Byzen: 1811 es un videojuego creado por uruguayos bajo la desarrolladora independiente EG-Games, fundada en 2010 en Paysandú por Emiliano Galmarini y Mariano Silvestre. Se trata de un videojuego de estrategia, en el que el jugador encarna a un habitante de la Banda Oriental llamado Ignacio quien, a través de su diario, escribe sobre los problemas que caen sobre su tierra a causa del control del Imperio Español. A causa de eso, decide unirse a la revolución de 1811 junto a otros personajes, lo que desencadena el inicio de la historia.
En el juego se deben gestionar distintos aspectos como la edificación de construcciones, la recolección de recursos, el comercio, y el ataque y la defensa en combate frente a los enemigos. Existen cuatro facciones en el juego: el Imperio Español, el Imperio Portugués, los revolucionarios orientales y los indios charrúas, cada una de ellas con sus diferencias y particularidades a la hora de jugar. El juego salió en 2016, luego de “un camino largo” tal como definió Emiliano Galmarini los cinco años que llevó su desarrollo.
Galmarini comentó a Sala de Redacción que la idea surgió mientras cursaba Informática en el Instituto Tecnológico Superior (ITS) de Paysandú. Estaba en busca de una idea para presentar en la Feria Nacional de Clubes de Ciencia de 2011 y Bruno Rodríguez, un docente del ITS, le sugirió que “pensara en el bicentenario” del inicio de la revolución en la Banda Oriental, que fue en 1811. A partir de ahí, junto a un par de compañeros, Galmarini vio que mucha gente utilizaba los juegos de estrategia históricos para aprender, y decidió replicarlo con un juego ambientado en esa época.
En un principio, no pensaban desarrollar un juego completo, solo crear una pequeña demo para presentar en la feria de 2011, pero luego de obtener el segundo puesto decidieron armar un equipo “en serio” para presentar un proyecto más completo en la edición de 2012. En esa ocasión ganaron y clasificaron a la Feria Mundial de Ciencias en Estados Unidos. “La versión del juego que está publicada en internet no es lo que yo quería publicar, el proceso fue hacha y tiza hasta que llegamos a ese resultado final y después no he tenido tiempo de arreglarlo”, aclaró Galmarini, con una dosis de autocrítica.
Sobre los apoyos que recibió el desarrollo, Galmarini afirmó que estuvo por venderle el juego, en 60 mil dólares, al Plan Ceibal para que estuviera disponible en todas las ceibalitas, pero que nunca se concretó. “Fueron cuatro años que estuve en la vuelta con esa promesa y me dejaron sin presupuesto que podría haber usado para terminar el juego como se debía y dárselo a los estudiantes para que pudieran usarlo para aprender”, lamentó. Opinó, además, que “el sistema político uruguayo considera que jugar o desarrollar videojuegos es de nerd y que no existe un mercado grande, cosa que no es así”.
Byzen: 1811 obtuvo varios reconocimientos. Galmarini cuenta que en 2013, cuando se conmemoraron 200 años de las Instrucciones del año Xlll, la Comisión del Bicentenario y el historiador Gerardo Caetano aprobaron los contenidos de su juego “y les encantaba el guion”. Además fue reconocido en Indiedb, el portal de videojuegos independientes más grande del mundo, donde hasta el día de hoy se puede descargar de forma gratuita. En 2014 y 2015, fue seleccionado como mejor juego en desarrollo de “Real Time Strategy” (RTS), es decir, estrategia en tiempo real y en 2019 y 2020 quedó entre los 100 mejores RTS publicados de la historia dentro de esa plataforma.
Hoy en día, Galmarini es docente de informática en Paysandú, está cursando magisterio y en las últimas elecciones fue candidato a diputado por el Partido Nacional. No quiso dedicarse del todo a los videojuegos porque cree que “se tienen que hacer divirtiéndose, ya cuando empezás con un proyecto estable y creás una relación con la empresa que te publica la cosa cambia, se vuelve más industrial”. Además agregó que “no quiero tener que mudarme a Montevideo para trabajar de esto” y que prefiere continuar haciendo videojuegos como hobby.
