“I can’t breathe”. Tres palabras que se traducen al español como “no puedo respirar” bastaron para expresar el dolor y sufrimiento de una víctima icónica del abuso policial en Estados Unidos, el afroamericano George Floyd. El hecho sucedió el 25 de mayo de 2020 en Powderhorn, un vecindario ubicado en la ciudad de Minneapolis, estado de Minnesota. El hombre de 47 años murió asfixiado sobre el pavimento tras estar esposado, inmovilizado y con la rodilla del oficial Derek Chauvin encima de su cuello durante casi nueve minutos y el video se viralizó en poco tiempo.

El movimiento Black Lives Matter (en español, “Las vidas de los negros importan”) tomó mucho protagonismo tras la muerte de Floyd. Si bien se originó en 2013, un homicidio de esta magnitud fue la gota que rebalsó el vaso para los manifestantes. Los reclamos y mensajes de varias figuras mediáticas entre los que estuvieron deportistas, actores y actrices, cantantes, modelos, e incluso políticos, se hicieron notar. A modo de ejemplo, Lewis Hamilton, multicampeón de la Fórmula 1 y principal activista de esta organización, publicó una foto en la mañana del martes 25 en memoria de Floyd, cuando se cumplió un año del homicidio: “Descansa en paz. Tu tiempo aquí fue muy corto. Tu legado será para siempre”, remató el piloto inglés tras una larga reflexión en su cuenta oficial de Instagram, acompañada por dos fotos de la víctima junto a su hija.

Actualmente, las movilizaciones son frecuentes en las distintas ciudades de Estados Unidos. La pandemia no fue una barrera para interrumpir las marchas afroestadounidenses y su lucha por lograr igualdad y justicia. Según datos del movimiento Black Lives Matter, entre junio y setiembre concurrieron a las protestas entre 15 y 26 millones de personas en busca del respeto hacia los Derechos Humanos en el país. Incluso, se transformaron en las movilizaciones más grandes y concurridas en la historia de Estados Unidos.

Cifras que marcan

Según un estudio realizado por un programa que grafica el nivel de violencia policial en Estados Unidos llamado Mapping Police Violence, en lo que va de 2021 ya van 414 asesinatos por parte de la policía norteamericana. De esta cantidad, las probabilidades de muerte de los afroamericanos en manos de la policía triplica a la de los blancos. Por otro lado, el estudio plantea que entre enero y abril solo hubo seis días en los que no se registraron muertes. Mapping Police Violence define a un asesinato policial como “un caso en el que una persona muere como resultado de un disparo, una paliza, una inmovilización, un golpe intencional por parte de un policía o un vehículo rociado con gas pimienta, dañado de otra manera por agentes de policía, ya sea en servicio o fuera de servicio”.

El 20 de abril, la justicia estadounidense condenó al ex policía Derek Chauvin por ser el homicida de Floyd. El ex agente, de 45 años de edad, había sido acusado de asesinato no intencionado en segundo grado, asesinato en tercer grado y un homicidio en segundo grado. El jurado popular lo declaró culpable de los tres cargos de forma unánime, por lo que el juez tendrá que determinar la condena en las próximas semanas. Sin embargo, es probable que la sentencia no supere los 12 años de prisión, ya que no posee antecedentes penales.

Jorge Majfud, escritor uruguayo radicado en Estados Unidos, conversó con Sala de Redacción y opinó sobre el racismo que predomina en el país norteamericano: “Tal como decía Malcolm X, están los negros del campo y los negros de la casa. El negro de campo, básicamente, es el esclavo. El de la casa prefiere mantener su estatus para continuar con esos privilegios que puede tener. Entonces, el de la casa niega la existencia del racismo en el país, dice que no hay, para cuidar esa prerrogativa. Increíblemente, no se dan cuenta del profundo racismo que hay, por lo que aquí podríamos categorizar un racismo estructural, pero también uno ideológico”.

La muerte de Floyd se dio días después del caso de Breonna Taylor, asesinada en un tiroteo el 13 de marzo de 2020. Ambos casos despertaron una especie de revolución en la comunidad negra y fueron el propósito principal para reclamar el fin del abuso de poder y la discriminación racial. “Las armas aquí son la segunda religión más importante. El caso de George Floyd Jr. no es el primero que se da bajo las mismas circunstancias. Mucha gente ha muerto de la misma manera, bajo asfixia u opresión policial tras estar arrestado. Su asesinato explotó por un tema mediático, pero es un motivo viejísimo y tristemente se va a continuar por este camino. Para cambiar, tiene que existir autocrítica y un lavado de ese concepto mesiánico de ‘superioridad moral’ que tiene la gran parte de la sociedad estadounidense”, consideró Majfud.

En el día a día se aprecian actos discriminatorios en cualquier ámbito. “Seguimos en el país donde no se puede poner una foto en tu currículum para que no te descarten de inmediato”, acotó el escritor uruguayo al ejemplificar la el racismo cotidiano en Estados Unidos. En una sociedad que tiene la responsabilidad de derribar cualquier tabú racial, Majfud concluye que “convivimos, somos parte, por lo tanto, tenemos una cuota de obligación y compromiso moral”, en referencia al grano de arena que se debe aportar para culminar con esta realidad.

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