Como ya es costumbre, el último viernes del mes de setiembre se vistió de colores y dio lugar a la 16ª Marcha por la Diversidad. Partió a las 19.00 desde Libertador y Paysandú con destino Plaza Primero de Mayo, donde bajo la consigna “Estado ausente, nuestra lucha presente”, se leyó la proclama de este año, que tuvo respuesta desde sectores de la juventud oficialista vinculados al movimiento.
Según Martín Rorra, activista LGBT y coordinador de Jóvenes Afro, este año la marcha volvió a ser un hito popular de “reivindicación política de nuestras identidades”, con espíritu de celebración pero presentes también la denuncia y la protesta.
Las redes sociales de la organización del evento convocaron a marchar por una educación pública inclusiva, el acceso al trabajo y a la salud, y para reivindicar la Ley Trans y de cuotas. También contra la violencia institucional, el endurecimiento de la violencia policial, la “persecución selectiva” al movimiento social, atribuida a la Ley de Urgente Consideración (LUC).
Desde la Secretaría de Diversidad del Partido Nacional (PN) se lanzó un comunicado a la prensa a modo de contra proclama, iniciativa de su secretario general, Federico Bianchi. En ella se reconoció el esfuerzo de quienes organizaron el evento, pero también se reclamó frente a lo que entienden es una alineación político partidaria de la marcha: “Somos conscientes de que parte de los colectivos se han ido alineando al discurso, la retórica y el relato del Frente Amplio (FA)”.
Para Rorra, a pesar de entender esta demostración “sana” en términos democráticos, la consideró “cerrada” y “equivocada en adjudicar intenciones político partidarias a las posiciones del campo popular”. Según agregó, ello menosprecia el rol de representatividad que tienen las organizaciones sociales en Uruguay.
Distintas visiones sobre la LUC
Sin embargo, desde la Comisión de Género y Diversidad -dentro de la Comisión de Jóvenes de Montevideo- del PN se entiende que en estos últimos años la marcha “se ha visto ocupada por otras causas que van mucho más allá de la diversidad” y que “eso la ha explotado de forma político partidaria”.
Además, señalaron que particularmente este año el movimiento “se ha mezclado con el escenario político nacional”, sobre todo con lo referido al próximo referéndum para derogar 135 artículos de la LUC. En ese sentido, “no compartimos que se hable de Estado ausente”, subrayó Christian Macías, Presidente de la Comisión Departamental de Jóvenes de Montevideo del PN a Sala de Redacción.
Al respecto, Rorra explicó a que la proclama fue política, no política partidaria. “La marcha es política porque la dignidad humana lo es”, señaló. A su entender, adjudicar intenciones político partidarias a los movimientos sociales es simplificar la discusión y agregó que se trata de “una acusación reiterada y malintencionada”.
Sobre la LUC consideró que “nuestra posición como movimiento social no tuvo el lugar que le correspondía” en la norma. Sin embargo, según la contra proclama, se trata de una ley justa que beneficia a toda la ciudadanía e incluso algunos artículos que se quieren derogar favorecen especialmente a la comunidad LGBTIQ+. En particular, los jóvenes nacionalistas hicieron referencia al nuevo régimen de alquileres y la reducción de los plazos en los trámites de adopción, así como también menciona a la educación como pilar de la inclusión.
Si bien para Bianchi “marchar por derogar la LUC sería un auto boicot”, la juventud definió hacerlo de todas formas, “más allá de banderas políticas”, dijo a Sala de Redacción. Como dice el comunicado, “esta marcha es de todas las personas gay, lesbianas, transexuales, bisexuales, intersexuales, queer y también heterosexuales que deseen vivir en un país más libre, más inclusivo, más diverso y más justo”. “Por pensar distinto una persona no tiene por qué privarse de un momento en que la comunidad brilla”, opinó Macías. En ese sentido, la juventud del partido marchó, pero se retiró en la lectura de la proclama.
En cambio, desde la Prosecretaría de Políticas de Género y Diversidad del Partido Colorado (PC) consideraron que no correspondía hacer un llamado institucional a marchar este año -como sí lo hicieron años anteriores-, puesto que “es ilógico invitar a marchar si nosotros somos el Estado”, dijo a Sala de Redacción Desirée Pagliarini, prosecretaria de esta área del partido. A su entender, marchar bajo una proclama es adherirse a ella y darle fuerza, lo que en este caso sería “marchar contra nosotros mismos”.
A pesar de negarse a dar declaraciones a Sala de Redacción, Cabildo Abierto cuestionó públicamente el accionar y la existencia de comisiones o secretarías por la diversidad en los partidos políticos.
Domar al dinosaurio
A pesar de que estas opiniones no son respaldadas por la totalidad de cada partido, la contra proclama denunció la invisibilización de la comunidad LGBTIQ+ que no vota al FA. En el caso del PN, el hecho de no sentirse representados ni cómodos en el movimiento es atribuido a que “a los militantes nos ha costado mucho ingresar en el colectivo”. Bianchi explicó que ”como el partido no acompañó ninguna de las leyes [que reconocieron derechos a personas LGBTQ+], nos alejó a nosotros del colectivo y también del partido”.
Por su parte, el PC, “siendo el partido de vanguardia” no se podía quedar atrás con leyes como la del matrimonio igualitario o la ley trans, explicó Pagliarini. Sin embargo, “si hoy la marcha tiene una consigna que no nos gusta es porque dejamos que esos espacios se cubrieran por el FA”, opinó. Según ella, el partido no protagonizó estas causas porque “no ha sabido conectar con el colectivo; no es por pensar de manera conservadora”.
Actualmente, desde la prosecretaría se está buscando darle herramientas al PC para que se vuelva activo en estas causas y para ello apela a las nuevas generaciones que “entienden un poco más”, señaló Pagliarini. “Lo que nos queda ahora es dar la batalla cultural y mostrar que esto tiene que atravesar a todos los sectores” , concluyó.