Desde filas docentes se puso sobre la mesa la situación compleja que la Udelar enfrenta, ya que la matrícula estudiantil continúa aumentando, pero no así la cantidad de profesores. Mauricio Olivera, docente de la Facultad de Información y Comunicación, contó a Sala de Redacción que en algunos cursos de los que es responsable pasaron de tener una asistencia de entre 85 y 170 estudiantes a tener “picos” de 300 estudiantes, lo que “complica la modalidad” y limita las posibilidades. Los estudiantes deben ser conscientes de este “desfasaje”, apuntó, porque son cuestiones que los afectan directamente y que implican un problema “importante” para el sistema educativo terciario.
Para el senador cabildante Guillermo Domenech, “Uruguay tiene enormes necesidades en materia de vivienda, salud y educación”, y en ocasiones “no se puede cumplir en un solo campo con todas las expectativas”. En diálogo con Sala de Redacción agregó que “se puede ser más o menos generoso”, pero en el campo de lo público “es muy difícil, diría que imposible”, cumplir con el 100% de las expectativas presupuestales. A su vez, consideró que la educación se ha “transformado en un campo de disputa política” y que la Universidad debería “modernizarse” en la oferta educativa, ya que existe una enorme cantidad de profesionales que luego de recibirse “no consiguen trabajo”, lo que genera un sentimiento de “frustración absolutamente negativo” por ejemplo en abogados, escribanos y contadores. Para el cabildante, la principal carencia del sistema educativo uruguayo está en que no se le presta “atención” al mercado de trabajo local, y es un mercado cuyas necesidades “tenemos que cubrir”, afirmó.
Por su parte, el senador del Frente Amplio, José Carlos Mahía, sostuvo a SdR que no se logra una “continuidad en los proyectos educativos”. Esto es clave para el frenteamplista, ya que Uruguay no logra “sostener grandes líneas que traspasen gobiernos”, y eso frena el “desarrollo” a nivel educativo y profesional. Mahía consideró que “existe mucha ignorancia” en el espectro político sobre cómo funciona la Universidad, y a su vez dijo que la Udelar “se cierra mucho en sí misma”, lo que dificulta el “vínculo institucional con el sistema político”. Sin embargo, para Domenech es “al contrario”. Según el cabildante, el país ha tenido avances bajo distintos gobiernos y la Udelar está vinculada a temas “que nos podrían catapultar a un futuro de mayor prosperidad”, a partir de la investigación y la generación de conocimiento.
La pandemia y después
En 2020, el virus SARS-CoV-2 llevó al confinamiento de las sociedades. Si bien Uruguay se destacó por el manejo de la pandemia, el agradecimiento se lo llevó en gran medida un grupo de científicos formados en la Udelar que trabajaron de forma honoraria para asesorar al gobierno en todas las áreas de atención y comprensión del fenómeno.
Aún con la pandemia en curso, en 2021 la Universidad continuó avanzando en las etapas finales de proyectos de alto impacto: la nueva sede de la Facultad de Veterinaria, además de inauguraciones en las sedes de Maldonado y Paysandú. El presupuesto que obtuvo la Udelar en 2021 le permitió concretar nuevas carreras en el Interior -como la Licenciatura en Economía Agrícola y Gestión de Agronegocios y las tecnicaturas en Sistemas Integrados de Producción Agropecuaria y Producción Equina-, además de fortalecer carreras ya existentes como la de Ingeniería Forestal y la Licenciatura en Gestión Ambiental.
En tanto, evitar el desfasaje entre cantidad de estudiantes y docentes es un objetivo que la Universidad intenta paliar. Según la rendición de cuentas de la Udelar de este año, se trata de un problema “grave” que impacta en la “calidad de la enseñanza”, implica deserción estudiantil a temprana edad y una numerosidad en años iniciales. En 2021 el Poder Ejecutivo otorgó fondos para atender esta problemática, aunque sólo se logró amortiguar la situación. La historia este año se repitió y ante la solicitud de $1.338.166.667 para 2024, sólo se pudo obtener $240 millones.
