La ocupación comenzó esta mañana, pero los representantes del gremio estudiantil del liceo Zorrilla se vieron obligados a abandonar las instalaciones luego de que llegaran las fuerzas policiales con una orden de desalojo. Según los estudiantes presentes, el reclamo, que se suma a los ya manifestados en mayo del año pasado, es por problemas en la infraestructura edilicia y falta de seguridad producida por fallas de las instalaciones eléctricas y las medidas de evacuación en caso de incendio.
La ocupación había comenzado a las 7.30 de la mañana y luego del mediodía fue que llegaron los efectivos policiales en dos camiones blindados de la Guardia Republicana para llevar a cabo la orden de desalojo. En ese momento los estudiantes leyeron su proclama y se retiraron hacia la Agremiación Federal de Funcionarios de la Universidad de la República (AFFUR) para realizar una asamblea.
En conversación con Sala de Redacción, Felipe Zarazola, estudiante del liceo, manifestó que el diálogo con la Policía no fue bueno y ante el cuestionamiento de cuál era el protocolo de desocupación, la respuesta fue que si no se iban voluntariamente, lo “harían a la fuerza”, lo que “nos da a entender que no hay un protocolo, que cada policía hace lo que quiere. Otra de las preocupaciones es que obligaron a los medios a cruzar a la vereda de enfrente, que es algo que no se había pedido en ninguna ocupación. Lo que se quiere es ocultar la lucha, tratar que los medios no estén ahí y no puedan ver bien lo que está sucediendo”.
Los reiterados cortes de luz en el liceo fueron los que desencadenaron la ocupación. El lunes 28 y martes 29 se dio un corte general que obligó a suspender las clases de varios turnos, y los estudiantes reclaman inspecciones de rutina de las condiciones de la electricidad y de la infraestructura en general para evitar riesgos de incendio. “La llave que dio problemas en el liceo estaba desde hace 75 años”, explicó Zarazola.
A raíz de esto, demandan un protocolo de evacuación en caso de algún accidente. Actualmente el liceo cuenta con una boca de incendio que no tiene manguera y la puerta principal del edificio abre hacia adentro, lo que impediría un correcto desalojo si hay aglomeraciones para abandonar el edificio. Además, no cuenta con las luces de emergencia correspondientes. “Estas son varias preocupaciones que tenemos, otra es el pensamiento que tienen en la ANEP y la Dirección General de Educación Secundaria, que es no prevenir que el liceo tenga alguna problemática. Esto pone en riesgo a los estudiantes porque no previenen, no inspeccionan, no revisan. Entonces cuando pasa un problema, si tenemos la suerte de que no sea un problema grave, lo patean para adelante”, explicó Zarazola, y agregó que todo esto repercute en la pérdida de clases.
El pedido del gremio es que se forme una mesa de negociación con la Dirección General o con los cinco consejeros del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP. Hasta el momento no han obtenido respuesta y la única autoridad que se acercó a dialogar con los jóvenes fue Julián Mazzoni, representante de los docentes en el Codicen, quien, según Zarazola, “al ser un solo consejero él no puede prometernos nada, no puede decidir nada”.