La Comisión de Árbitros de la FIFA seleccionó a 27 juezas y 48 asistentes de 42 países para la Copa Mundial Femenina 2019 que se disputará en Francia desde el 7 de junio al 7 de julio. La uruguaya Claudia Umpiérrez irá como árbitra principal y Luciana Mascaraña como árbitra asistente. Ambas ya se encuentran en Francia.

Umpiérrez tiene 35 años y dirigirá su segundo mundial femenino de mayores; había arbitrado en Canadá en 2015. Tiene experiencia a nivel de formativas, ya que estuvo en el mundial sub 17 de Azerbaiyán, en 2012, y en el mundial sub 20 de Francia en 2018. “Este Mundial me encuentra en mi mejor momento, tanto físico como mental, ya que estoy más grande, madura y con más experiencia”, comentó en diálogo con Sala de Redacción.

Con ella viajará Luciana Mascaraña, una de las ocho asistentes de América del Sur. “Es un sueño increíble poder ir a mi segundo mundial de adultas con Luciana, con quien compartimos toda la carrera” explicó. Será un Mundial especial para Umpiérrez, además, porque toda su familia irá a Francia para acompañarla.

Mascaraña tiene 37 años y comenzó con el arbitraje porque le gustaba hacer deportes. En 2005 empezó el curso de árbitros de fútbol y en 2008 ya estaba arbitrando; dos años después recibió el escudo internacional como árbitra asistente. Hoy tiene la posibilidad de estar en su quinta copa del mundo, “lo vivo tranquila, disfrutando cada momento porque la verdad es que no me lo esperaba, estoy con las mismas ganas como si fuera el primero” dijo a Sala de Redacción. La asistente acompañó a Umpiérrez en Azerbaiyán, Canadá y Francia, pero también concurrió a la Copa Mundial Sub 17 de Costa Rica, en 2014.

La terna mundialista la completa la ecuatoriana, Mónica Amboya, con quien Umpiérrez y Mascaraña ya han trabajado en campeonatos sudamericanos y en el Mundial de Francia sub 20 en 2018. El hecho de conocerse hace que se puedan entender mejor dentro de la cancha, comenta Mascaraña.

La designación de los partidos todavía no la saben, pero acotaron que se intenta que no sean equipos sudamericanos. Con respecto a si arbitrar la final sería el mayor premio, Mascaraña dice que sí: “Vivimos cada partido como si fuera la final o como si fuera el último, porque en realidad como nos dicen a nosotras, el primer partido lo hacemos y el próximo hay que ganárselo”. Umpiérrez agregó que “arbitrar la final sería otro gran sueño, vamos a trabajar duro para poder tener la chance”.

En enero y febrero realizaron cursos en Qatar sobre la utilización del videoaritraje (VAR) que se va a implementar en el mundial y que será conducido por árbitros experimentados, la mayoría estuvieron en el mundial de Rusia en 2018. Ambas juezas coinciden en que este elemento es de gran ayuda para los árbitros. “Hace justicia con las cosas que nosotras no podemos apreciar o de repente se nos escapan y por suerte tenemos esa ayuda”, concluyó Mascaraña.

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