallado”.

En cuanto a las restricciones de acceso, se establece una prohibición clara para menores de edad. “La normativa establece de forma clara y obligatoria que solo mayores de 18 años pueden participar”, indicaron desde la DNLQ. En términos generales, señalan que “el usuario típico es mayor de edad, con acceso a plataformas legales, ya sea presencial o Supermatch en línea”.

Si bien la legislación no aborda directamente la relación entre deportistas y apuestas, desde el organismo sostienen que existen mecanismos de control para evitar conflictos. Entre ellos se destaca el monitoreo de patrones inusuales de juego, como montos elevados o apuestas concentradas en eventos específicos, lo que permite detectar posibles irregularidades. Además, se trabaja en coordinación con las federaciones deportivas para prevenir que los jugadores profesionales apuesten en competencias en las que están involucrados. 

Las apuestas deportivas online en Uruguay representan un fenómeno en expansión. Si bien para muchos es un pasatiempo inofensivo, para otros puede derivar en un problema serio. La clave según los especialistas está en una regulación efectiva, campañas educativas y una mirada crítica sobre cómo se vincula el deporte con el juego en la era digital. 

El crecimiento del juego en el deporte plantea desafíos que van más allá del entretenimiento. La preocupación de expertos apunta a los riesgos invisibles que comienzan a afectar la salud mental, especialmente entre los más jóvenes. “Si no se pone un freno ahora, en unos años vamos a tener que hablar de una generación atrapada por el juego”, advirtió Bergaló. Para el psicólogo, el momento de actuar es ahora: “Hay que intervenir antes de que los problemas se profundicen, y eso empieza por reconocer que las apuestas no son un juego inocente”.