Un éxito impensado
En Uruguay existe una industria del videojuego bastante fuerte, que ha crecido en los últimos años. Hoy en día, la industria del software, en la que se incluye a los videojuegos, representa 3,5% del Producto Interno Bruto de Uruguay y la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información se plantea que para el 2025 llegue a ser de 5%.
Este desarrollo está en sintonía con lo que ocurre a nivel mundial: en 2020 la industria de los videojuegos generó más dinero que los deportes y el cine juntos, lo que representa una cifra de 178 billones de dólares. Este escenario se vio favorecido por el contexto de pandemia en el que estas dos industrias tuvieron que detenerse, mientras que la de los videojuegos continuó funcionando con algunas limitaciones. El economista Germán Deagosto comentó a Sala de Redacción que “si bien la pandemia contribuyó en gran medida al despegue, la industria de los videojuegos viene experimentando un auge” en el último tiempo, y que “esta tendencia se mantendría en los próximos años”.
La estimación para 2021 elaborada de la consultora especializada Newzoo pronostica que el mercado global de juegos generará ingresos de 175,8 mil millones de dólares, una ligera disminución interanual de -1,1% con respecto a 2020. Hoy en día hay cerca de 2,9 billones de personas que juegan videojuegos en el mundo, lo que representa más de un cuarto de la población mundial.
En Uruguay operan más de veinte empresas y cerca de diez equipos independientes relacionados a este rubro, nucleados bajo la Cámara Uruguaya de Desarrollo de Videojuegos. Algunas han obtenido casos de éxito mundial, como Ironhide con su saga Kingdom Rush, cuya primera entrega supera las 10 millones de descargas en la Google Play Store. Los juegos se sitúan en un ambiente de fantasía medieval en el que el jugador debe construir torres para defenderse de sucesivas oleadas de enemigos. Hoy en día, esta empresa emplea a cerca de 60 personas, lo que se considera un tamaño considerable dentro de la industria.
Según datos del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) solo 10% de estas empresas tienen más de 20 empleados, mientras que 40% tiene entre cinco y nueve y el otro 40% tiene menos de cinco. Por otro lado, 50% de los trabajadores del sector tiene entre 26 y 35 años.
Cabe destacar que gran parte de las desarrolladoras en Uruguay se centran en juegos para dispositivos móviles, que eventualmente trasladan a PC o consolas, si tienen éxito. Además, según un informe de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto 80% de la producción es destinada al exterior.
Pomelo Games es otro caso de éxito, con su juego “Once Upon a Tower” que tiene más de 5 millones de descargas y “Dinosaurs Are People Too” que tiene más de 1 millón. También está el caso de Ethermax, la creadora del popular juego Preguntados, que es de origen argentino, pero desde el 2018 tiene una sede instalada en Uruguay.
Deagosto atribuye que Uruguay sea un terreno tan fértil para el desarrollo de esta industria a tres razones. En primer lugar, mencionó que “el desarrollo del sector se recostó sobre múltiples instrumentos y herramientas de apoyo de diversas instituciones, por ejemplo, la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, el Ministerio de Educación y Cultura, el MIEM y Uruguay XXI”. En ese sentido, “Uruguay ocupa un lugar privilegiado a nivel regional en lo que hace a las herramientas gubernamentales de apoyo”, valoró. En segundo lugar, señaló que Uruguay “cuenta con una oferta educativa variada y que se ajusta a distintas realidades económicas; por un lado, hay dos carreras terciarias, una pública y una privada: la Licenciatura de Medios Audiovisuales dentro de Bellas Artes y la carrera en la ORT, que es la más conocida y la que está desde hace más tiempo”, evaluó. En tercer lugar, aludió a “una comunidad pujante asentada en la cooperación y colaboración”, que potencia la fortaleza que significa contar con apoyo gubernamental y el desarrollo de espacios educativos.