El proceso de renovación que implicó la mudanza del Mercado Modelo a la Unidad Agroalimentaria de Montevideo (UAM) propició el desarrollo de políticas de impacto y estudio social; una de ellas es la posibilidad que la UAM ofrece a su comunidad de cursar la educación primaria. Las clases se imparten los días lunes y miércoles; los estudiantes asisten por un año para recibir herramientas para que, cuando se sientan capaces, den la prueba que les acredita tener sexto año de escuela terminado.

La mudanza se concretó en febrero de 2021, cuando el antiguo Mercado Modelo terminó su operativa y para instalarse en el predio delimitado por la Ruta 5, Camino Luis Eduardo Pérez, Camino La Higuerita y el Arroyo Pantanoso. En ese proceso se había comenzado a trabajar antes, para conocer aspectos socioeconómicos de la comunidad del mercado, como por ejemplo el nivel de formalización de los trabajadores, dónde vivían, qué líneas de ómnibus necesitarían para llegar a la UAM. Un dato importante que surgió de la investigación fue el nivel de escolarización de los trabajadores: “Hicimos un relevamiento en 2019 que nos arrojó que el 10% -cerca de 1.200- de los trabajadores de carga y descarga, no sabía leer o escribir, ya sea porque abandonaron la escuela muy tempranamente o por desuso”, explicó a Sala de Redacción Virginia Oromí, encargada del área de gestión social de la UAM.

Al saber acerca de esta realidad, se generó el contacto con la  Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), que hizo un llamado de horas docentes para el Mercado Modelo y en marzo de 2020 iniciaron las clases; en 2022 las horas docentes fueron reducidas de diez a cinco, comentó Oromí.

Más allá de la UAM

“Es un espacio que ayuda a la capacitación y a la convivencia, a que se encuentren en otro espacio fuera de la plaza laboral; se busca colaborar en el ejercicio amplio y pleno de la ciudadanía”, explicó Oromí. La apuesta a la convivencia -puertas adentro de la UAM y de la UAM con su entorno- es clave en este proyecto, que está inserto en el plan de relacionamiento de la Unidad para ampliar la oferta educativa a vecinos y vecinas de la zona.

La UAM se ubica casi en el límite entre el municipio A y G del oeste de Montevideo. Según la caracterización socioeconómica de 2016 que hizo el Observatorio Social de Programas e Indicadores de la Dirección Nacional de Evaluación y Monitoreo del Ministerio de Desarrollo Social, ambos municipios poseen altos porcentajes de personas mayores de 22 años con un nivel educativo bajo, es decir, con menos de 9 años de educación: 44,1% en el municipio G y más de 50% en el A.

Este año se sumaron a la iniciativa cinco alumnos, entre los que hay trabajadores de carga y descarga, vecinos y trabajadores del Plan ABC de la Intendencia de Montevideo que actualmente cumplen jornales en la UAM; a estos últimos se les impulsa a continuar con la educación luego de terminadas sus labores dentro del plan.

Lograr el enganche

En 2021 alrededor de cinco personas dieron la prueba. La heterogeneidad y las realidades de quienes se educan en la UAM hacen que la permanencia en el programa no sea fácil, por lo que cada alumno que rinde la prueba de acreditación es considerado una victoria para el equipo detrás. Oromí acotó que “es difícil el proceso de conformación de los grupos, son personas que salen de su casa para trabajar a las dos de la mañana, por lo que, lograr que tengan la consistencia de venir a las diez a sentarse en un encuadre formal de salón de clase, no es sencillo”.

Para Esther Bello, docente encargada del programa, es todo un desafío. “No trabajo enseñándoles a leer y escribir como a niños, hay que ser sumamente cuidadoso en que esta población no se ofenda o se sienta herida; tienen que sentirse contenidos por el maestro”, valoró Bello. “Se busca fortalecer los grupos de clases y que el enganche sea entre todos, pero son muy variados, por lo que es necesaria la atención individual”, agregó. En este sentido, la maestra expresó que trabaja con distintos grados de conocimiento al momento de enseñar: “Arranco con cada alumno desde distintos puntos de partida, de repente uno sabe leer los carteles de la calle y arrancamos por ahí; con otro que ya sepa leer, según los temas que le interesen le traigo un texto sobre algo que le importe”, comentó.

Parte de un plan
La invitación a finalizar la escuela forma parte de un marco de políticas sociales de la UAM. “Impulsamos mucho la formalización, capacitación y la reconversión laboral”, recalcó Oromí, y explicó que se han impartido cursos de capacitación enfocados en la profesionalización del trabajo dentro de la UAM; como de manejo de autoelevadores o de logística básica. Asimismo, Oromí adelantó que se trabaja en programar algo en conjunto con la UTU.

FacebookTwitter