Artigas “Chueco” Barrios fue el primer intendente frenteamplista electo en Rocha, ejerció durante dos períodos consecutivos, desde 2005 a 2015. Nació en Lascano en julio de 1937; desde 1958 milita en el Partido Socialista (PS) y participó de la fundación del Frente Amplio (FA) en Rocha en 1971. Antes de ser intendente, entre 2000 y 2005, había sido diputado. En 2020, luego de haber estado un período alejado de la política, volvió a postularse para el gobierno de la Intendencia por el FA.

— ¿Cómo ha visto el desarrollo de la campaña electoral?

Como toda campaña que está llegando a sus últimos días, se pone más intensa. Pero han habido algunos hechos en estos días que en cierto modo van en el sentido contrario: en la visita del presidente [Luis Lacalle Pou] al departamento, él mismo se ocupó de intentar no darle tanto carácter de acto de campaña; la mesa la presidieron la intendenta [Flavia Coelho] y el ministro de Turismo [Germán Cardoso], mientras que el presidente estuvo entre el público. También está el acuerdo que hicieron José Carlos Cardoso [candidato a la Intendencia por el Partido Nacional] y Aníbal Pereyra [candidato por el FA]: la actitud de los dos y especialmente la de Cardoso, que tiene menos posibilidades que Aníbal de llegar a la Intendencia, es una buena señal. Desde luego ha habido cruces mutuos entre partidos, pero no han aparecido, como en otros casos, los golpes bajos y las referencias a asuntos personales. 

— ¿Cuáles fueron las razones que lo motivaron a volver a presentarse en estas elecciones?

El hecho de que había compañeros y ciudadanos que entendían que yo podía aportar algo todavía. Yo me siento en una deuda muy grande con el departamento de Rocha y con el FA, y entendí que no era adecuado decir que no, que ya era el momento de retirarme, de descansar. Si alguien considera que puedo ser útil… después la ciudadanía resolverá. Estaba obligado a no negarme, en la medida en que pueda llevarlo adelante.

— ¿Por qué siente que tiene una “deuda” con el departamento?

¿Cómo no voy a tener una deuda si me dieron la responsabilidad de ser intendente durante dos períodos? Fue algo que no estaba en mi programa de vida. Me dieron la oportunidad de trabajar por el departamento, de participar de una tarea colectiva. Porque fue, desde luego, una tarea colectiva lo que hicimos en el año 2005 y hasta el año 2015. Eso es un privilegio, uno tiene que quedar agradecido toda la vida de que la ciudadanía ha confiado en ti, o por lo menos eso es lo que yo siento. Yo soy deudor de todos los que confiaron en mí y me votaron y también de los que no me votaron pero luego me apoyaron cuando tomé medidas en el gobierno.

— ¿Cuáles son las medidas más urgentes a tomar en caso de ser electo intendente?

En este momento, como en todo el país, la gente está muy preocupada por el trabajo. Naturalmente: estamos viviendo una crisis mundial, agravada por la pandemia. En Uruguay tenemos una gran vulnerabilidad a las situaciones internacionales, consecuencia de los gobiernos que aplicaron las políticas neoliberales de los años sesenta con el herrerismo y el ruralismo. Después, en los años ochenta y noventa, con Jorge Batlle y [Julio María] Sanguinetti y su teoría de que había que buscar lo más barato. Así fue que terminaron en la apertura total de la economía y terminaron con la industria nacional. Desde el gobierno departamental hay que hacer los esfuerzos posibles para ayudar, pero también hay que tener claro que son muy importantes las políticas que se siguen a nivel nacional para eso. Y ahí discrepamos profundamente con las políticas que ha llevado la coalición de recortar. Si se recorta la obra pública, que es prácticamente la única que se lleva a cabo en períodos de crisis, lo que se logra es generar menos trabajo. Si se recortan salarios, no solo baja la calidad de vida de la gente, sino que también se destruyen puestos de trabajo, el comercio no funciona, las pequeñas industrias que abastecen el mercado interno no funcionan, no es por ese lado que pueda venir la reactivación. 

— Puntualmente ¿Cuál sería la propuesta?

El gobierno departamental debe tratar de volcar todos sus recursos fundamentalmente a obras públicas para generar trabajo, para que empresas locales las puedan encarar. Sobre todo muchísimas obras simples como veredas, alumbrado, cunetas y desagües que hacen falta en todos los pueblos, ciudades y en los barrios menos atendidos.

— ¿Qué opina de la instalación de un hotel cinco estrellas en la costa de Rocha que propuso el candidato del Partido Nacional Alejo Umpiérrez?

