Juan Clavijo y Ana Paula Almeida son una pareja oriunda del departamento de Treinta y Tres que en el último año, y gracias a su creatividad, lograron insertarse en el mercado de juegos infantiles con su emprendimiento “Cuento en Sombras”.

Cuento en Sombras es un juego en el que, mediante cuadritos de madera con diversas formas (animales, edificios, autos, árboles) y una luz tenue, el adulto le cuenta al niño cientos de cuentos que se reflejan en la pared. Los sets de 25 fichas que la pareja realizó hasta el momento son “granja”, “ciudad”, “selva”, “fantasía” y próximamente también estará disponible un quinto set de dinosaurios. 

No sólo este juego interactivo ayuda al desarrollo del vocabulario y la motricidad de los niños -ya que ellos también pueden crear sus propias historias-, también es una buena forma de vincularse con los más chicos evitando el uso excesivo de la tecnología. 

Sala de Redacción habló con esta pareja acerca de su proyecto y los aportes que este tiene para el desarrollo de los niños en sus primeros años de vida. 

-¿Cómo surgió la idea de Cuento en Sombras?

-Nació solo. Estábamos el invierno pasado acá en casa, yo dejé la estufa prendida, y estaba todo apagado. De repente apareció mi hijo Felipe -de 2 años y medio- vio mi sombra en la pared  y me dijo: “papá, mirá”, estaba muy sorprendido. Ahí empecé con la clásica mariposita, el lobo, y jugábamos con eso. A partir de esto le dije a Ana Paula que teníamos que hacer algo con esta idea, buscarle la vuelta. Todas las noches le contábamos un cuento de la granja, por eso el primer set que armamos fue ese, para representar la historia que él ya conocía, y fue un éxito, le encantó. Lo hicimos para nosotros al principio y cuando vimos que a otros niños también les encantaba, nos dimos cuenta de que estaba buena la idea. 

¿Es, en parte, una forma de alejar a los más chicos del contacto continuo con la tecnología a temprana edad?

-Ellos son niños de la era digital, no se puede evitar el contacto con la tecnología, es parte de su mundo. Pero está bueno darles otra opción. Con Cuento en Sombras no solo desarrollan la imaginación y la creatividad, porque tienen que imaginar constantemente lo que uno le cuenta, sino que una vez que ellos empiezan a querer contar las historias, se empieza a notar un cambio brutal en el avance de su vocabulario. Cuando compartimos tiempo con los hijos usando tecnología, quieras o no, uno no está completamente enfocado y conectado con el niño, y sentimos que este juego te obliga a involucrarte y pasar un tiempo de calidad.

Además, la pareja contó que la respuesta al producto ha sido extraordinaria. “Veníamos bien con las ventas, pero una vez que nos hicieron las notas en la tele, todo fue increíble. De repente, en dos meses, teníamos mil seguidores en nuestra página de Instagram”, explicó Juan, y acotó que ya llevan vendidos más de 500 juguetes. 

A su vez, enfatizaron que los únicos encargados de la manufactura y distribución de los productos son ellos dos, por lo que al principio tanta demanda los abrumó, aunque ahora, se alegran de haber encontrado un mecanismo que simplifica mucho el trabajo. “Ana Paula se encarga del área de ventas y redes. Ella es muy buena en eso. Yo me encargo de diseñar los dibujos y armar los sets, aunque Felipe también me ayuda mucho”, aclaró entre risas. 

-¿Cómo fue el proceso de creación y manufactura de los sets?

-El tema del diseño demoró bastante, nosotros lo pensamos en junio del año pasado y el producto terminado estuvo recién en diciembre. Fuimos cambiando y probando diferentes diseños y formas hasta que encontramos las que nos servían. Las diseñamos en la computadora y después, con corte láser, se va armando cada ficha. La realidad es que estamos constantemente produciendo en las distintas etapas, tenemos las fichas, hay que separar todo por tipo, armar los sets, las cajas, y somos nosotros dos solos. 

El horario predilecto de la pareja para realizar todas estas tareas es la madrugada, ya que más allá de su emprendimiento familiar, ambos tienen trabajos de horario completo que nada tienen que ver con el juego. El hombre trabaja como auxiliar contable en la radio Océano FM, mientras que la mujer es encargada en un salón de fiestas.

 “Cuándo ellos (sus hijos) se van a dormir, nos organizamos para armar los distintos sets en la madrugada”, comentaron, y Ana Paula agregó: “todo lo que hacemos nos gusta, nos organizamos para hacerlo porque disfrutamos todo. La recompensa es la respuesta que obtenemos de los padres que compran los productos, eso es lo más lindo”.

-¿Tienen planeado expandir este emprendimiento agregando otros juegos?

-Tenemos algunas cosas pensadas y en proceso. Primero siempre las probamos con ellos y vamos viendo qué les sirve y qué no, puliendo algunos detalles que creemos que son necesarios. Nunca pensamos en cosas o juegos que los encasillen en una única forma de usarlos, nosotros buscamos que ellos le den el uso que les divierta y entretenga. 

En cuanto a la distribución de sus productos, la familia aclaró que por ahora las redes sociales, tanto su cuenta de Instagram como de Facebook “Rustikids”, es el lugar por donde se hacen encargos y envíos a todas partes del país. Su plan a largo plazo es tener un punto de venta en cada departamento para que niños de todas partes del país puedan adquirir los productos fácilmente. 

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