“No puedo decir con exactitud qué le pasó. Está despierto, responde de forma relevante y el corazón late. No tenemos explicación a lo que sucedió. Christian estuvo muerto en algún momento”, declaró Martin Boesen, médico que atendió y realizó reanimación cardiopulmonar (RCP) al futbolista danés Christian Eriksen, quien sufrió un paro cardíaco en pleno partido en la última Eurocopa, torneo de fútbol de selecciones.
Cuando ese tipo de sucesos ocurren en un campo de juego, ya sea en fútbol u otro deporte, se empieza a investigar el historial médico del afectado. También se piden respuestas sobre cómo se manejaría un accidente similar a nivel local. Actualmente, en Uruguay se continúa ejecutando el proyecto Gol al Futuro, que está en permanente perfeccionamiento. El programa vincula al deporte con el bienestar físico y la calidad de vida de jóvenes futbolistas a partir de tres áreas : salud, deporte y educación, por las que se apunta a la formación integral.
“Los interrogatorios físicos son determinantes. Desde el área de salud, tanto el electrocardiograma como el ecocardiograma se transforman en exámenes fundamentales para evaluar de la mejor manera al deportista”, declaró a Sala de Redacción Pablo Dos Santos, médico coordinador del área sanitaria del programa.
“Hemos establecido objetivos específicos que van más allá del desarrollo deportivo. La educación también ocupa un escalón primordial, fundamentalmente para estimular la permanencia de los que estudian y practican deporte. Quienes se encuentran en posición de abandono al sistema educativo tendrán la posibilidad de contar con tutorías y así estar contenidos emocionalmente”, agregó.
Exámenes y prevención
Los principales destinatarios de los exámenes cardiológicos son los futbolistas de divisiones juveniles y formativas -desde sub 14 a sub 19- pertenecientes a todos los clubes afiliados a la Asociación Uruguaya de Fútbol. Dos Santos tomó de ejemplo una visita del área de salud realizada en junio al Tacuarembó Fútbol Club y explicó que “los futbolistas fueron examinados físicamente y se les realizaron chequeos cardiológicos, tanto electrocardiogramas como ecocardiogramas. Además, se les impartió formación en podología para educar el cuidado de los pies”.
Los servicios de salud del programa también han implementado diversos cursos de rehabilitación cardiopulmonar hacia la sociedad en general, con la finalidad de que esa acción no dependa exclusivamente de profesionales. Debido a la pandemia, los cursos presenciales se vieron imposibilitados de seguir en práctica. Sin embargo, apelaron a un dictado virtual. “En los últimos años vimos un gran interés por parte de la población en general. Las actividades prácticas volvieron el 11 de agosto en la Torre Ejecutiva, cuando se hizo el primer curso de resucitación cardíaca básica en lo que va del año”, informó Dos Santos.
Según el médico, los casos de muerte súbita, son “de baja incidencia”, aunque siempre que suceden “generan preocupación y tienen alta repercusión”. La muerte súbita implica un paro cardíaco que se produce de manera inesperada y repentina. En muchos casos, también sucede en personas que no tienen problemas previos de salud.
En los últimos años, un caso que generó tristeza en el fútbol local fue el de Agustín Martínez, jugador de Boston River, quien en 2019 falleció debido a un paro cardiorespiratorio a los 17 años. El juvenil se encontraba en pleno partido y, tras una molestia en su rodilla, debió salir. El desenlace se dio en el banco de suplentes, donde se desvaneció. Martínez fue trasladado al Hospital Pasteur, donde falleció dos días después, luego de que se agravaran parámetros neurológicos.
Respecto al caso de Eriksen, Dos Santos comentó que “todos los futbolistas pueden volver a jugar si tienen una buena evolución de su lesión”. Asimismo, sobre la asistencia médica que recibió el futbolista destacó la rápida maniobra de los paramédicos en el campo de juego: “Es clave. Se les llama los ‘minutos de oro’. Primero hay que reconocer el paro y ver si en la reanimación la persona responde. Si no respira se comienza directamente con la resucitación. Aquí es determinante llamar a la emergencia y buscar un desfibrilador”.
Los cinco pasos
Ante un ataque al corazón o paro cardiorrespiratorio, Dos Santos explicó cuál es la secuencia para actuar. En primer lugar, es primordial llamar a la emergencia, lo que se complementa con la iniciación de la rehabilitación cardiopulmonar de 100 a 120 compresiones por minuto. Posteriormente, se debe acceder a un desfibrilador externo automático y utilizarlo. El cuarto paso, ya con un profesional a cargo, consiste en continuar la rehabilitación cardiopulmonar de manera avanzada. Finalmente, la persona debe ser derivada a un centro de salud para continuar los cuidados posteriores al paro y posibilitar una buena recuperación.
Cuando un deportista padece un evento de esta magnitud, la recuperación es paulatina y necesitará estar 100% habilitado por el equipo cardiológico para retornar a la competencia. Dos Santos explicó que “si la resucitación no es inmediata, se podría presentar un agravio encefálico”.