El presidente dejó muy en claro que lo que hay es la intención de, en estos días, hacer un llamado a interesados en invertir en ese proyecto. El gobierno está dispuesto a autorizar un casino y esa es la llave. Todos vienen por un casino, no vienen por un hotel. Te dan un hotel en compensación por el permiso de un casino. Lo que hemos adelantado los tres candidatos a la intendencia por el FA es que si eso sucede, si realmente hay interesados que sean serios y que den confianza, vamos a hacer todo desde el gobierno departamental para que se concrete, porque nos parece una buena cosa. Lo que no nos parece correcto es decirle a la gente como una leyenda: “Aquí viene el hotel cinco estrellas” y que esto quede en nada.

— ¿Cuáles son las propuestas que tiene su equipo para impulsar el turismo?

Hay que continuar con las políticas que estábamos llevando adelante de trabajo conjunto con los operadores privados. Nosotros siempre decimos que el gobierno prepara la cancha, promueve el partido, pero los que hacen el gol son los operadores privados. Son los que tienen que convertir esas condiciones en fuentes de ingreso. Hay que promover el turismo interno, ya que el turismo externo lamentablemente va a ser muy difícil que venga. 

Las campañas de promoción que hemos llevado adelante durante estos años han logrado multiplicar por 350% la gente que viene al departamento de Rocha. Si nosotros logramos que en vez de dos meses los operadores privados trabajen cuatro o seis meses sin invertir más, estamos multiplicando los puestos de trabajo. En ese sentido pensamos, especialmente en La Paloma, en donde un centro de convenciones de tamaño mediano, para un máximo de 500 personas, sería una inversión relativamente al alcance de la Intendencia. Es un trabajo que tiene su proceso. Las medidas milagrosas no existen, hay que tener permanencia, trabajar con los interesados, que son los que saben dónde les duele y hacer todo un proceso de desarrollo para obtener resultados.

— ¿Qué opina sobre lo expresado por el candidato a la Intendencia por Cabildo Abierto, Martín Rodríguez, cuando dijo que quería “erradicar el turismo hippie del departamento”?

Que no conoce el turismo de Rocha, no conoce a la gente que viene acá. En Rocha veranea muchísima gente. Y si vienen hippies, está bien. Pero después dijo algo así como “el pichaje”, utilizó un término despectivo y no es así el turismo que viene a Rocha. Como a todos lados, llega gente de vida más o menos irregular. Pero evidentemente él no conoce el turismo de Rocha. No sabe la cantidad de gente que llega de todas partes del país, de otros países y del turismo interno. No conoce. Y si no conoce no puede gobernar.

— ¿Cuál es su opinión sobre el desafuero del senador Guido Manini Ríos?

Sobre el desafuero no puedo ni debo opinar porque no es mi especialidad, no soy abogado. Pero sobre la actitud de Manini Ríos, que juró y perjuró que no iba a refugiarse en los fueros, que él tenía la conciencia limpia y por tanto se iba a presentar frente a la Justicia para que se decidiera sobre él, y que luego fue cuestión de encontrar cualquier pretexto para no hacerlo, pienso que es muy lamentable. Muestra que ese famoso honor de los militares es más de la boca para afuera y para las ceremonias que para la vida.

Ha sido muy lamentable también la actitud de quienes votaron y de quienes están en contra del desafuero, fundamentalmente la coalición. Porque solo están teniendo en cuenta que necesitan los votos del sector de Manini para aprobar el presupuesto y para aprobar medidas que quieren imponer, y entonces transan con alguien que lo que está haciendo es defender a quienes han tenido el peor período de gobierno, el más oprobioso de nuestro país, como fue la dictadura cívico-militar de los años 70. Y esto es imperdonable.

— La semana pasada fue el Día Internacional de la Democracia. Como político y como ciudadano: ¿Cómo ve la democracia en nuestro país?

En nuestro país, felizmente la democracia funciona bien. Desde luego hay algunas señales que nos tienen que hacer poner en alerta. Han aparecido expresiones que eligen la vía democrática y otras de neto corte autoritarista. Tenemos que vigilar y estar en alerta para que esto no avance, para no generarles condiciones para que vuelvan a actuar como actuaron antes para imponer el autoritarismo. Pero es cuestión de estar atentos. Por ahora la democracia funciona muy bien en Uruguay. Se produjo una transición muy fuerte, porque veníamos de una fuerza progresista y de izquierda y pasamos a una de ultraderecha y no sucedió nada. Así tiene que seguir siendo.  

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