“En situaciones como estas es necesario poner un freno y repensar cómo abordar los miedos, angustias y otras emociones”, explicó a Sala de Redacción Carol Cutinella, psicóloga especializada en envejecimiento.

Los ministerios de Desarrollo Social (Mides) y de Salud Pública (MSP) elaboraron una serie de recomendaciones para centros de larga estadía de adultos mayores, en el marco de la emergencia sanitaria por covid-19. En Uruguay existen 1.200 residenciales de ancianos; cada uno de ellos debe cumplir con el protocolo establecido y dependerá del director técnico agregar o no nuevas medidas.

Uno de los puntos en los que hizo énfasis el MSP es la importancia del distanciamiento social que deben tomar las personas mayores de 65 años, ya que, en caso de contraer el virus, su salud pueden sufrir complicaciones mayores.

Las recomendaciones del Mides y el MSP aconsejan que los visitantes y familiares de las personas que viven en residenciales “no acudan a los centros en caso de presentar síntomas sospechosos de infección respiratoria como fiebre, tos seca, dolor de garganta, dificultad respiratoria y malestar general”. En caso de concurrir a una visita, la persona debe seguir estrictamente lo que indique el establecimiento.

Desde adentro

Carol Cutinella se especializa en psicogerontología y forma parte del directorio del residencial Senescentis. Desde el primer día están trabajando con un protocolo que elaboró el director técnico en base a las recomendaciones de los ministerios y también contaron con el apoyo de la Intendencia de Canelones, departamento donde se ubica el residencial. Este centro no acepta ninguna visita. Los talleristas han suspendido las actividades y solo van los proveedores, con quienes el contacto “se hace a cierta distancia del portón” y “se higieniza toda la mercadería que ingresa con alcohol en gel o eucaliptado e hipoclorito, depende de lo que ingrese”, aclaró Cutinella.

Por su parte, la encargada de la residencial Veramar, Alejandra Valentín, dijo a Sala de Redacción que su protocolo es estricto. Al igual que en Senescentis, prohibió el ingreso de toda persona y los únicos que están en contacto con los residentes son los funcionarios. “Preferimos tomar esta medida. Se charló con los familiares y entendieron perfectamente, es muy difícil que el adulto mayor respete las distancias, que los visite un hijo y no lo pueda abrazar ni besar”, señaló. 

En Senescentis se alojan 14 personas mayores y cinco funcionarios, mientras que en Veramar son diez los adultos mayores y siete funcionarios a su disposición. En ambos, la atención es personalizada.

El distanciamiento no debe suponer aislamiento, por lo tanto, se deben buscar otras formas de comunicación con los familiares o allegados del adulto mayor, como llamadas telefónicas y videollamadas, para que no sufran ansiedad, estrés o angustia. Según Cutinella, algunos adultos mayores han pasado por este tipo de situaciones. “Han querido salir del residencial o tienen la necesidad inmediata de que vengan a visitarlos. Al estar formada en psicogerontología, charlo con ellos para poder trabajar esa ansiedad desde diferentes enfoques y maneras terapéuticas”, explicó.

Es necesario que las personas mayores estén informadas sobre la situación de emergencia sanitaria. “Nuestros usuarios conocen acerca del coronavirus, no ocultamos información. Por el contrario, cuestionamos juntos el porqué de estas situaciones, por qué afecta de una manera u otra a la sociedad, a uno mismo, al que tengo al lado”, sostuvo la psicóloga.

“Entienden el tema, miran el informativo y discuten entre ellos, quizás de esta forma toleren la no visita de sus familiares. Les explicamos que más allá de cuidarlos a ellos, también cuidamos a los demás, es un ida y vuelta”, comentó la encargada de Veramar.

El MSP advirtió que las próximas semanas serán cruciales. Valentín dijo que desde el inicio hizo lo máximo que se podía hacer: “Más allá que de la puerta para afuera el contagio aumente, no hay manera de restringir nada más, seguiremos cuidando la higiene de los residentes y el personal como medidas de prevención”. Además “las habitaciones son individuales en su mayoría, el aislamiento ayuda para prevenir cualquier cosa”, agregó.

Cutinella confirmó que en caso de que se tuviera sospecha de sintomatología del virus en algún adulto mayor, el residencial posee un sitio de aislamiento y permanecerá allí con los mismos cuidados de los demás residentes. “Seguiremos acompañando a los mayores, aportando lo mejor para pasar esta etapa de la historia de la humanidad lo mejor posible, con los pies en la tierra”, concluyó.

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