Su amor por Wanderers nació en 2013, cuando fue de manera casual al Parque Alfredo Víctor Viera, el estadio del club, a ver un encuentro y rápidamente se sintió atraído. Le gustó la actitud de los jugadores, el estilo de juego y la comunión con la hinchada: que apoyaran a los jugadores aunque se equivocaran fue lo que más lo cautivó. “Fue amor a primera vista, hoy en día no concibo mi vida sin Wanderers”, explicó Davio a Sala de Redacción.
Hasta ese momento no seguía mucho el fútbol uruguayo, sin embargo, simpatizaba por Nacional por herencia familiar. “Era algo que estaba impuesto en mi familia y eso no me gustaba, por eso un día yo decidí por qué cuadro hinchar. Ahí me encontré con Wanderers, un equipo muy familiar y de buenas personas”, comentó el funcionario bohemio.
Después de ese primer partido al que asistió, formalizó su relación con el equipo: se hizo socio, compró su primera camiseta, su campera y comenzó a colaborar en diversas áreas. “Participé de varias campañas para apoyar al club, en 2014 hicimos una jornada en la que pintamos el Viera, también arreglamos en su momento la sede y el museo, hasta fui delegado del fútbol femenino”, contó.
Labores
En 2015 comenzó a trabajar de manera oficial para la institución del Prado de Montevideo, luego de que desde la directiva le ofrecieran ser fotógrafo del plantel principal. “Yo estaba trabajando como tercerizado para UTE y decidí comprarme una cámara por hobby. Empecé a ir a los partidos de las juveniles los fines de semana y al tiempo un directivo me expresó que al club le convenía tener a un fotógrafo que fuera hincha del club y así arranqué”, recordó.
Tiempo después perdió el empleo en UTE y, enterados de esa situación, los dirigentes del conjunto bohemio decidieron ofrecerle ser utilero de las juveniles. Davio define a esa tarea como “bastante más compleja de lo que se ve de afuera” y afirma que no es sólo acomodar la equipación y tener llenas las botellitas de agua. “Un equipier debe saber escuchar a los pibes, aconsejarlos, ayudarlos y calmarlos”, agregó.
Su relación con los jugadores del club es excelente, el hecho de trabajar en juveniles hace que tenga mayor relación con los futbolistas ascendidos que con los que llegan como incorporaciones. Con algunos hasta mantiene una amistad. Ese es el caso de Bruno “Colo” Veglio, actual jugador del plantel principal, con quien permanentemente se hace bromas en los momentos previos al inicio de cada encuentro.
Veglio explicó a Sala de Redacción la importancia de Davio en los planteles de juveniles del club: “El utilero es el miembro externo al plantel más cercano, no sólo se encarga de alcanzarnos la ropa o los zapatos, es también un apoyo. Si estás bajoneado por algún error que cometiste en un partido o en una práctica, él se arrima y te cambia el ánimo rapidísimo”.
Para Davio, la parte favorita de su trabajo es ver cómo crecen los futbolistas y la manera en que alcanzan sus sueños. Con orgullo cuenta que en los entrenamientos le alcanzaba el agua al ex central del club Bruno Méndez y unos meses después fue convocado a la selección mayor para los amistosos que en 2018 jugó con Brasil y Francia, con el trabajo de marcar a jugadores de la talla de Neymar, Kylian Mbappe o Antoine Griezmann.
“Es muy linda la relación, aunque los futbolistas se vayan del club
no perdemos el contacto”, contó, y dijo que es es el caso que ocurre con Méndez, quien actualmente está jugando en Corinthians de Brasil: “De vez en cuando intercambiamos mensajes”.
Clausura 2014
El Campeonato Uruguayo 2013/2014 fue única para los hinchas bohemios. El equipo tenía un juego colectivo muy pulido y eso los llevó a obtener el Torneo Clausura y la posibilidad de jugar las finales del Uruguayo. “Si bien perdimos la final por penales con Danubio, para mí fuimos campeones, lo nuestro fue increíble”, aseguró el hincha bohemio.
En esa temporada Davio fue retratado en dos fotografías que quedarán para la historia de los vagabundos del Prado. “En la penúltima fecha del clausura jugábamos con Defensor en el Franzini y arrancamos perdiendo uno a cero. Lo dimos vuelta faltando poco para el final del partido y quedamos primeros, porque Peñarol había empatado con Liverpool en el Centenario. Cuando hacemos el segundo gol me abracé a un veterano amigo que estaba prendido al tejido y los dos nos pusimos a llorar. Ahí nos vio el anterior fotógrafo del club y nos sacó una foto que fue usada como banner de la sede de San Fructuoso de Wanderers”, relató.
“Una vez que terminó el partido me colgué al alambrado, pasó un
fotógrafo de La Diaria, me sacó otra foto, y al otro día fui tapa del diario.
Fue algo muy raro porque unos días antes en la tapa había estado Mujica y
al otro día Obama, y yo quedé en el medio de los dos”, recordó entre risas.
Una semana después del encuentro ante Defensor, al bohemio le tocó ir a jugar a Florida, donde se quedó con el título del Clausura. “Ese fue uno de los días más felices de mi vida, sin duda está entre los tres primeros”, concluyó Davio.