El SARS-CoV-2 demostró ser un virus extremadamente fuerte que no tiene consideración a la hora de atacar, y su combate ha forzado cambios en el estilo de vida de las personas en todo el mundo. Al igual que en otras partes del mundo, en Uruguay el cierre de gimnasios fue una de las medidas adoptadas por el gobierno para reducir la movilidad y actualmente rige al menos hasta el 16 de mayo.

Lourdes Rapalín, Presidenta de la Cámara Uruguaya de Gimnasios y Afines (CUGA), dijo a Sala de Redacción que la medida le transmite a la población una idea negativa sobre los gimnasios, cuando en realidad cooperan con el bienestar de la salud. Al respecto, agregó que esta situación ha afectado la calidad de vida de quienes concurren habitualmente, ya que son espacios que tienen una infraestructura adecuada para generar el hábito de realizar actividad física de manera permanente. Además, en los gimnasios se socializa y se contribuye a fortalecer una rutina, y personas con diferentes patologías necesitan ser tratadas por un profesional del gimnasio, sostuvo. 

Daniel Zarrillo, médico y Presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina del Deporte, afirmó que desde antes de la era de la covid-19 el ejercicio es un buen aporte para la calidad de vida de los seres humanos y muy efectivo para mejorar la inmunidad. “Las personas físicamente activas tienen mejor inmunidad, mejor capacidad de respuesta involuntaria que las sedentarias y corren menos riesgo”, expresó Zarrillo a Sala de Redacción. Al respecto, aclaró que no es que la persona no pueda contraer el virus, pero la actividad física ayuda a que aumenten las chances de que la infección sea menos riesgosa.

¿Qué está pasando? 

Zarrillo señaló que las consultas por efectos del sedentarismo han aumentado debido a la extensión del teletrabajo y las clases virtuales, ya que muchas personas están frente a una computadora durante buena parte del día. Ello genera dolores articulares, lumbalgias y artrosis, además de un incremento de dolores en la nuca y los hombros, entre otros aspectos. Según pronosticó, en los próximos meses estos problemas podrían ir en aumento, porque una parte importante de la población no sale a la calle por prevención y, por lo tanto, no realiza actividad física. “Calculamos que sobre la primavera va a aumentar el crecimiento de patologías crónicas a causa de la falta de actividad física”, sostuvo Zarrillo. 

Según Zarrillo, ante la situación de los gimnasios cerrados es recomendable seguir con el criterio de las burbujas y personalizarlas para el desarrollo del ejercicio al aire libre, además de no producir aglomeraciones y no tener personas cerca durante el jadeo. Las actividades de fuerza, resistencia o las que se vinculan al rango articular de movilidad no son las ideales para prevenir el contagio, pero han demostrado tener beneficios para la inmunidad y la calidad de vida global, afirmó el especialista.

Con respecto a las personas que no pueden salir de sus casas, aconsejó que practiquen ejercicios de fuerza muscular con trabajos isométricos que sean sencillos, y también que fortalezcan la zona abdominal, lo que debe ir acompañado de estiramientos para prevenir contracturas musculares a causa del sedentarismo. Otras opciones son la caminata, la carrera, o la bicicleta estática. El hecho de no tener el hábito de realizar ejercicio provoca desestimulación, desmotivación y pérdida del interés, lo que hace que sea difícil que se genere esa costumbre, sostuvo el médico.  

¿Y la salud mental? 

Muchas personas acceden a los gimnasios en busca de una mejora estética o para tonificar la musculatura, pero otros lo utilizan como un mecanismo de descarga y catarsis emocional. El psicólogo especializado en deporte Sebastián Cardozo explicó a Sala de Redacción que si un individuo presenta una patología y tiene que dejar de asistir a un gimnasio ello puede ser demasiado frustrante, porque se le corta una herramienta de utilidad. Además, mencionó que está comprobado que gracias a la actividad física se ha eliminado o reducido el consumo de antidepresivos y los individuos se sienten mejor. 

Cardozo explicó que una persona consta de tres dimensiones: una psicológica, una física y otra social. El hecho de que los gimnasios estén cerrados y se dificulte la realización de deporte está cortando el proceso de interacción que el sujeto necesita. “El distanciamiento, la burbuja, la prohibición de los espacios cerrados contempla una esfera de ese concepto de salud y es solo el área física. Evitamos el contagio a partir del distanciamiento físico, pero dejamos de lado el aspecto social y emocional. Es caro el precio de esta medida de cerrar gimnasios”, expresó.

Rapalín, que también es diputada suplente por el Partido Nacional, informó que Presidencia de la República notificó la aprobación de un nuevo protocolo de gimnasios presentado por CUGA, más allá de que la actividad en esos espacios sigue supendida. “Es un buen mensaje y es una luz esperanzadora”, afirmó. Al mismo tiempo, la gremial promoverá un proyecto de ley para que los gimnasios sean considerados un rubro esencial, teniendo en cuenta las normas de funcionamiento y su habilitación, que será presentado en mayo. “Tenemos que trabajar la vida como el bien más preciado, hay que apuntar siempre a eso. Y si tener salud te da vida, y la actividad física te da salud, no podemos decirle que no a un proyecto de esencialidad donde generemos políticas de comunicación”, expresó la presidenta de la CUGA.

FacebookTwitter