Se consideran prematuros a aquellos bebés que nacen antes de las 37 semanas de gestación. Según cifras de la Fundación Álvarez Caldeyro-Barcia, nacen 4.500 niños prematuros al año en el país. En el Centro Hospitalario Pereira Rossell nacen alrededor de tres prematuros por día y un prematuro extremo -menor a las 28 semanas y con menos de un kilo- nace cada cinco días. 

En diálogo con Sala de Redacción, el doctor Daniel Borbonet, director del servicio de neonatología del centro de salud, explicó que “hay un aumento de la prematurez que es bienvenido, porque disminuye los óbitos fetales”. En el Pereira Rossell el porcentaje de nacimientos anticipados en la primera mitad del 2022 fue de 11,3%. 

Durante la pandemia hubo una leve tendencia al aumento de nacimientos prematuros, que alcanzaron hasta el 13% en el Pereira Rossell en el primer semestre de 2021. Ese aumento se dio por situaciones propias del período pandémico, que en poblaciones más vulnerables “tuvo repercusión en la gestación y tuvimos mayor restricción de crecimiento intrauterino y mayor prematurez”, aseguró Borbonet. 

Tras la pandemia, el porcentaje disminuyó, pero continúa por encima del nivel anterior. Esto se debe a que actualmente “hay un componente de la prematurez que en el mundo va en aumento y en nuestro país también, porque permite sacar prematuros, a veces extremos, a la vida extrauterina porque sino se mueren dentro del útero”, explicó el doctor.

La prematurez tiene múltiples causas. Una de ellas es por patología materna, como hipertensión arterial, infecciones o diabetes. También aparecen complicaciones propias del embarazo, como el desprendimiento de la placenta y la ruptura prematura de membranas. En algunos casos se puede dar por problemas congénitos del feto, muchas veces por la gestación múltiple, pero también “hay hasta causas genéticas, que hacen que generaciones de familias tengan niños prematuros a pesar de tener un excelente control”.

Durante el embarazo, las madres deben llevar un control constante que les servirá para detectar alguna situación que se esté llevando a cabo fuera de lo normal e intervenir si es necesario. Un embarazo controlado puede prevenir un parto prematuro. Aún así, como aseguró Borbonet, “la prematurez transversaliza muchas áreas: salud, medio ambiente, lo que tiene que ver con su domicilio, su núcleo familiar, condiciones laborales, descanso”,  y no solamente “el control biológico de tomar la presión arterial, de ver si la glicemia está normal o no”.

Las secuelas de la prematurez son varias y cuanto más inmaduro sea el bebé, más graves serán. Borbonet afirmó que “los indicadores de CTI deben continuarse en las policlínicas de seguimientos de prematuros hasta por lo menos en los primeros dos años de vida, porque no solamente es que sobrevivan, sino saber qué tipo de morbilidad pueden llegar a tener”.

El cuidado de la familia antes, durante y después del embarazo es fundamental. En primer lugar, el embarazo debe ser programado, controlado y posteriormente llevar los cuidados necesarios cuando el niño se encuentre en el centro de salud y en su domicilio. “La familia debe ser parte del equipo tratante”, finalizó Borbonet.

FacebookTwitter