Bruno Cetraro tiene 23 años y nació en Montevideo. Tokio 2020 fue su primera participación en Juegos Olímpicos tras haber ganado, en marzo, el preolímpico de Río de Janeiro. “Fue algo increíble, no lo podíamos creer, sabíamos que lo podíamos lograr en los últimos quinientos metros, aunque no éramos favoritos”, expresó en diálogo con Sala de Redacción.
El montevideano tiene el récord de ser el deportista que obtuvo más oros sudamericanos en la historia del remo uruguayo, con un total de seis. Fue designado por el Comité Olímpico Uruguayo como el mejor deportista uruguayo en dos oportunidades (2014-2015) y (2018-2019) y obtuvo el premio Charrúa de Oro, en 2019. Actualmente tiene el récord nacional en la categoría peso ligero sobre la distancia 2000 metros.
–¿Cómo fueron tus inicios en el remo?
-Fue por mi padre. Él estaba mirando los juegos de Pekín 2008, en los que que participó el remero uruguayo Rodolfo Collazo. Le gusto mucho la disciplina y me preguntó si quería probar. Me encantaba el fútbol, estaba terminando el baby fútbol. Fui a probarme al Montevideo Rowing Club en el 2008, al principio no estaba muy decidido, pero después le agarré el gustito. Es una filosofía de vida, es un deporte muy sacrificado. Gracias al remo pude conocer el interior del país, iba a competir a Mercedes y a Colonia. Hoy sin dudas pienso que tomé la mejor decisión.
–¿Qué significó para vos no quedar entre los participantes uruguayos seleccionados para el Preolímpico rumbo a Río 2016?
-Fue un golpe duro, pero es parte de la vida del deportista, vas a perder más veces de las que te va a tocar ganar. Yo me había preparado mucho, en varios meses de entrenamiento, pero me tomé un tiempo para otras cosas. Estuve tres meses alejado de todo lo vinculado al remo, sobre todo porque me afectó en lo emocional. Preferí parar para regresar con nuevos objetivos y comenzar la preparación para poder estar en los siguientes torneos.
–¿Cómo se conocieron y formaron equipo con Felipe Kluver?
-Nos conocíamos de algunas regatas en las que nos habíamos enfrentado, pero nada más. Cuando llegamos a la selección, se realizaron las pruebas de los botes, en singles, en duplas, y fuimos los que mejores resultados obtuvimos y de ahí se formó el equipo. Llegamos a los Juegos Olímpicos con un año y medio trabajando juntos, contra duplas que llevaban muchos años, pero nos entendemos muy bien, somos como hermanos.
–¿Cómo fue la preparación para los Juegos Olímpicos?
-En abril viajamos a México y España para tener una mejor preparación, ayuda mucho probar el bote en diferentes corrientes y también nos sirvió para adaptarnos a otros climas. Nosotros entrenamos todos los días, sin importar el clima, hacemos 20 kilómetros en bici, luego remamos dos o tres horas y por la tarde realizamos tareas de gimnasio.
–Como equipo, ¿cuáles eran sus expectativas para esta competencia?
-Nuestra idea era ir regata a regata, no éramos muy conocidos, entonces no teníamos presión, nuestro primer objetivo era estar entre los 12 primeros. Claro que uno cuando está en el baile, ¡quiere bailar! Y nuestro sueño era quedarnos con el diploma olímpico o alguna medalla. A medida que fue pasando la competencia, fuimos agarrando confianza y viendo que podíamos llegar lejos.
–¿Tenían una técnica especial para la competencia?
–Cada uno adapta su manera de competir, dependiendo del bote. Con Felipe siempre tratamos de comenzar la regata con un ritmo que nos permite ir regulando y en los últimos quinientos metros, que es donde los demás ya tienen un desgaste físico y psicológico, sacamos nuestro máximo potencial. Es una técnica que nos ha funcionado mucho y nos permitió meternos en la final.
– ¿Qué experiencias y enseñanzas te dejó esta participación?
–La experiencia de estar en ese torneo gigante, cumplir nuestro sueño con gente que quizás uno admiraba y ahora está compitiendo y los tiene como rivales. Como enseñanzas muchas cosas que se hicieron bien, estar al máximo nivel y tomar muchos ejemplos de cosas para mejorar para el futuro y prepararnos para París 2024.
–¿Con este logro, creés que el remo se potenciará y recibirá mayor apoyo para el futuro?
-Sin dudas. El remo viene creciendo mucho desde hace varios años, pero este logro nos va a ayudar mucho. Sobre todo para no tener que preocuparnos por los lugares para entrenar y los sponsors para las competencias, que muchas veces son un problema para las disciplinas no tan conocidas. La Federación Uruguaya de Remo viene siendo un ejemplo para otros deportes. Apuntamos a que este logro sea una motivación para las nuevas generaciones y que el remo uruguayo siga creciendo como hasta ahora.
–¿Cuáles son tus expectativas para el futuro?
-Seguir estando en la selección es una de mis grandes metas. Nuestro gran objetivo, tanto a nivel individual como grupal, es lograr la clasificación para París 2024. Después de los juegos de este año y los resultados que obtuvimos, el nivel de exigencia es mayor para poder mantenernos y a eso apuntamos. El próximo año se disputan los Juegos Odesur y otros torneos y apunto a terminar lo más arriba posible.