Con la delgadez como punto de llegada al ideal de belleza que marcan los cánones de las sociedades contemporáneas, cada vez son más las personas que prueban dietas milagrosas y métodos mágicos para lograr su objetivo. En esa búsqueda surgen un sinfín de corporaciones que ofrecen productos que prometen ser de utilidad para bajar de peso. Herbalife es una de ellas y en Uruguay sus estrategias de venta se diversifican a pasos agigantados. La multinacional desembarcó en la escena local en 2012 y tiene oficinas por diversos puntos del país; sin embargo, fue con la estrategia publicitaria a través de redes sociales que en los últimos años la llegada de los vendedores a los clientes acortó distancias. “El reto de 21 días”, “chupa panza” y algunas frases más se repiten en loop por diversos perfiles de Instagram que le escriben aleatoriamente a potenciales clientes.
La gama de productos que ofrece Herbalife -fundada por el estadounidense Mark R. Hughes en 1980- va desde batidos de distintos sabores, té de hierbas y proteína en polvo, hasta cremas faciales, shampoos y acondicionadores para el pelo. No obstante, el fuerte de ventas de la empresa son los batidos. La circulación de estos productos trae aparejada la preocupación de diversos profesionales de la salud que advierten sobre los riesgos de su consumo y cuestionan el método de ventas que se utiliza desde la multinacional. En ese sentido, nutricionistas consultados por Sala de Redacción afirmaron que estos suplementos suelen tener ingredientes de pésima calidad nutricional. Principalmente, los batidos están compuestos por proteína aislada de soja, fructosa y miel en polvo.
Lo que se plantea desde Herbalife – y se transmite por parte de muchos de sus vendedores- es que los batidos pueden sustituir a las comidas. De esa forma, por ejemplo, se podría tomar un vaso del preparado a la mañana y no sería necesario desayunar. La nutricionista Victoria Jordán explicó que los vendedores de Herbalife suelen participar de cursos de coach nutricional, donde los conocimientos que más se difunden giran en torno a la venta y el marketing y no tanto en sobre la salud. En ese sentido, la profesional sentenció que estas personas no están realmente calificadas para asesorar nutricionalmente.
“No se puede comparar a alguien que estudió cinco años en la Escuela de Nutrición -donde se estudia la biología y fisiología del ser humano- con quien realiza un curso de unas horas”, agregó Jordan. En la misma línea, la nutricionista María Posada manifestó sentir impotencia y frustración al ver que personas que recibieron una capacitación de unas pocas horas hablan y opinan como profesionales.
Una de las preocupaciones que planteó Posada es que el uso de estos suplementos puede provocar daños en la salud. Florencia Buschinger, estudiante avanzada de Nutrición, detalló que el uso de estos suplementos podría provocar toxicidad por hipervitaminosis; aumentar los problemas en patologías renales y cardiovasculares en personas con sobrepeso u obesidad; generar debilitamiento o cansancio por déficit de calorías y nutrientes; derivar en un efecto rebote (bajar y aumentar de peso rápidamente); y dificultar la absorción de ciertas vitaminas y minerales, entre otros impactos negativos para la salud.
Terrenal
Por su parte, Miguel Kazarez , nutricionista del plantel profesional de Defensor Sporting, afirmó a Sala de Redacción que la gente suele “endiosar” a estos productos y creer que son mágicos, pero la realidad muestra que 70% de los suplementos que se encuentran en el mercado no contienen lo que dicen. El profesional indicó que, muchas veces, las cantidades de los ingredientes que se señalan en las etiquetas difieren del contenido real e incluso pueden contener sustancias que directamente no están declaradas.
Desde su cuenta de Instagram, Kazarez cuestionó: “¿Es inocuo consumir Herbalife?”, y agregó que hasta el momento son 54 los casos registrados de personas que tuvieron efectos adversos tras el consumo. “Esto se pudo haber dado como resultado de un ingrediente hepatotóxico, una sobredosis de algún ingrediente o por la contaminación durante el proceso de elaboración, en combinación con la predisposición individual”, explicó el nutricionista en Instagram, y aclaró que desde 2011 no se registraron nuevos casos de toxicidad.
Kazarez dijo que, a diferencia de la información que se conoce de los fármacos convencionales, los suplementos a base de hierbas como Herbalife no suelen contar con suficientes pruebas rigurosas. “Muchos de ellos son menos seguros o incluso peligrosos. Dado que se desconoce con exactitud su composición y los potenciales riesgos asociados con su consumo, se recomienda evitar el consumo de este tipo de suplementos”, concluyó el especialista.
Los profesionales consultados coinciden en que, en general, los riesgos del consumo dependen del estado de salud del consumidor. Por ejemplo, una persona con dificultades renales que acuda a este tipo de productos sin asesoramiento nutricional adecuado puede agravar su situación. Posada contó que en reiteradas ocasiones ha tratado con pacientes que le consultan por el consumo de suplementos alimenticios y su respuesta suele ser siempre la misma: “Si pretende bajar de peso, se pueden obtener resultados a base de una buena alimentación planificada correctamente, junto con el desarrollo de la actividad física”.
La nutricionista puso énfasis en la importancia de trabajar para mejorar la relación que las personas tienen con la comida, para de esa forma lograr un cambio de hábitos que se pueda sostener en el tiempo. Para Posadas, los batidos dificultan ese proceso porque no permiten mucha variabilidad de alimentos -lo que hace que muchas personas se aburran rápido- y porque es difícil sostener su consumo en el tiempo.
La cacería
El modus operandi detrás de la acción de venta de Herbalife comienza con una interacción entre el distribuidor -que se hace llamar coach– y el futuro consumidor. Entre algunas de las estrategias de persuasión que utilizan los vendedores, en determinadas ocasiones se les envía a los posibles compradores fotos del antes y el después de personas que utilizaron el producto y bajaron de peso. También se invita a los interesados a concurrir a alguna de las oficinas de los vendedores para poder dialogar en persona y brindarle el producto de prueba. El precio de venta los productos oscilan entre los 800 y los 1.500 pesos.
Tras subir a la balanza de uno de los coach nutricionales de Herbalife, el interesado recibe una serie de datos básicos sobre su peso y la composición muscular y de grasa de su cuerpo. A partir de ese momento, el vendedor incita a la persona a plantearse objetivos y le promete que bajará de peso sin necesidad de pasar hambre. Uno de los métodos al que apelan los vendedores para motivar a sus clientes es hacerlos participar de grupos de Whatsapp o Telegram donde plantean el reto de 21 días, en el que se establece ese plazo para bajar de peso.
Uno de estos grupos tiene cientos de participantes. Los vendedores envían guías alimentarias -según ellos, avaladas por nutricionistas- y plantean que los consumidores deben seguirlas a rajatabla para lograr bajar de peso. También se comparten recetas de comidas hechas con productos de Herbalife y se realizan diferentes sorteos, en función de quién subió o bajó más kilos al mes. En los grupos también se comparten videos de Youtube con rutinas de ejercicios y se realizan videoconferencias en las que una nutricionista contratada por la empresa ofrece tips y muestra los supuestos cambios físicos de los consumidores fieles.
Los vendedores suelen citar semanalmente a sus clientes. No obstante, muchas veces las personas dejan de asistir y de comprar los batidos, ya sea por factores económicos, de salud (intolerancia, por ejemplo) o porque no obtienen resultados.