Estela Castillo, prorrectora de la Comisión Sectorial de Enseñanza, dijo a SdR que esto repercute sobre “la calidad de la enseñanza que quisiéramos dar”, debido a que el alcance presupuestal continúa a la baja mientras aumenta la matrícula estudiantil con “el mismo número de docentes”. Una mayor cantidad de alumnos implica una mayor “diversidad social” que ingresa a la institución. Esto hace que al estudiante se lo deba abordar con “otro tipo de atención”, ya sea en el seguimiento de su trayectoria o en el otorgamiento de una beca, porque la Universidad también “busca tener un sistema de becas para atender a esos estudiantes más vulnerables”, sostuvo.
Posturas y reasignaciones
Desde 2019, la denuncia sobre los bajos salarios docentes se encuentra en la mesa de las discusiones gremiales. Quien se encarga de divulgar los datos presupuestales y estadísticos de la Universidad es la Dirección General de Planeamiento (DGP), que comparó los salarios docentes en las universidades públicas de la región. El resultado: los salarios docentes de la Udelar son los más bajos desde 2019.
En este sentido, Mahía sostuvo que desde el punto de vista presupuestal, la educación uruguaya ha sufrido pérdidas millonarias: si se toma en cuenta el porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) asignado, ha caído hasta lo logrado durante el primer gobierno del Frente Amplio (2005-2010), lo cual deja en evidencia “la dimensión del retroceso”.
La Asociación de Docentes de la Udelar (Adur) entendió que, frente a un panorama de cero asignación presupuestal en la rendición de cuentas originalmente presentada por el Poder Ejecutivo, lo logrado fue positivo. Sin embargo, lo que otorga es un 6% del total solicitado, señal que para el secretario general de Adur, Agustín Cano, es “absolutamente insuficiente”.
Dentro de las necesidades en términos de salario docente, la prioridad hoy es un sector clave: los grados iniciales -docentes G°1 y G°2-, en los que la situación de “precariedad” es más grande, asegura Cano. Por otra parte, el Régimen de Dedicación Total, creado por la Universidad para promover la producción de conocimiento altamente especializado, es un instrumento que asegura salarios acordes y un alto compromiso con la institución, pero por falta de recursos tendrá un desfinanciamiento programado para 2024. Cano reclama una solución también para la apertura de llamados, ya que el nuevo estatuto del personal docente de la Udelar pone topes para los G°1 y G°2 en la cantidad de años que pueden ejercer sin ascender de grado, pero si no se abren concursos, podrían quedarse sin trabajo, algo que difícilmente ocurra si no hay presupuesto para la creación de cargos.
En este sentido, la prorrectora expresó que la institución tiene “un alto porcentaje de docentes con gran compromiso institucional”. Muchos de ellos fueron en su momento estudiantes de la Udelar y eso genera que las personas “se involucren mucho más”, además de brindar la posibilidad de que los alumnos lo sientan “como su casa”, pero es difícil arriesgar hasta cuándo la gente va a “resistir” en base a ese compromiso.
Esto está vinculado estrechamente con el fenómeno de fuga de cerebros que generalmente recae en la gente “más joven”. Irse de la universidad y buscar otros trabajos es una posibilidad pues, depende de la carrera, “pueden tener buena inserción en otros lados”. Rafael Radi, ex integrante del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), en una entrevista con el diario El País, manifestó preocupación sobre el fenómeno. Según el académico, hay jóvenes que desean dedicarse a la ciencia en el país y, “si no los retenemos, se van a ir”. En esa línea, el experto contó que tenemos investigadores uruguayos formados en las mejores universidades del mundo y la Udelar no cuenta con atractivos suficientes para convencerlos de volver al país.
No obstante, Castillo afirmó que “la virtualidad no es la solución al problema de la enseñanza”, y esa no es sólo la postura de la Udelar, sino que existen diversas investigaciones de universidades con trayectoria que reflejan que “el abandono de los estudiantes que hacen carreras completamente virtuales es mayor”. Entonces, decir que la virtualidad “garantiza la culminación de los estudios, no es así”, y está demostrado que, por lo tanto, la solución es algo “híbrido, combinado”.