Este 27 de junio se cumplen cinco décadas desde que las Fuerzas Armadas intervinieron en el Parlamento y dieron inicio a la última dictadura cívica militar en el país. A raíz de su conmemoración, el colectivo Jacarandá Cultura de la Memoria cercará el Palacio Legislativo con velas y realizará un acto performático para llevar a cabo una jornada de introspección con la sociedad.

La jornada iniciará a las 17 horas en la plaza 1° de Mayo con espectáculos infantiles y tendrá una grilla de casi 30 artistas de diversos géneros. Además, habrá un espacio para los preparativos de la noche y se solicita a los participantes que lleven un bidón vacío, bajo la consigna “traé tu vela y alimento para la olla”. La Vigilia por la Democracia se propone resistir frente al oscurantismo que persiste.

¿Una respuesta? La cultura

Jacarandá nació de un grupo de personas que han sido “atravesadas directamente por el terrorismo de Estado en las niñeces y adolescencias”. Desde el inicio, la agrupación tiene por objetivo transmitir, preservar y generar memoria a través de acciones culturales. Según Victoria Sequeira, su coordinadora, el colectivo busca extender y seguir el trabajo de memoria desde el arte, un medio para el proceso de “cerrar heridas”.

El cometido de la jornada performática es la reflexión. Se plantearán interrogantes como “¿qué queremos de la democracia?”, para evaluar su “estado de salud”, ver “qué cambiaríamos”, y así construir una solidez democrática. “En estos tiempos se vapulea desde actores [propios] del gobierno a las instituciones”, sentenció.

Sequeira relató que estas acciones surgen de “las ganas de trabajar con las nuevas generaciones” y que cualquiera que haya sido atravesado “indirectamente” por el terrorismo de Estado y esté dispuesto a trabajar “por la memoria”, pueda encontrar su espacio. A dos meses de creado, el colectivo ya contaba con 78 personas. Para la coordinadora, “evidentemente era un espacio sumamente necesario”, un lugar que “esas generaciones estaban buscando”, en donde compartir y militar. Desde lo personal, Sequeira sostuvo que, como hija de ex presos políticos, trabajar con sus hijos y los amigos, es una “experiencia increíble”.

Además, agregó que desde la vuelta a la democracia, el Estado no entrega la información que todos los uruguayos saben que “están en las Fuerzas Armadas”, y eso demuestra la falta de “voluntad política por sobre todas las cosas”; de lo contrario, “ya los hubiéramos encontrado a todos”. Además, denunció que en la actualidad “hay gente en los partidos políticos que no fue cómplice en su momento”, pero hoy, al tener un lugar en el Parlamento, el silencio hace que se unan a la complicidad.

A raíz de la experiencia de haber vivido en otros países, la coordinadora observa que Uruguay tiene “un pueblo muy politizado”. No cree que haya “desinterés”, sino “una distorsión de la realidad”, que el Estado dejó crecer. Es el pueblo el que debe “volver a tomar esa conciencia” que el propio terror militar se encargó de implantar y, así, generar “un quiebre”.

Otros puntos nacionales

Marina Martínez, integrante del colectivo Vecinas y Vecinos por la Memoria de la ciudad de Piriápolis, detalló que se hará una marcha rodante, nombrada la Caravana de la Resistencia Democrática, que finalizará en la Plaza Arigas. Allí harán la oratoria, con referencias a lo que fue la huelga general, para destacar el “hito de resistencia del pueblo uruguayo”. La actividad finalizará con una intervención con cartelería, que permanecerá hasta la mañana siguiente.

En esta oportunidad, la integrante declaró que la caravana va a unir personas de diferentes localidades departamentales. Vecinos de Pan de Azúcar, Gregorio Aznáres, Solís Grande, entre otras, serán parte de la caravana democrática.

Militar en el interior del país no es algo sencillo. Martínez afirmó que “ha llevado tiempo lograr marchar verdaderamente”, porque en un principio “era la concentración de unos pocos y hubo que romper el hielo”. Alegó que es difícil cuando se trata de “un lugar como este, que es balneario”, ya que luego de la temporada estival, los locatarios se encuentran “bastante replegados y más apartados”, lo que genera dificultades para “acceder a la gente”.

La red comunicacional del departamento se enfrenta a obstáculos. La comunicación, sobre todo entre localidades, “son bastantes complicadas”, afirmó Martínez, a lo que se suma la baja frecuencia del transporte público y sus costos. “Este tipo de cosas te complica el vínculo”, finalizó.

Aun así, sostuvo que han ido “creciendo”. “Ahora es un colectivo bastante más grande, con distintos tipos de participación”, explicó, y recordó que partieron “de un grupito muy pequeño”. La integrante cree que fechas como el 20 de mayo “deben ser de las mayores movilizaciones que hay”. Es en esas instancias que se da cuenta de que “somos muchos nosotros, y muchos los que participan”, lo que demuestra que “está vigente, latente y es un reclamo lícito” que la gente comprende.

Martínez declaró que el colectivo no tiene la participación directa de los jóvenes, pero que en ese mar de gente “se van sumando”, y se genera lo que le dicen “un segundo círculo” por parte de la juventud. En instancias específicas se encuentran “siempre disponibles” para brindar asesoramiento a nivel técnico, entre otros.

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