“¿Estaré enfermo de Coronavirus?”, “¿Algún familiar morirá por esto?”. Una técnica de relajación conocida como Mindfulness se centra en ayudar a las personas a tomar conciencia plena de actos propios, reducir la ansiedad y eliminar la frustración.

Según expertos, en tiempos de encierro y distanciamiento social, este tipo de prácticas suelen ser muy útiles para ciertas personalidades. Esta técnica de meditación -conocida a nivel mundial- acompaña y guía ante la ocurrencia de pensamientos negativos. La idea principal es entrenar al organismo a estar enfocado en el hoy, conectado por la información, por los estímulos que procesan nuestros sentidos como órganos de la percepción, que nos permiten conectar con la realidad por medio de los ojos, los oídos, el olfato, el gusto y el tacto.

Sala de Redacción estuvo en comunicación con el licenciado en Psicología, magíster en Psicología Clínica y docente posgrado en la Sociedad Uruguaya de Análisis y Modificación de la Conducta Federico Montero, que especificó que se trata “de una técnica meditativa en la que se lleva la atención de la persona al momento presente de manera voluntaria sin juzgar el presente, observándolo y dejándolo pasar”. Además, aclaró que existen otro tipo de meditaciones, incluso la práctica del Yoga, que también generan el mismo estado de atención total al momento presente. Según el docente “va más allá de una técnica específica de relajación, tiene que ver con una práctica que hacemos los humanos a lo largo de la historia de la humanidad”.

Montero también señaló que, en este contexto de pandemia donde prima la incertidumbre, la ansiedad se apodera de los pensamientos, llevando a las personas a hacerse preguntas y a imaginarse situaciones que no son reales en el momento presente. “Si me estoy bañando, tengo que tratar de conectarme en el agua y no únicamente en los pensamientos”*, explicó.

Según relató, al ser una técnica que, en parte, tiene que ver con reducir el estrés, uno de los efectos que produce es que la persona está más centrada en su vida y puede percibir con mayor claridad qué es lo realmente importante en este momento, “es por eso que los momentos de crisis son buenos para plantearnos si nuestra vida la estamos dirigiendo hacia el lugar que queremos, o no”, expresó. Los momentos de crisis, según Montero, son “momentos de peligro pero también de oportunidades”, En una vida rutinaria y automatizada se puede perder la estabilidad que se tenía, “lo cual genera efectos adversos y negativos en las personas; pero también genera las condiciones para preguntarnos si la vida que queremos está cerca de lo que deseamos” y eso, señaló, “también genera oportunidades”.

* Esta oración fue modificada a pedido del entrevistado. Antes decía: “Si me estoy bañando, tengo que tratar de conectarme en el agua y no en los pensamientos negativos”.  

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