Una multitud ansiosa se reúne dentro del Aeropuerto de Carrasco. Entre el barullo, se oye que cantan “si esto no es el pueblo, ¿el pueblo dónde está?”. En medio del mar de gente, la cámara enfoca a una niña que sostiene una guitarra hecha de flores. Es Serena Zitarrosa y está, al igual que tantos otros uruguayos, esperando la llegada del cantautor popular Alfredo Zitarrosa. Es el 17 de marzo de 1984. 

Esa misma muchedumbre se agrupa alrededor del auto en el que viaja Zitarrosa. La bienvenida llega hasta la rambla de Montevideo. En las caras de los fanáticos y en sus cantos se nota la emoción por la llegada. Es una vuelta que carga con significado: Zitarrosa retorna del exilio que lo mantuvo lejos del país desde 1973, cuando empezó la dictadura cívico militar. Pero este no es un documental sobre Zitarrosa. Tampoco es un retrato del Uruguay de los ochenta. Guitarra blanca es, en palabras de su director, Aldo Garay, un retrato parcial sobre Francisco Papico Cibils, poeta, escritor y amigo del cantautor, que se encargó de documentar, en una cámara de VHS, al artista desde 1984 hasta su muerte, en 1989. Si bien Papico apenas sale en escena, es él quien se encargó de documentar todo el material de archivo. 

El proceso 

Garay supo de la existencia del material filmado por Papico cuando lo conoció, a mediados de los años noventa. Pero fue recién tras la muerte de Papico que comenzó a preguntarse qué tipo de película había intentado hacer con su material: “la premisa de este documental es poner el foco en lo que intentó hacer Papico con su retrato de Zitarrosa”, comentó a Sala de Redacción. Garay cultivó una amistad con Papico y hasta formó parte de algunas filmaciones que el poeta le había hecho a Zitarrosa, por lo que llegó a “correr en paralelo” al proceso del material de archivo. 

La pregunta principal que le rondó en la cabeza a Garay al proponerse hacer Guitarra blanca fue cómo narrar el vínculo entre estos dos hombres. Zitarrosa, un reconocido y venerado cantante popular; Papico, un poeta desconocido, que lo filma todo entre las sombras. Conseguir un equilibrio entre ambas figuras de manera que la del músico no opacara al filmador supuso un desafío. “Para encontrar este equilibrio se trabajó desde el montaje”, comentó Garay. En este sentido, sostuvo que en el producto final del documental el equilibrio “está”, porque el espectador “termina hablando de Papico”.

Además del material de archivo, el documental está basado en entrevistas con personas que conocieron a Papico, porque a Garay le interesó conocer las distintas versiones de lo que Papico quiso hacer con su material audiovisual. Al respecto, subrayó el carácter “mítico” del documental de Papico sobre Zitarrosa que fue algo que “le jugó en contra” porque “el estar a la altura de la figura no le permitió profundizar, siempre estuvo bloqueado por su vínculo con Zitarrosa”, explicó. “Esa era un poco la personalidad de Papico, no contaba mucho nada”, acotó. 

De todas maneras, reconoce la significancia del registro del poeta para la historia cultural del país, ya que ofrece “pistas” del pensamiento del cantautor, comprometido con la política. De hecho, las filmaciones recogen diversas presentaciones musicales de Zitarrosa que Garay considera “interesantes” porque en ellas daba a conocer el trasfondo de sus letras.

Los filmadores

Guitarra blanca es el segundo estreno de Garay en 2022. En su trabajo había estado en la gran pantalla con El filmador: un documental basado en el diario fílmico y escrito de José Pedro Díaz, intelectual uruguayo de la generación del 45. Si bien la génesis de Guitarra blanca se gestó antes que El filmador, al comparar el proceso de creación de ambos proyectos Garay encuentra puntos en común.

En cuanto a las historias, dijo que “ambas se emparentan porque fueron dos filmadores que también fueron escritores”, y subrayó el hecho de que son “retratos parciales de la cultura de nuestro país”, a pesar de las distancias en los contextos en los que se inscriben. En este sentido, distinguió un “diálogo cultural y nacional” a partir de los dos documentales. 

Sin embargo, los documentales son distintos en sus técnicas: El filmador es en blanco y negro y en cine mudo, mientras que Guitarra Blanca parte de imágenes en VHS, a color y con sonido directo. Así, señala Garay, se “forma una especie de espejo entre los dos”.

Los procesos fueron distintos a pesar de los puntos en contacto. “Cada vez que empiezo un proyecto lo siento como una ópera prima, porque quedo reseteado y en blanco”, expresó. Sobre esto, señaló que para realizar documentales hace el ejercicio de entender “qué forma tiene que tener la historia, cómo debe ser narrada y qué tipo de estructura narrativa es pertinente”. 

Guitarra blanca fue preestrenada en julio en el DOCMontevideo, la semana del documental que se celebró en distintas salas de la capital. Desde su estreno oficial, el 1 de setiembre, se puede ver en Cinemateca.

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