En la fría noche de un viernes de julio en las cercanías del Puerto de Montevideo, la banda de rock liderada por los hermanos Sardelli -Patricio, Guido y Gastón- se presentó en Uruguay por segunda vez en el año después de lo que fue el Festival del Olimar, en Treinta y Tres, en abril. La expectativa en torno al concierto de Airbag en la Sala del Museo era tal, que las entradas estaban agotadas semanas antes del show y rápidamente la baja temperatura de las afueras pasó a segundo plano en medio del calor que provocó la efusiva aglomeración de expectantes.

Pocos minutos antes de las 22.00 se apagaron todas las luces del establecimiento y comenzó a sonar un instrumental que declaraba el inicio de Al parecer todo ha sido una trampa, canción que le da nombre al último disco de la banda, con una melodía que transporta a la música de aquellas películas del oeste protagonizadas por Clint Eastwood. Al mismo tiempo, en la gran pantalla relucieron imágenes de la tapa del álbum y ahora sí, de a poco, empezaron a titubear las primeras luces de la noche.

Tras explosiones de humo desde la parte inferior del escenario, los hermanos Sardelli acompañados de José Luis Berrone, en teclados, y Sebastián Roascio, en batería, aparecieron ante el público interpretando el tema Jinetes cromados, que hace alusión a su tour este 2022. Un sonido potente y la voz de Guido Sardelli desataron la algarabía de los presentes desde el inicio del show, que creció, incluso, cuando la banda interpretó Intoxicarme, corte de difusión lanzado en 2021, que pasó a ser parte importante del repertorio del grupo. Después de estas dos canciones, Patricio –Pato, como también se le dice- interrumpió para darle la bienvenida al público uruguayo, transmitió las ganas que tenían de volver al país y adelantó que se venía una noche larga que sería una fiesta.

Foto: Juan Ignacio Fiore

El rojo, el azul y el verde de los reflectores se unían junto con canciones tanto de Mentira La Verdad como de Vorágine, mientras los espectadores cantaban y coreaban cada letra y nota por igual. En un momento emocionante y con una guitarra acústica en manos de Patricio, la banda interpretó una versión diferente de Dónde vas (viaje nocturno). Luego, el músico se aventuró a expresar sobre esos momentos en los que se debe aceptar la realidad y que no todo salga como se planea, dando paso a Va a ser difícil olvidar, tema que integra el último álbum del grupo. Tras esta parte acústica, el cantante volvió a su guitarra eléctrica y empezó a divagar con ella, pasando por escalas que movilizaban a los presentes y reflejaban gran parte de su técnica. En un momento álgido hizo sonar las primeras notas de Sultans of swing de Dire Straits, la banda icónica inglesa liderada por el guitarrista y vocalista Mark Knopfler y luego el resto de los músicos se sumó a interpretar este cover de un clásico de la historia del rock. Airbag demostró su influencia y transmitió una forma de mantener vivo este género que, a pesar de todo, sigue siendo de culto y de mucha adoración.

Gritos, aplausos y pogos fueron una constante en la noche y quedó claro cómo en cada presentación hay más cantidad de fans de edades muy diversas. La interacción de los hermanos Sardelli con el público se dio casi entre canción y canción, con comentarios con los que hicieron saber que la música es su forma de liberarse y de hacer “terapia”. El repertorio pasó por casi todos los discos de su carrera, las voces de Guido y Patricio resonaron en las zonas aledañas al puerto entonando baladas como Cicatrices y Pensamientos, y temas más rockeros como Motor enfermo (Frankenstein) o Vivamos el momento. Los clásicos como Cae el sol y Por mil noches también tuvieron su lugar como en cada concierto de la banda y se acentuaron en el canto de los fanáticos con una intensidad frenética.

El bajo de Gastón, el mayor de los hermanos, comenzó a sonar acompañado de luces parpadeantes y así empezó Kalashnikov, una canción que hizo bailar y saltar al público, y esa misma energía permaneció durante Colombiana. En una noche donde todos los miembros tuvieron su momento para lucirse, Roascio brindó un gran solo de batería que retumbó en todas las paredes. Los minutos pasaban y la fiesta seguía. En un show que duró más de dos horas y contó con 28 canciones, el grupo argentino se despidió con Solo aquí y Mi sensación, canciones que retrotraen a los inicios de la banda y que despiertan disfrute en los antiguos fieles fanáticos.

Airbag pisó firme y dejó a su público más que satisfecho. Para la alegría de quienes esperaron alrededor de una hora afuera de la Sala del Museo, cuando terminó la presentación los músicos a saludar y a sacarse fotos, cerrando una gran noche en la que confirmaron sus ganas de volver a fin de año.

FacebookTwitter