Sala de Redacción habló con el doctor Mario Zelarayán, director ejecutivo de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular que se encarga de organizar la Semana del Corazón. Habló sobre la importancia de esta campaña, las diferencias en el infarto de hombres y mujeres, la disminución de fallecimientos por enfermedades cardiovasculares y la prevención.
La Semana del Corazón es una campaña que busca concientizar sobre los hábitos saludables para evitar los factores de riesgo de una enfermedad cardiovascular. Va hasta el 29 de setiembre, fecha en la que se celebra el Día Mundial del Corazón, y en este marco habrá actividades en todo el país, como una bicicleteada, talleres y charlas.
Según fuentes oficiales, el 26,3 por ciento de las muertes en Uruguay son por enfermedades cardiovascular y en 2017 hubo 8.718 fallecidos por esta enfermedad. Aunque se dio una tendencia a la baja, Zelayarán asegura que es “la primera causa, por delante del cáncer, tanto para uruguayas como uruguayos. Y el 75 por ciento de estas muertes pueden ser evitables si atendemos a los preceptos de la prevención: buena alimentación, actividad física, no fumar, no tomar alcohol y el cuidado del medio ambiente”.
La Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular organiza cursos y talleres a los que asisten unas 5 mil personas todos los años. Zelayarán agregó que durante la Semana del Corazón “hacemos un poco de ruido para visualizar todo lo que hacemos, y que la gente después se anote en los cursos que hacemos durante todo el año”.
-Este año se hace mucho énfasis en la frase “tomate 10 minutos para hacerte bien”…
-Sí, para explicarle a la población que dedicando poco tiempo es posible tener buenos hábitos, que eso incide en su salud. Son 10 minutos, la barrera del tiempo no es una excusa para cambiar de actitud. No decimos que sea fácil hacer el cambio y que esos minutos no conlleven un esfuerzo, pero sí que es algo realizable.
-¿Hay alguna diferencia entre los problemas cardiovasculares que tienen los varones y las mujeres?
-Los síntomas no son iguales. En el hombre, los síntomas clásicos del infarto son el dolor, la sudoración, el cansancio, las palpitaciones, mientras que en la mujer son mucho más difusos. Además, las mujeres suelen tener menos infartos que los hombres; la mortalidad por infartos es mayor en los hombres y ocurre a edades más tempranas.
-¿Cómo se explica que hayan disminuido las muertes por enfermedades cardiovasculares?
-Tenemos la explicación para los infartos: la gente fuma muchísimo menos ahora, se mueve más, están manejando mejor el colesterol, la diabetes no ha aumentado, el sobrepeso se mantiene igual. Se ha sacado el plomo de la nafta y por lo tanto del medio ambiente, se ha sacado el azufre, que es un gran contribuyente a la mortalidad cardiovascular. Entonces todo eso genera el descenso de los infartos. ¿Por qué es que se disminuye tanto la mortalidad por accidente cerebrovascular (ACV)? No lo tengo muy claro. Hay disminución del consumo de sal, pero no podemos asegurar que el menor consumo y el mayor control de la presión arterial expliquen que bajemos tanto la mortalidad por ACV.
-¿El etiquetado frontal de los productos ultraprocesados puede contribuir a la mejora de la alimentación?
-Si, esperemos que sí, lo hacemos por eso. El etiquetado normal antiguo era muy completo, pero muy confuso, muy difícil de leer y más difícil de entender. Entonces, por eso es que se cambia a un etiquetado frontal, muy gráfico, que diga que algo tiene mucha sal, grasa, calorías. Por lo tanto, es más fácil para el comprador discernir si le conviene o no. Ve el etiquetado y lo consumirá de acuerdo a su gusto. Es una alerta muy clara. ¿Qué esperamos nosotros de este etiquetado frontal? Esperamos mucho. Es como la iconografía de las etiquetas de cigarrillos, no es un factor absolutamente determinante para evitar el hábito, pero contribuye. Si se puede contribuir en que disminuya el consumo entre un 6 y un 10 por ciento, es muchísimo, porque tenemos un volumen gigantesco que come demasiada sal.
-También promueven la aplicación Cerca, ¿como se utlizan las nuevas tecnologías para la prevención?
-La inteligencia artificial vino para quedarse y están dando una ayuda muy importante para la medicina y, en nuestro caso, para la prevención. La mitad de las personas que sufren un infarto en el mundo no llegan al hospital, se mueren antes. Una manera de atacar el problema es llevar la resucitación al ámbito extrahospitalario, y para eso hay que instruir a las personas y llevarles desfibriladores. Estamos enseñando a la población la maniobra del masaje cardiaco, que eso es muy fácil, y tenemos 120 mil personas que están capacitadas. Si a eso le agregamos el uso del desfibrilador, las posibilidades de éxito son más grandes, pero no podemos poner 3 millones de desfibriladores, tenemos que racionalizar el gasto. Entonces, disponemos desfibriladores en lugares estratégicos, donde circulan más de mil personas y donde hay pacientes de riesgo. E hicimos una aplicación para que cada persona pueda saber cuántos desfibriladores hay alrededor suyo, porque esa es una manera de economizar.
-¿Han pensado en otras herramientas tecnológicas para la prevención?
-Pensamos en algún momento hacer un dron desfibrilador, para llevarlo inmediatamente al lugar de los hechos. Eso es un emprendimiento de gente que se dedica a los drones en el LATU. Todavía los costos son muy altos pero ellos son capaces de hacerlo. También tenemos la tecnología para hacer análisis genéticos sobre el colesterol.
-¿Que significa apostar a la educación y la prevención en etapas tempranas?
-Significa empezar desde el embarazo. Los malos hábitos de la madre, como, por ejemplo, fumar, tomar alcohol y alimentarse mal ya le produce daño al feto. No te olvides que hoy en Uruguay el 15 por ciento de los niños de 9 años tiene hipertensión arterial. Y muchos de ellos son obesos e inactivos. Así que en un rango etario de 9 a 12 años hay niños que ya tienen tres factores de riesgo. Cuando tenga 50 años, ya va a tener problemas. Así que si queremos evitar problemas a los 50 años hay que empezar a trabajar ahora con los niños.