Al final del partido es dirigida por Federico Beltramelli, producida por Mario Jacob y quien estuvo en la parte de investigación y tratamiento es el periodista Jorge Señorans. A partir de ahí comenzó la aventura de que lo narrado pase a ser filmado y llegue a una película que refleja realidades de los clubes que cuentan con pocos recursos.
Sala de Redacción dialogó con Beltramelli, quien comentó que “la película es un recorrido por el costado del fútbol uruguayo”. “Acompañamos a cinco personas que son utileros y cancheros, ellos son los que siempre están y aparecen poco en las fotos y relatos. Son parte de la mitología del fútbol, más allá de narrar estas historias se narró una historia de vida, cada una de ellas narra la vida misma, encarnan valores que tienen que ver con nuestra identidad cultural”, dijo el director.
Beltramelli contó que se fue de Salto en 1992 y que allí tenía la rutina de ir a la cancha todas las semanas para acompañar a su equipo de fútbol, pero cuando tuvo que irse a Montevideo para estudiar perdió ese hábito y vio su identidad afectada. Además, sostuvo que “por el año 2014 empezamos a dar una idea de poder narrar una historia de fútbol del interior, eso empezó a germinar y en 2017 nos encontramos con una serie de entrevistas que había hecho Jorge Señorans”.
“Mario Jacob, el productor de la película, aportó absolutamente todo porque no fue un rodaje fácil”, expresó Beltramelli. Además, habló de las dificultades que implicó la llegada de la pandemia: “Habíamos planteado una estrategia de abordaje para poder narrar en continuidad con dos películas anteriores que había hecho”, pero la tuvieron que cambiar y Jacob ayudó a sostener y mantener un rumbo adecuado. “Cuando el equipo estaba perdido, él hizo una pregunta que fue crucial: ¿por qué querés hacer esta película? Ahí encontramos el rumbo, la queríamos hacer porque era reencontrarme con Almagro, mi club de Salto, ahí se empezó a trabajar el hilo y la idea central de la película”, sostuvo el director.
Señorans también fue fundamental en la película, que se empezó a producir a través de sus investigaciones. “El proceso de la película fue largo, la pandemia cortó los rodajes, se fue más allá de lo previsto y hace tres años que arrancó el proyecto que concluyó con el estreno”, contó el periodista. El contacto con Señorans surgió a partir de las notas publicadas en el diario en el que trabajó: Jacob y Beltramelli lo llamaron para llevar algunas de las historias que narró en formato escrito al audiovisual. Lo charlaron y seleccionaron las personas a las que se iba a filmar, ya que les interesaban las historias de vida.
Señorans contó que en la primera instancia de contacto con los utileros y cancheros definieron no llevar cámaras, porque “ellos manejan un perfil bajo y se iba a fracasar”. No obstante, tampoco era bueno agendar las entrevistas o llamarlos, sino que lo mejor era ir de sorpresa al trabajo de cada uno y así fue como se hizo. “El mundo que uno se encuentra es muy diverso, con personas que tienen características de perfil bajo y vocación con su oficio, están al servicio de todo: institución, barrio y cada jugador. Caminan una cantidad de cuadras para trasladar las cosas hasta la sede, si te lo cuentan no lo creés”, sostuvo el periodista a Sala de Redacción.
“Hay mucha gente que se identifica con la película, hay valores, resiliencia, son historias de vidas comunes, como las de tantos uruguayos”, sostuvo, y agregó que “transmitir lo narrado a una pantalla fue un gran desafío”. “Existe un reto de mirar un poco más allá, al escribir tenés una desventaja, la televisión es al momento y lo ves; la radio te lo cuenta en el momento, pero no lo ves; lo escrito está al otro día si va al diario y en la web un rato después”.
“Está el gran reto de buscar una vuelta a lo que voy a escribir, estamos con ese desafío de escribir lo distinto, algo que no se haya dicho en la radio”. “Acá no había actores, no se armó un libreto para que cada uno diga tal cosa, fueron secuencias y después contar historias a través de imágenes”, aseguró Señorans.