El Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo fue el espacio donde se congregaron numerosos actores de la escena social y política nacional para ser testigos de la reedición de un hito en el campo de la comunicación mediática con perspectiva de responsabilidad democrática: la reafirmación del Pacto Ético del sistema político uruguayo contra la desinformación.

El pacto es promovido por la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU) y reedita el primer compromiso público que había lanzado este sindicato en 2019, que alcanzó amplio consenso por parte de los actores políticos participantes. En el inicio de un nuevo ciclo electoral, los partidos Nacional, Colorado, Cabildo Abierto, Independiente, Ecologista Radical Intransigente y Frente Amplio suscribieron lo expresado por APU como señal de su adhesión a uno de los fundamentos vertebradores de la democracia y las libertades individuales y colectivas como es el acceso a la información veraz y oportuna.

La reafirmación se hizo en la noche de este jueves 11 de abril, con la mirada atenta de autoridades institucionales y de gobierno, de Unesco, ONU y representantes de organizaciones de la sociedad civil.

Al iniciar el acto, la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, manifestó “la importancia de que estemos otra vez juntos” y enfatizó que “esto es mucho más que un pacto entre partidos”. Recordó que, luego de la firma del acuerdo anterior, se detectó una situación de desinformación contra el Partido Nacional y mencionó que “todos” los partidos acudieron para abordarlo, puesto que el acuerdo busca minimizar ese tipo de hechos. “No faltó nadie”, agregó y reafirmó de esta manera el pacto entre las partes.

A su turno, Rosa María González, consejera regional de Información y Comunicación de Unesco, expresó que el acto celebrado configura un “ejemplo inspirador” en momentos en que, según un estudio de Unesco e Ipsos, un 87% de la población que este año participará de procesos eleccionarios en el mundo está preocupado por el impacto que la difusión de desinformación podría ocasionar en tales contiendas electorales.

Democracia en acción

El representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Alfonso Fernández de Castro, señaló su satisfacción con la ratificación del acuerdo ético por parte de los partidos políticos con representación parlamentaria en tanto “pilar fundamental” de la institucionalidad y comprometió los esfuerzos de la institución con estas iniciativas.

La voz de la Universidad de la República estuvo expresada por su rector, Rodrigo Arim, que colocó elementos de preocupación para el hoy y el futuro inmediato en cuanto al uso malintencionado de la inteligencia artificial para la propagación de desinformación, en virtud de su uso como herramienta de desestabilización: “esto no es ciencia ficción, está sucediendo hoy”, sentenció.

Por último, el dirigente de APU y presidente de la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe, Álvaro Pan Cruz, recordó que el sindicato que integra fue protagonista en la promoción de aquella “herramienta de autorregulación” para los partidos políticos que se propuso cinco años atrás y que, a la fecha, mantiene plena vigencia. A su entender y en coincidencia a lo expresado por Arim, los desafíos que implican las estrategias de desinformación se ven complejizados por las características de las nuevas tecnologías de la inteligencia artificial puestas al servicio de la contaminación del debate público y político.

“Un límite ético”
El precandidato por el Frente Amplio Yamandú Orsi divulgó esta semana un compromiso público de su parte para asumir responsablemente la difusión de información en la campaña electoral. “Me comprometo, en caso de ser electo presidente de la República Oriental del Uruguay, a lograr un gran consenso nacional en torno a la condena de estas prácticas y la promoción de un entorno digital libre de intimidación, amenazas, e incitación a la violencia por razones discriminatorias, que resultan en riesgos inminentes para las personas y la democracia”, expresó.

Su pronunciamiento llega semanas después de que haber sido denunciado en redes sociales por la militante del Partido Nacional, Romina Celeste Papasso, por abuso sexual a una trabajadora sexual trans hace diez años, algo que fue rechazado por Orsi con el calificativo de “disparate”. Días después de la la acusación mediática, la mujer que relató la agresión denunció el hecho en Fiscalía y, a la fecha, el proceso judicial continúa su trámite. El aspirante a presidenciable ha manifestado su inocencia y asegura que irá “hasta las últimas consecuencias” en la arena penal para demostrar la falsedad de la acusación que pesa sobre su persona.

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